Cuarentena en tiempos de Coronavirus, ¿quién se puede dar ese privilegio?
Por Simettria A.C. & Animal Politico
Comercio ambulante, autoempleados (cafeterías, cocinas económicas, tortillerías, por ejemplo) y personas dedicadas al trabajo del hogar, no pueden realizar sus actividades a distancia y se ven en el dilema de generar ingresos para sus familias o quedarse en casa y preservar la salud.
Ante la emergencia sanitaria que se vive a nivel mundial por la presencia del COVID-19, una de las medidas preventivas mayormente sugeridas por las autoridades sanitarias es permanecer en casa y hacer trabajo a distancia. Sin embargo, en México pocos tenemos ese privilegio.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el último trimestre del 2019 existían más de 129 millones de habitantes en el país, de los cuales 44% era población ocupada. Un análisis del tipo de actividades que realiza este segmento de la población arroja hallazgos interesantes. Por un lado, 37% se concentra en el sector primario y secundario, mientras que 63% de la población ocupada trabaja en el sector terciario. Si bien la producción de materias primas y las manufacturas son intensivas en mano de obra, la producción de manufacturas requiere la concentración de personas en un mismo espacio de trabajo.
Por otro lado, aunque sea lógico pensar que el sector terciario es el más beneficiado con estas medidas de trabajo en casa, en realidad sólo una parte pequeña de éste puede llevarlo a cabo sin dificultades. En primer lugar, debemos saber que 3 de cada 10 personas de este sector se dedica al comercio, mientras que 7 de cada 10 a distintos tipos de servicios, donde encontramos desde los restaurantes hasta los bancos y las dependencias de gobierno.
Otra manera de ver las estadísticas sobre la población ocupada es considerar la proporción de formales e informales. Esta distinción es importante porque buena parte de la informalidad proviene del comercio ambulante, de los autoempleados (cafeterías, cocinas económicas, tortillerías, por ejemplo) y de las personas dedicadas al trabajo del hogar, quienes no pueden realizar sus actividades a distancia y se ven en el dilema de generar ingresos para sus familias o quedarse en casa y preservar la salud.
De la población activa en el país, a finales del 2019 44% se encontraba en la formalidad y 55% en la formalidad. La CDMX y el Estado de México no sólo destacan por el alto número de casos de coronavirus confirmados, sino por sus altos índices de informalidad. Tan sólo el Estado de México es la entidad federativa con los mayores niveles de informalidad a nivel nacional. Por su parte, la CDMX ocupa la tercera posición.
El New York Times publicó recientemente un artículo en el que se presume que América Latina puede convertirse en la mayor víctima de COVID-19, debido a los bajos niveles de inversión pública en el sector salud que se traducen en poca cobertura y en mala calidad de los servicios. Sin duda, una medida para no saturar los sistemas de salud y disminuir el impacto de la transmisión comunitaria del COVID-19 es reducir al mínimo la interacción de las personas. Sin embargo, es una minoría la que tiene el privilegio de permanecer en casa.