5 razones por las que no cumples tus propósitos de Año Nuevo (y cómo hacer para lograrlo)
Con cada Año Nuevo llega a nosotros la esperanza de una realidad diferente. Pues solemos usar esta fecha como excusa para plantearnos objetivos o “propósitos” para el nuevo año. Propósitos tales como ir al gimnasio, dejar de fumar o pasar más tiempo con la familia.
Desgraciadamente, es común que estos nunca se lleguen a cumplir. De hecho, los psicólogos han estimado que solo el 8% de las personas logran cumplir al final del año con los objetivos que se han propuesto. Ahora… ¿A qué se debe esto?
¿Por qué solemos incumplir los propósitos de año nuevo?
Los propósitos de Año Nuevo, más que una tradición, representan el anhelo de cambio de una persona La cual, harta de su estilo de vida actual, decide alterar un rasgo o comportamiento no deseado en el nuevo año.
En este sentido, podríamos decir que cada persona incumple sus propósitos personales por razones igualmente personales. Sin embargo, los psicólogos han determinado que existen cinco patrones comunes dentro de esta tradición de “propósitos” que motivan a las personas a renunciar a sus objetivos.
Pues al final los propósitos de Año Nuevo no son más que maneras de cambiar el estilo de vida rutinario. Algo que puede ser problemático para nuestro cerebro que sigue la filosofía de “mejor malo conocido que bueno por conocer”. Es decir, que se niega a aceptar los cambios que le representan un consumo extra de energía.
Motivo #1: Falta de compromiso
Muchos consideran al propósito como una moda en lugar de un compromiso personal. Esto genera que, tras intentarlo un par de veces, nos aburramos por completo del proceso y lo abandonemos a la primera de cambio.
Motivo #2: Tus propósitos no son adecuados
Por muy idealistas que seamos no debemos olvidar que para cumplir un propósito este debe primero poder llevarse a cabo. Muchos seguramente nos hemos puesto objetivos tales como “viajar a Disneyland” o “comprarnos una nueva casa”, sin realmente considerar cuál es nuestra realidad y nuestros límites.
Para estos casos, los expertos recomiendan preguntarnos qué hay detrás de ese propósito y adaptarlo a nuestra situación. Volviendo al ejemplo del viaje, ¿qué buscamos al viajar? Seguramente nuevas experiencias. En ese caso, podemos recurrir a visitar un nuevo lugar en nuestra zona o inscribirnos en algún curso.
Motivo #3: Falta de constancia
Los propósitos de Año Nuevo se ven impulsados, generalmente, por la emoción y los deseos inconscientes. Es por ello que no sabemos cómo abordarlos y terminamos, en la mayoría de los casos, recurriendo a la procrastinación.
En este sentido, lo más adecuado es desarrollar un “plan de acción”en el que se estipule cuáles son los resultados que esperas obtener de ese propósito. De manera que puedas verlo más como una realidad que como un deseo.
Motivo #4: Ausencia de compañía
Los seres humanos somos sociales de acuerdo a la Ciencia. Por tal motivo, necesitamos del otro para salir adelante y lograr nuestras metas. De allí que sea tan importante tener un propósito como compartirlo con un amigo, familiar o supervisor profesional, que te acompañe durante todo el proceso y te motive a lograrlo.
Motivo #5: Tus propósitos son impersonales
Aunque suene extraño, más del 60% de los propósitos que la gente se hace en en Año Nuevo no reflejan lo que ellos realmente quieren. En su lugar, buscan alcanzar el estereotipo que los demás esperan de ellos.
Esto resulta bastante preocupante para los psicólogos, ya que los propósitos necesitan ser individuales para poder ser llevados a cabo. Veámoslo de la siguiente manera, si ya nos cuesta cumplir los propósitos nuestros… ¿Cómo esperamos cumplir los propósitos de otros?
La ciencia del hábito para el logro de los propósitos
Para el psicólogo Charles Duhigg, el éxito de un propósito de Año Nuevo está determinado por su capacidad para volverse un hábito más dentro de nuestra rutina. Esto debido a que los hábitos fueron, en algún momento, conductas que nos planteamos y que adquirimos n nuestro estilo de vida a través de la repetición inconsciente.
Por tanto, Duhigg sugiere que los propósitos deben estudiarse como si fueran hábitos, pensando en las tres partes fundamentales que los componen: una señal, una rutina y una recompensa.
- La rutina tiene que ver con la acción. Por ejemplo levantarnos a buscar comida en el refrigerador.
- La señal es la necesidad que induce a esta conducta. Siguiendo con el ejemplo de la comida, sería el hambre
- La recompensa es lo que motiva a las anteriores. En este ejemplo, la comida.
Conocer este esquema puede resultar de gran utilidad al momento de planificar propósitos exitosos. Pues se conocen tanto las razones que motivan a ese propósito, como las acciones que deben programarse para el cumplimiento.
