Deportaciones exprés y albergues sin protocolo: el impacto del COVID-19 en la migración

Por Aberto padilla&Animal político

Una circular de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación reconoce que México deberá hacer “ajustes” a su política migratoria para no incrementar los riesgos sanitarios.

“Tenemos los números de la jurisdicción sanitaria pero no sabemos a dónde dirigirnos si hay un caso de COVID-19”.

La hermana Salomé Limas, responsable del albergue Madre Asunta, de Tijuana, Baja California, reconoce que existe nerviosismo ante la pandemia. Dice que ahora tienen 51 personas en sus instalaciones, pero que han tenido que restringir el acceso por miedo a que el hacinamiento facilite los contagios. Se queja de que no han recibido instrucciones por parte de las autoridades y que el número de personas que llega al refugio se ha incrementado por los mexicanos devueltos desde Estados Unidos.  

La pandemia de COVID-19 ha sacudido el flujo migratorio hacia el norte. La lógica de detención-encierro-deportación, tanto en Estados Unidos como en México, se ha visto afectada por las medidas excepcionales adoptadas por los diferentes países para frenar la expansión del virus. 

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Estados Unidos cerrará la frontera a todo cruce que no sea “esencial” y esto afecta al flujo migratorio. Según adelantó su presidente, Donald Trump, implementará un sistema de devolución “exprés” para quienes sean arrestados cruzando la frontera sin documentación. 

El canciller, Marcelo Ebrard, dijo que solo aceptarán la devolución de mexicanos y centroamericanos, pero no de otras nacionalidades. 

“Si nos regresan personas que no sean mexicanos ni centroamericanos, México no lo aceptaría, o sea, que Estados Unidos se haga cargo de eso. En esencia mantendríamos la misma política que hemos seguido hasta ahorita, o sea, mexicanos por obvias razones, centroamericanas, centroamericanos particularmente de Honduras, Guatemala y El Salvador les daríamos posibilidad de esperar en México, y esa sería la política que vamos a seguir”, dijo el canciller, Marcelo Ebrard.

Al mismo tiempo, Washington ha paralizado el sistema de recepción de solicitantes de asilo por los puntos legales. Según explicó Soraya Vázquez, abogada de Families Belong Together, en Tijuana, las familias que tenían audiencia el viernes no fueron aceptadas por la Oficina de Aduanas y Protección (CBP, en sus siglas en inglés). “Les dijeron que vuelvan mañana a por una nueva cita”, explicó. 

En Centroamérica, los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras han decretado el cierre de fronteras. No obstante, Guatemala sí está recibiendo vuelos de deportados procedentes de Estados Unidos. 

México ha suspendido las deportaciones hacia estos tres países, según fuentes oficiales, que indicaron que estos procedimientos “se pueden retomar en cualquier momento”.

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Los movimientos en las fronteras norte y sur van a tener impacto en todo el sistema de atención a migrantes en México. 

Una tarjeta informativa que la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob) distribuyó a estados e instituciones reconoce la especial vulnerabilidad de los migrantes.

 

 

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