BLADE RUNNER: IMPULSORA DEL GÉNERO CYBERPUNK
En el año 2019, la sobrepoblación en la Tierra ha llevado al hombre a fundar colonias en otros planetas. En éstas, quienes realizan el trabajo pesado son los ‘replicantes’, androides que son copias perfectas del ser humano, programados para servirle. Sin embargo, los replicantes tienen conductas tan humanas que incluso algunos han tenido conciencia de sí mismos y se han rebelado. Entonces es cuando hay que llamar a los blade runner, agentes especializados en ‘retirar’ a los replicantes renegados.
Al menos esto es lo que planteaba la cinta Blade Runner estrenada en el lejano 1982. Hoy tiene el estatus de película de culto, esencial de la ciencia ficción, impulsora del género cyberpunk e influencia mayor en decenas de filmes.
Pero este lugar no lo ganó de inmediato: desde el principio su realización fue caótica; problemas entre el director y su equipo de trabajo parecían destinarla al fracaso. Por si fuera poco, al estrenarse, la obra fue incomprendida y vapuleada por la crítica. Texto por Olivier Fuentes
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EL INICIO
En 1968 se publicó la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? del hoy famoso escritor estadounidense Philip K. Dick (1928-1982), donde en el futuro las condiciones para la vida humana han sido severamente disminuidas debido a la Guerra Nuclear Global.
Por ello, las Naciones Unidas alientan a la gente a que se vaya a otros planetas a vivir en colonias. Como un incentivo, las personas podrán contar con androides del modelo Nexus-6, los cuales son idénticos a los humanos, cuya función es la de sirvientes. De este modo, la figura principal de la novela es Rick Deckard, un cazarrecompensas con la misión de eliminar a seis androides que se han rebelado y escapado hacia a la Tierra.
El libro llamó la atención del guionista Hampton Fancher (por recomendación, dicen, del mismísimo escritor Ray Bradbury), quien se reunió con Philip K. Dick para la obtención de derechos. Fancher escribió un esbozo de guión y se dedicó a buscar algún estudio que financiara la película.
En lo que Fancher encontró un productor interesado (Michael Deely) y un director, se escribieron varios tratamientos más del guión. Al principio, Robert Mulligan (Matar a un ruiseñor) la iba a dirigir; pero nunca pudo coincidir con Deely en el enfoque del guión y entonces éste decidió plantearle el proyecto a Ridley Scott.
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UNA PRODUCCIÓN CAÓTICA
Tras meses de trabajo, Scott, Fancher y Deely finalmente estuvieron de acuerdo con un guión; sólo faltaba elegir a un protagonista. Fancher cuenta que estaba pensando en el actor Robert Mitchum para Deckard; por su parte, Ridley Scott “cortejaba” a Dustin Hoffman para el papel. Finalmente, Barbara Hershey, entonces esposa de Fancher, tenía contacto con Steven Spielberg, quien estaba filmando el hoy clásico Cazadores del arca perdida.
Hershey dijo a Scott y Deeley que Harrison Ford iba a ser una gran estrella. Éstos volaron a Túnez, donde se filmaba Cazadores… y quedaron convencidos al ver las tomas realizadas. Por cierto, Scott ya había realizado storyboards para Blade Runner con Deckard utilizando un gran sombrero. Al ver al personaje de Indiana Jones, tuvo que desechar tal elemento.
Problemas de financiamiento a mitad de la producción, así como un equipo de filmación cada vez más y más inconforme con las exigencias de Scott y otros retrasos en el filme, hicieron que los nuevos productores cayeran en pánico y durante la etapa de la postproducción Scott fue despedido.
MÁS CONTRATIEMPOS Y MUCHOS BLADE RUNNERS
Las primeras proyecciones de prueba resultaron un desastre; para el público, el filme con Harrison Ford era muy distinto al Han Solo de Star Wars, así que simplemente abandonaba las salas. El productor Bud Yorkin decidió incluir una voz en off para narrar lo que a su juicio era confuso y así “hacer que fluyera la historia”.
Con estos cambios que la mayoría del equipo detestó, Blade Runner se estrenó el 25 de junio de 1982. Pero entonces la cinta E.T. El extraterrestre llevaba dos semanas en cartelera y sus números de asistencia no parecían descender. Ante el filme sentimental del pequeño alienígena, el público no podía con un filme oscuro. Por supuesto, las malas críticas no le ayudaron.
Pero aún no llegaba la hora de morir: después del fracaso en taquilla, Blade Runner empezó a ser reconocida y venerada fuera de Estados Unidos, principalmente en Asia.
Todo el concepto visual y decadente del filme, junto con la profundidad de la historia, le fue granjeando fanáticos conforme el paso del tiempo. En 1991, durante un ciclo de filmes clásicos en 70 mm en el área de Santa Mónica, California, se exhibió una copia que no tenía la voz en off, ni el final feliz impuesto a la versión de 1982.
Dicha versión fue muy alabada y Warner la lanzó entonces como la “edición del director”. Sin embargo, Scott dijo que para que hubiera tal, tendría que hacer más cambios. La ‘edición final’ de 2007 es de hecho la verdadera versión del director, con total control creativo por parte de Ridley Scott.
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LA CUESTIÓN FILOSÓFICA
Blade Runner sigue las convenciones de un filme noir, pero ubicado en una época futurista: Rick Deckard es una figura decadente de moralidad ambigua; está el personaje de la femme fatale; la fotografía lleva mucho contraste de claroscuros y el final no es precisamente feliz. Pero también sigue los formalismos de la ciencia ficción dura: no hay androides buenos o simpáticos aquí, y sin embargo, se plantea el uso, y tal vez el temor, a las inteligencias artificiales.
Por supuesto, está el planteamiento ético de si una vez que los replicantes han cobrado conciencia de que piensan y tienen sentimientos, ¿no tendrían entonces derecho a vivir? ¿A compartir la realidad como una nueva raza distinta a los humanos? ¿Es entonces ético darles caza y ‘retirarlos’?
BLADE RUNNER 2049
En 2017 se estrenó la continuación de Blade Runner (1982), que se ubica 30 años después de los sucesos de la original. El guión lo realizó Hampton Fancher y Michael Green.
Un nuevo blade runner está en búsqueda de Deckard, quien lleva 30 años desaparecido. El oficial de la Policía de Los Ángeles «K», desentierra un viejo secreto que puede provocar el caos en lo que queda de sociedad.