Mi compañero el robot: la automatización cambiará el empleo

Es uno de los mantras más repetidos de los últimos años: los robots ya están aquí y vienen a robarnos nuestro trabajo. Sin embargo la automatización ya lleva años llevándose a cabo y algunos predicen cambios que van más allá de lo laboral, tocando la geopolítica y el reparto de recursos. ¿Qué horizontes nos plantea un futuro robótico? Hablamos con empresarios, trabajadores y un filósofo para dibujar este futuro que cada vez tiene más de presente.

En Tiempos Modernos, Charles Chaplin dejó grabada la imagen de lo que durante buena parte del comienzo del siglo XX fue el mayor dilema del mundo laboral. El aumento de la producción en cadena trajo consigo puestos laborales donde los trabajadores, como Chaplin apretando tuercas, acababan desquiciados tras intensas jornadas llevando a cabo labores monótonas. El genio del cine mudo ya introducía entonces la figura de los robots en la industria, pero no como herramientas de producción, sino como una máquina en prueba pensada para que los trabajadores comieran más rápido y así pudieran volver antes a su puesto en la cadena. Más de 80 años después, la imagen que mejor representa los temores de los trabajadores de la industria ya no tiene relación con sus propias condiciones o sus penurias, sino con que simplemente su puesto sea sustituido por la robotización.

En los últimos años se han aglomerado uno tras otro estudios que dicen que los robots podrán sustituir un gran número de los trabajos que conocemos actualmente durante las próximas décadas. Un horizonte que tiene mucho de verdad fatídica para algunos y de excesivo recelo para otros tantos. La OCDE -las 36 economías más desarrolladas de occidente- lleva un par de años poniendo sus propias cifras a este asunto. Según sus informes, en sus 36 países miembros de media un 14% de los empleos actuales corren un “riesgo alto” de ser sustituidos por la robotización, la gran mayoría de ellos en el sector industrial. La horquilla se mueve entre el 6% de Noruega y el 34% de Eslovaquia, con España en un alambre que ronda el 21%. Eso significan algo más de 4 millones de puestos de trabajo solo en el mercado laboral español.

En todo caso ¿Qué haremos si de verdad son sustituidos un gran número de puestos de trabajo? ¿Se deben instaurar impuestos a los robots?¿Caminamos hacia un mundo con jornadas laborales más reducidas? De todo esto hemos hablado con empresarios de la robótica, líderes sindicales y un Doctor en Sociología y Filosofía que nos han aportado algunas visiones más: cómo la automatización puede abrir una ‘brecha robótica’ entre países y cómo ese nuevo compañero de trabajo puede cambiar algunas cuestiones en geopolítica.

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