Quién es el principal epidemiólogo de Suecia y por qué defiende su estrategia contra el coronavirus, a pesar del creciente número de afectados
Por RT Internacional
El país mantiene abiertos gimnasios y cafeterías, pero pide a los ciudadanos actuar con responsabilidad y evitar viajes innecesarios.
A pesar del rápido crecimiento del número de casos de coronavirus en Suecia, Anders Tegnell, epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública sueca, y figura clave en la respuesta nacional a la pandemia, sigue defendiendo la estrategia del país de evitar medidas estrictas para limitar el contacto entre los residentes.
De acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins, el país europeo registró hasta este 25 de abril 17.567 casos, mientras que 2.152 personas fallecieron a causa de covid-19. La cifra es mayor que en otros países escandinavos, como Dinamarca (8.408 contagios y 403 muertes), Noruega (7.463 y 199) y Finlandia (4.395 y 177), pero mucho menor que en Italia, España o el Reino Unido.
¿Por qué Tegnell sigue promoviendo el mismo enfoque, mientras el mortífero virus afecta cada vez a más personas?
¿Quién es Anders Tegnell?
Tegnell es un científico con 30 años de experiencia en medicina y su opinión está detrás de todos los pasos que el Gobierno da para contener la pandemia. El experto, de 63 años, goza de mucha popularidad.
La agencia estatal de salud, en la que ocupa el cargo de epidemiólogo jefe, no tiene el poder suficiente para promulgar leyes y puede solo formular recomendaciones, mientras que está protegida de cualquier tipo de presión por parte del Gobierno.
Sin embargo, varios expertos hacen hincapié en que, incluso sin poder legislativo, la influencia de este organismo es muy grande. Al ser preguntados por qué los ciudadanos siguen sus consejos, los analistas destacan la gran confianza que existe entre la sociedad y las autoridades.
“Hay un alto nivel de confianza entre los ciudadanos suecos hacia las autoridades y el Gobierno y creo que esto [ha quedado] demostrado muy claramente ahora, porque el comportamiento de la gente sigue siendo alterado, aunque no están legalmente obligados”, indicó el profesor del Departamento de Gobierno en la Universidad de Upsala, Li Bennich-Björkman.
Según una encuesta, realizada por analistas de Demoskop y el periódico local Aftonbladet, la credibilidad de la Agencia de Salud Pública creció desde marzo de un 50% a un 71%, mientras que la credibilidad del Gobierno se elevó del 32% al 53%.
¿Qué dice Tegnell sobre el creciente número de afectados?
Uno de los objetivos principales del uso de medidas menos estrictas consiste en que pueden estar en vigor durante mucho tiempo y salvan al país deun aumento brusco de nuevas infecciones con el fin del confinamiento. “Creo que tanto Noruega como Dinamarca están ahora muy preocupados sobre cómo poner fin a este cierre completo, de tal modo que no cause esa ola que llega inmediatamente cuando empiezas a levantarlo”, afirmó Tegnell.
Respecto al aumento de la cifra de infectados, el epidemiólogo enfatizó que no era “traumático”. “Hubo un aumento, pero hasta ahora no es traumático. Por supuesto, entramos en la fase de la epidemia donde veremos muchos más casos en las próximas semanas, con más personas en las unidades de cuidados intensivos, pero esto es como cualquier otro país”, declaró durante una entrevista con la revista Nature, publicada este martes. “En ninguna parte de Europa fueron capaces de ralentizar la propagación considerablemente”, precisó.
Durante esta conversación, Tegnell afirmó que las autoridades suecas no planean cerrar las escuelas, como una medida para detener la pandemia. El Gobierno decidió cerrar las escuelas secundarias y las universidades, pero permitió que las escuelas para alumnos menores siguieran funcionando. De acuerdo con las declaraciones del epidemiólogo, el cierre de escuelas da frutos si se ordena “bastante temprano” y en Estocolmo, donde se registró la mayor cifra de casos en el país, ya están “cerca de la cima de la curva”, por lo cual esta medida ya no tiene sentido.
Asimismo, se expresó contra el cierre de fronteras y opinó que este paso es “ridículo, porque el covid-19 está ahora en cada país europeo”. “Tenemos más preocupaciones sobre los movimientos dentro de Suecia”, agregó.
Al ser preguntado sobre el riesgo que plantean los contagiados asintomáticos, Tegnell dijo que “hay una posibilidad” de que pueden infectar a otras personas, pero esta amenaza es “bastante pequeña, en comparación con la gente que presenta síntomas”.
“Hay escenarios mucho peores”
Señaló que “es muy difícil de saber” si la respuesta al coronavirus en su país fue exitosa o no, pero ya admitió que el punto débil de su estrategia fue la aplicación de medidas en asilos, donde “tuvimos que haber controlado” la situación “más a fondo”. Cabe destacar, que gran parte de las personas infectadas viven en residencias de ancianos, mientras que medios locales señalaron que establecimientos de este tipo en al menos 90 municipios del país tienen casos de infección.
Sin embargo, Tegnell destacó que está contento con la estrategia aplicada. “Mirando a las pandemias, hay escenarios mucho peores que este. La mayoría de los problemas que tenemos ahora mismo no son por la enfermedad, sino por las medidas que en algunos entornos no fueron aplicadas correctamente: las muertes entre las personas mayores son un gran problema y estamos luchando fuertemente”, precisó.
Ese mismo día, el epidemiólogo declaró a la CNBC que ya han alcanzado la meseta “en muchas partes de Suecia”, viendo “el efecto de la inmunidad de rebaño” y este efecto crecerá durante las próximas semanas, mientras que en el resto del país la situación es estable.
Medidas aprobadas
Las autoridades suecas decidieron abstenerse de medidas estrictas, como la cuarentena obligatoria. No obstante, dieron una serie de pasos destinados a reducir el contacto entre las personas, entre ellos la prohibición de reunirse más de 50 personas. Asimismo, cerraron escuelas secundarias y universidades, pero permitieron que las escuelas para alumnos menores siguieran funcionando.
La mayoría de los negocios, entre ellos cafeterías, restaurantes y gimnasios, tampoco cerraron sus puertas, pero sus propietarios se vieron obligados a garantizar una distancia entre los clientes.
Al mismo tiempo, se aconsejó a la población evitar viajes innecesarios, trabajar desde casa y a las personas mayores de 70 años o enfermos no salir a la calle.