La anorexia encoge el cerebro más que cualquier otra condición de salud mental
La anorexia nerviosa es uno de los trastornos alimenticios más devastadores, ya que obliga a la persona a restringir su ingesta nutricional diaria para provocar una pérdida de peso inmediata.
A simple vista es evidente que este trastorno ejerce un efecto sobre el cuerpo y los huesos, pero ¿qué pasa con el cerebro? ¿Está a salvo?
Nos gustaría decir que sí, pero un nuevo estudio reveló que la anorexia también encoge el cerebro. Lo que pone en riesgo procesos cognitivos fundamentales dentro del ser humano, como la memoria, el lenguaje y la sinapsis.
La anorexia encoge la estructura más importante del cerebro
Para dar con esta vinculación, el equipo de la Universidad de Bath tuvo que realizar un análisis masivo a 1646 pacientes diagnosticados con anorexia alrededor del mundo, en su mayoría mujeres. Esto utilizando como herramientas varios escáneres neuronales, y midiendo los cambios en la masa gris que ocurrían con el paso del tiempo.
Después de 7 años de trabajo continuo, el equipo finalmente determinó que la anorexia encogía el cerebro. Concretamente:
- La superficie cortical cercana a la corteza prefrontal.
- Los volúmenes subcorticales.
- Y el grosor del tejido cortical, que suele rondar entre los 1,5 y los 5 milímetros.
En esencia, todas las estructuras que conforman la región cortical del cerebro. Conocida no solo por ser la zona más grande dentro del cerebro de los mamíferos, sino también por desempeñar un papel clave en la memoria, la atención, el lenguaje y la conciencia.
Lo curioso aquí es que todas las reducciones nerviosas sugieren que la anorexia hace entre dos y cuatro veces más daño al cerebro que otros trastornos mentales como la depresión, el TDHA, o el TOC. Esto independiente del tipo de anorexia que parezca la persona. Por lo tanto, es ahora el trastorno mental más dañino entre los jóvenes de 20 a 30 años.
Los efectos de la anorexia en el cerebro todavía son un misterio
El equipo todavía no ha determinado por qué la anorexia encoge el cerebro. Principalmente porque su estudio se fundamentó en la observación del cerebro, en vez de analizar a las hormonas responsables del crecimiento neuronal.
Sin embargo, creen que este cambio radical de tamaño sigue el mismo patrón biológico que el corporal. Es decir, se produce por la falta de nutrientes en el organismo.
El cerebro necesita energía para poder funcionar, al igual que todos los órganos en nuestro cuerpo. Lo que significa que, esencialmente, se nutre de la glucosa que proviene de los alimentos. Tanto aquella que se obtiene fácilmente de los hidratos de carbono, como la que puede sintetizar de las grasas o los vegetales frescos.
En este sentido, para que el cerebro crezca y se mantenga en su tamaño ideal, es necesario que la persona consuma una gran cantidad de nutrientes diarios. Algo que no ocurre en el caso de las personas con anorexia o anorexia nerviosa, ya que abandonan por completo los hidratos de carbono, la carne y, en ciertos casos, hasta las legumbres con tal de “adelgazar”.
“Las reducciones en el índice de masa corporal (IMC) y la cantidad de nutrientes disponibles por culpa de la anorexia también puede encoger el cerebro de forma significativa”.
Esther Walton, psicólogo en la Universidad de Bath en Reino Unido
Ahora bien, esto es solo una posibilidad. A medida que se obtengan más datos utilizando nuevos escáneres y mapas cerebrales, los científicos podrán comprender mejor exactamente qué está causando esta reducción en el volumen cerebral. Y lo más importante, si hay otros mecanismos neurológicos detrás del fenómeno.
Entonces… ¿No hay esperanza?
Por fortuna, estos hallazgos recientes sugieren que todavía se puede tratar a las personas con anorexia.
Los escáneres cerebrales mostraron que los tratamientos actuales para la anorexia, que generalmente involucran terapia cognitiva y una mejor dieta, pueden revertir algunos de estos cambios en el cerebro. Lo que permite que estás personas recuperen sus capacidades cognitivas a largo plazo.
“Descubrimos que las grandes reducciones en la estructura cerebral eran menos notorias en los pacientes que ya estaban en camino a la recuperación”.
Esther Walton
Por lo tanto, la anorexia no encoge el cerebro de forma permanente. Con el tratamiento adecuado, la masa gris podría recuperarse y la persona podría retomar su vida diaria.
No obstante, para que esto ocurra, el paciente con anorexia debe estar dispuesto a ingerir nuevos productos y tratamientos nutricionales. Algo muy difícil, ya que estas personas suelen tener una percepción equivocada sobre lo que la comida ocasiona en sus cuerpos.
En este sentido, este estudio es realmente una llamada de atención para mostrarle a esas personas qué sucede en el cerebro cuando dejan de comer. Al igual que por qué es importante una intervención temprana de la anorexia, pues no es simplemente una moda o un efecto pasajero de la pubertad.