Consejos para cumplir tus propósitos de Año Nuevo
Sin embargo, para aquellos que deseen consejos menos “científicos” y más tradicionales, aquí le dejamos una selección de los mejores métodos utilizados por expertos para el logro de los propósitos de fin de año.
Escribe tus propósitos en papel
Escribir ayuda a fijar las ideas en el cerebro. Por ello, escribir tus propósitos en papel puede ser altamente beneficioso si seguimos un orden.
En el caso de los propósitos, los expertos sugieren el siguiente ejercicio. Dibuja dos columnas en una hoja de papel. En la primera escribe qué quieres mejorar en tí, por ejemplo, tu físico. Mientras que en la segunda coloques qué puedes hacer para cumplirlo, por ejemplo, hacer ejercicio tres veces por semana.
Asimismo es recomendable empezar primero por poco a poco. Con objetivos pequeños en períodos de tiempo cortos. De esta manera el efecto psicológico será mucho más positivo y no te aburrirás a las pocas semanas.
Olvida los pensamientos negativos
Los pensamientos negativos como “no puedo” o “no sirvo para esto” son muy comunes en los propósitos de Año Nuevo, y pueden generar en nosotros una predisposición a cometer errores o sentirnos desmotivados. Por tanto, debemos alejarnos de esa negatividad y enfocar nuestras energías en los propósitos que tenemos pendientes.
Además, debemos tener especial cuidado en la manera en la que nos referimos a ciertos propósitos, como por ejemplo, “dejar de comer azúcar”. Ya que el “dejar” impone negatividad.
En este sentido, necesitamos alimentarnos de un diálogo interno positivo. En lugar de decir ‘no comas comida chatarra’, deberíamos referirnos al comportamiento que deseamos, es decir, ‘Come muchas verduras y frutas este año”.
Crea un horario semanal
Una vez que hayas decidido cuáles serán tus propósitos base este año nuevo, lo más recomendable es crear un horario para llevarlos a cabo. Se ha comprobado que los horarios facilitan el desarrollo de los hábitos, lo que ayuda a la repetición mecánica.
Claro, siempre y cuando revises el horario y cumplas con las actividades estipuladas. Para ello, te recomendamos colocar el horario en todos los lugares disponibles en tu hogar: la sala, la habitación, el comedor y hasta en el baño si es necesario.
Comparte tus propósitos de año nuevo con los demás
Existe una teoría popular entre los psicólogos. Aparentemente si los demás conocen tus propósitos es más seguro que puedas cumplirlos. Esto debido a la presión social que la otra persona genera en ti. No quieres fallar a tu palabra por lo que te esfuerzas por cumplir lo que prometiste que harías.
A veces el término “presión social” puede sonar desagradable, pero cuando se trata de propósitos de Año Nuevo es quizás una de las técnicas más efectivas que puede existir. Por ello, no dudes en compartir tu horario con tu familia y amigos. Explícales tus expectativas y miedos al respecto, y es posible que quizás, además de presión social, puedan ayudarte a hallar la respuesta que necesitas.
Aprende a decir “No”
Aunque suene contradictorio, decir que “no” es algo bueno. Ayuda a que tu cerebro no se sobrecargue con trabajos que no te interesan o te consumen más tiempo del necesario. Por tanto, los expertos aconsejan rechazar todas las solicitudes que te impidan cuidarte y concentrar tus energías en el cumplimiento de tus propósitos de Año Nuevo.
Acepta los errores
Todos somos humanos, y como tal, cometemos errores en algún punto de nuestra vida. No te sientas mal si durante el año olvidaste algún propósito o perdiste el interés por el. Lo más importante es entender que, si no pudiste cumplir ese objetivo, aún puedes lograr los demás.
Si nos quedamos estancados, el cerebro también. El miedo al fracaso es una condición psicológica que todas poseemos, pero que podemos controlar si aceptamos nuestros errores y seguimos adelante.
Inicia tus propósitos solo cuando te sientas preparado
En lugar de empezar desde el 1 de enero a hacer cambios radicales a tu rutina, decide cuál es el mejor momento para dar inicio a tu lista de propósitos.
Recuerda que cada persona es diferente. Hay quienes necesitan más tiempo para organizarse y concentrarse que otros. Esto debido a su personalidad y capacidad cognitiva, por lo que está bien empezar un par de semanas tarde si eso significa que cuando inicies lo harás con todo preparado.
En resumen…
Para lograr nuestros propósitos de Año Nuevo no hace falta tanto de la motivación como se cree. Más bien, el éxito radica en una buena definición de objetivos y una organización clara de tareas.
Ahora que ya sabes todo lo necesario para desarrollar propósitos de Año Nuevo eficientes, es momento de dejar de estar tristes por el fin de año y preguntarte… ¿Cuál es el cambio personal que quieres hacer en tu vida este 2022?