¿Quién era la Cleopatra del narco, joven que operaba para los Zetas?

Por Político mx

Conocida en un principio como la Peque, Juana se dedicó a la prostitución desde los 15 años, para luego convertirse en una de las sicarias del Cártel de Los Zetas más temidas. Hasta el día de su captura, en 2016, la hidalguense se ganó el sobrenombre de la Cleopatra, ¿por qué? Te contamos.

A corta edad conoció a criminales que la contrataron para ser halcón, podía pasar hasta ocho horas en un mismo lugar para avisar si era vista alguna patrulla; posteriormente se convirtió en espía y finalmente como sicaria, señalada por autoridades como “extremadamente violenta”.

¿Por qué le apodaron Cleopatra?

De acuerdo con Infobae, nadie se imaginaba que Juana pudiese cometer atroces crímenes, como decapitar a sus víctimas, hasta el grado de beber y bañarse con la sangre de estas, de ahí que se ganó el sobrenombre de la Cleopatra.

A sus 20 años fue considerada por las autoridades mexicanas como una de las mujeres más peligrosas porque además de asesinar a hombres relacionados con el narcotráfico, encontraba placer en ello, así lo confesó tras su captura.

En sus redes sociales se mostraba sin reparo alguno en fotografías portando armas de grueso calibre, sus paseos en camionetas, incluso presumiendo gorras con el logotipo del Cártel de los Zetas; su cabello rojo encendido era un sello personal.

Revelaciones tras su detención

A los 28 años, Juana fue capturada y acusada por el asesinato de al menos 5 hombres, a los que les cortó la cabeza. Aceptó tales homicidios: “Me sentía emocionada por ella, me frotaba con ella, me bañaba en ella después de matar a la víctima”.

El diario británico Daily Mail reveló parte de su testimonio, en donde contó que presenció por primera vez un asesinato, después pensó que podría terminar de la misma manera y tomó medidas para evitar que eso pasara. Con el paso de los años normalizó la violencia, al estar rodeada de crímenes y fue así que, aceptó, perdió toda sensibilidad.

La Cleopatra se encuentra presa en una cárcel en Baja California, en donde aún espera su sentencia por el homicidio confeso de cinco víctimas.

 

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