Espuma de monóxido de carbono tendría beneficios terapéuticos para tratar enfermedades intestinales

El monóxido de carbono es altamente tóxico si se inhala, sin embargo en forma de espuma y en bajas concentraciones tendría beneficios terapéuticos. Algunas enfermedades que puede tratar la espuma de monóxido de carbono son la inflamación intestinal y el cáncer.

Los investigadores del nuevo estudio descubrieron cómo administrar el tratamiento con espuma de monóxido de carbono de manera segura. Dicha espuma se suministraría a través del recto para que llegue al torrente sanguíneo. Este procedimiento lo realizaron en ratones, los cuales también mostraron una mejora en la recuperación del tejido intestinal.

Desde hace un tiempo, los científicos han puesto el foco en estudiar al monóxido de carbono. Este es un gas inodoro e incoloro muy peligroso para los humanos puesto que puede provocar intoxicaciones, el coma y hasta la muerte. Tales consecuencias pueden producirse si la concentración del gas en la sangre supera el 50 %.

Sin embargo, luego de varios estudios se comprobó que no es dañino en pequeñas cantidades. Hasta nuestro cuerpo lo produce, y esa cantidad de monóxido de carbono puede aumentar en el organismo cuando estamos enfermos.

Por eso el reciente estudio quiso rescatar los posibles beneficios terapéuticos del monóxido de carbono.

Los investigadores comprobaron que las bajas cantidades de este gas pueden ayudar en el tratamiento de varias enfermedades cardiovasculares, intestinales y cáncer. En particular, el monóxido de carbono sería óptimo para reducir la inflamación.

La forma más segura que encontraron para suministrarlo es por medio de espuma, ya que inhalarlo no es una alternativa.

Vía Depositphotos.

Monóxido de carbono en espuma

 

Los investigadores realizaron sus pruebas en ratones, a los que les colocaron la espuma de monóxido de carbono.

Para crear la espuma, los científicos utilizaron ingredientes como goma xantana dentro de recipientes presurizados que contenían monóxido de carbono. Para que el gas se impregne a esos materiales, los científicos debieron azotarlos a altas velocidades.

El resultado de tal combinación fue una especie de leche espumosa, que contendría una concentración muy baja del monóxido de carbono. Por lo tanto, resulta fácil manipularla.

Luego, colocaron esa espuma en el recto de 40 roedores con síntomas de enfermedades intestinales e insuficiencia hepática por sobredosis de paracetamol. El tratamiento con espuma de monóxido de carbono redujo la inflamación y las lesiones en los ratones.

Los investigadores hallaron que el monóxido de carbono, una vez que se separa de la espuma, puede ingresar al torrente sanguíneo desde el hígado, y luego avanzar hacia los demás órganos. Tal capacidad hace pensar a los científicos que este gas podría ser útil para tratar una amplia gama de enfermedades, ya sean renales, pulmonares o cardiovasculares. Es decir, perfila a este novedoso método como una aternativa para crear nuevos tratamientos para esas enfermedades.

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