García Luna y el Cártel de Sinaloa, cuando los caminos conducen al expresidente Calderón
Por Cecilia Gonzalez/ RT Internacional
La guerra contra el narcotráfico fue un pretexto para que el gobierno del expresidente mexicano Felipe Calderón ayudara al Cártel de Sinaloa a encumbrarse como la organización criminal más poderosa del país.
Esta sospecha, que circuló durante más de una década a través de múltiples denuncias de periodistas, exfuncionarios y hasta narcotraficantes, se fortaleció con la reciente detención en Estados Unidos de Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad Pública de Calderón, el personaje más importante de su gobierno. El más protegido. El más impune. Hasta ahora.
Las esquirlas de su captura salpican a los eslabones más altos del poder, preocupan en particular a Calderón y alegran a parte de la sociedad mexicana agotada por la corrupción y la violencia. Después de años de investigaciones, por fin García Luna es acusado formalmente de complicidad con el Cártel de Sinaloa.
El mérito de la detención no es de las autoridades mexicanas. El pasado 9 de diciembre, agentes federales de Estados Unidos lo apresaron en Dallas y le informaron que enfrentaba tres cargos por conspiración para traficar drogas y otro por mentir bajo juramento sobre su pasado criminal. Varios de sus colaboradores cercanos ya habían sido acusados de vínculos con los narcos, pero la red no lograba llegar hasta él.
Ahora García Luna será trasladado a Nueva York, en donde puede optar por declararse culpable para morigerar la eventual pena en su contra, que puede oscilar entre 10 años y cadena perpetua. A cambio, deberá colaborar con las autoridades estadounidenses, dar nombres de cómplices e información sobre las operaciones del Cártel.
Tendrá que confirmar, entonces, si Calderón sabía o no de su relación con el Cártel de Sinaloa. O si encabezaba la red de protección a cambio de sobornos.
La sospecha no es nueva. Este año, durante el juicio al Chapo, uno de los cómplices del capo, Alexander Cifuentes Villa, declaró que el expresidente había cobrado dinero a través de los narcotraficantes Beltrán Leyva. Calderón, por supuesto, negó la acusación.
El ‘super secretario’
García Luna, un ingeniero mecánico nacido en 1968 en un barrio popular de la ciudad de México, mutó a rico e influyente funcionario durante los gobiernos del conservador Partido Acción Nacional (PAN) que encabezaron Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012).
Primero como director de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y luego como secretario de Seguridad Pública, ejerció presupuestos multimillonarios, produjo montajes televisivos para presumir una falsa eficacia, controló los servicios de inteligencia y lideró la guerra contra el narcotráfico que, de acuerdo con denuncias de exfuncionarios e investigaciones periodísticas, fue en realidad una guerra contra los narcos rivales de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán y el Cártel de Sinaloa.
Lo llamaron ‘el súper policía’ y ‘el super secretario’. Fue condecorado por la DEA, el FBI, Interpol y por gobiernos de otros países. Retirado de cargos públicos, vivía en una mansión en Miami, con autos de lujo a su disposición y con bienes millonarios en México, injustificables con sus ingresos como funcionario público.
Las sospechas de su alianza con el Chapo y con otro poderoso narco, Ismael ‘Mayo’ Zambada, se remontan al sexenio de Fox, época en que García Luna encabezaba la AFI mientras el Cártel de Sinaloa crecía y fortalecía su poder. Y el Chapo se escapaba por primera vez de una prisión de alta seguridad. El predominio de esta organización se consolidó durante el gobierno de Calderón, con García Luna como responsable de llevar a cabo la guerra en la que el Cártel de Sinaloa fue el menos afectado. El Chapo logró permanecer prófugo durante todo el sexenio. El Mayo, en tanto, jamás ha sido detenido.
Hoy, aun con el Chapo preso y condenado a cadena perpetua, el Cártel de Sinaloa sigue operando en más de 20 países, controla el tráfico de drogas ilícitas a Estados Unidos (principal país consumidor del mundo) y obtiene ganancias de miles de millones de dólares que se lavan a través de empresas legales fundadas ex profeso en América Latina, Europa y Asia. Es una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. Lo logró durante los sexenios panistas y, luego, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
“No sabía nada”
A sabiendas de que ahora todas las miradas (y sospechas) están puestas sobre él, Calderón abandonó un rato la beligerancia y burlas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador en Twitter para pasar a la defensiva.
“De la información respecto del arresto del ingeniero García Luna, preciso que desconocía por completo los hechos que se le imputan, ya que jamás tuve información o evidencia de ello. Me sorprende profundamente lo que está ocurriendo”, aseguró el expresidente a pesar de que las denuncias contra el exfuncionario se acumularon desde el principio de su sexenio y los escándalos protagonizados por él fueron recurrentes.
“De confirmarse los hechos de los que se le acusa, esta sería una gravísima falta a la confianza depositada en él… también debo decir que la política de seguridad no era ni remotamente producto de las decisiones de un solo funcionario… mi postura siempre ha estado y estará del lado de la justicia y de la ley”, agregó Calderón, aunque eso no es lo que mostró durante ni después de su gobierno al justificar los asesinatos de civiles en aras de su fracasada guerra.
Muy lejos quedó la permanente defensa del expresidente a su poderoso exsecretario, como la que hizo en 2008, durante una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) en Lima, en donde fue consultado por la sombra de corrupción que cubría a García Luna después de que se abrieran varias causas contra sus colaboradores cercanos.
“Si hubiera alguna duda de su probidad o más aún, algún elemento probatorio que descalificara esa probidad, seguramente no sería secretario… (García Luna) tiene una gran capacidad en términos de sus funciones… hay un sesgo, un error de apreciación, un énfasis equivocado suponer que esto va enfocado hacia una persona”, dijo entonces. Hoy, la justicia estadounidense no piensa lo mismo.
Responsabilidades
El escándalo por la detención de García Luna impactó en el calderonismo en un momento en que el expresidente y su esposa, Margarita Zavala, buscan el registro de México Libre, el partido con el que pretenden participar en las elecciones legislativas de 2021.
La meta principal, sin embargo, es que ella se postule a la presidencia en 2024.
Es un segundo intento. En mayo del año pasado, Zavala renunció a la candidatura presidencial. Adujo “honestidad política”, pero la verdad es que sólo tenía una intención de voto del 5,0% rumbo a los comicios que terminó ganando López Obrador, enemigo máximo de Calderón.
Las secuelas de la guerra los persiguen. Durante el gobierno de Calderón, los cárteles se multiplicaron, casi 3500 civiles fueron asesinados en enfrentamientos, hubo decenas de miles de muertos, desaparecidos y desplazados. Las masacres se convirtieron en una postal cotidiana. La violencia se expandió a niveles inéditos. La sangre no hizo mella en el narcotráfico, que siguió con sus lucrativos negocios.
Por eso y por otros casos ya ha habido denuncias por parte de activistas que han denunciado a Calderón por crímenes de lesa humanidad en tribunales internacionales. Los esfuerzos para que en algún momento sea juzgado podrían reactivarse a partir de las revelaciones que haga García Luna en un juicio que genera todavía más expectativa que el del ‘Chapo’ Guzmán. Habrá que esperar.