‘Si derriban estatuas de Colón, deberían derribar buena parte de las de próceres americanos’

Por Radio Francia Internacional

El asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis (EEUU) ha vuelto a relanzar el viejo debate sobre la herencia colonial y esclavista. En estos últimos días se han registrado decapitaciones y derribos de estatuas de Cristóbal Colón o de figuras ligadas al colonialismo o a la esclavitud. La pregunta que se plantea es qué hacer con la herencia colonial y esclavista y con los símbolos que la representan. ¿Hay que censurar la historia o mantenerla? ¿Sirve de algo derribar una estatua de Colón para luchar contra el racismo actual?

Jean-Paul Zúñiga es investigador e historiador en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (EHESS) especialista en el mundo colonial entre el siglo XVI y el XVIII.

¿Cree que se tienen que borrar los símbolos del colonialismo y la esclavitud?

En el caso de que dijéramos que sí habría que derribar todas las estatuas de monarcas y gobernantes del pasado así como de filósofos o artistas. Hay que pensar por ejemplo que Velázquez, el pintor, tenía un esclavo que solamente liberó en 1649. En muchos casos habría que derribar buena parte de las estatuas de próceres de las jóvenes repúblicas americanas, no sé si estarían de acuerdo los ciudadanos de todas las repúblicas americanas. Ahora esto tiene muchos precedentes, no es una cosa moderna hay que pensar por ejemplo en la destrucción de estatuas de reyes durante la Revolución Francesa y más recientemente la destrucción o el desplazamiento a los depósitos de las estatuas del realismo socialista en los antiguos países del bloque del este

 

¿En qué medida derribando estatuas se avanza en la lucha contra el racismo actual?

El peligro es creer que este tipo de acciones tienen un efecto real. La pregunta es saber de qué sirve borrar la las huellas del colonialismo o de la trata atlántica. A mí me parece más bien que es una actitud, vamos a decirlo de forma coloquial, de avestruz. En el sentido de que no es porque algo ya no se ve más que el problema desaparece. Borrar las huellas del colonialismo puede crear una cierta emoción en el momento con la finalidad de marcar las mentalidades pero pienso que sólo una comprensión de los mecanismos de dominación permite el lento trabajo de lucha contra prejuicios que están muy enraizados.

Derribar produce efecto en términos de foto y de noticias y proceden de la parafernalia de la acción militante pero no de la investigación científica. Yo pienso que es importantísimo también que se deje el espacio para la acción científica, el poder explicar cómo y porqué ciertas sociedades produjeron por ejemplo el trabajo esclavo que ya existía en las antiguas dinastías chinas, en la antigüedad greco latina y el mundo mediterráneo, durante toda la edad media, los grandes reinos de  Africa centro occidental, en la era moderna, el imperio romano, los imperios coloniales. Hacer amalgamas como las que se han visto en las que se representa a Cristóbal Colón como el apóstol racista conlleva una muy pobre comprensión del funcionamiento terriblemente violento de las sociedades de la época.

¿Se puede comprender el mundo del pasado con los códigos de hoy?

Ese es el gran problema. El historiador no está aquí para juzgar y decir qué está bien y qué está mal sino para tratar de entender por qué los hombres del pasado y cómo los hombres del pasado pudieron concebir semejante barbaridad como es la esclavitud. Si nos ponemos a juzgar no avanzamos más. La esclavitud nunca fue hasta la trata atlántica una historia de colores puesto que los esclavos eran de todos los colores.

Muchos pueblos esclavizaron a otros independientemente de su genotipo. Insisto en que el esquema actual está muy influenciado por la obsesión estadounidense, producto de una historia desde el siglo XIX, la guerra civil en Estados Unidos en la que la barrera del color es un elemento fundamental de la manera en que se piensa los estadounidenses es algo que yo creo que más nos impide comprender nos impide entender y sobre todo si pide algo muy simple como es pensar que somos sobrevivientes de una larga cadena de sus sociedades y generaciones que vivieron toda una serie de problemas que tenemos que mirar de frente y asumir y entender para mejorar.

Recientemente han descatalogado la película ‘Lo que el viento se llevó’ porque consideran que vehicula un mensaje racista. ¿Cuáles son los peligros que puede engendrar esa censura o esa revisión d de la historia?

La censura del pasado es algo muy grave porque eso implica que se está llamando el legislador para que el legislador diga qué es lo que se debe pensar y lo que no se puede pensar. Es algo que es intrínsecamente peligroso. Porque el que el legislador diga cómo se debe pensar hoy y yo esté de acuerdo no implica que el día de mañana el legislador venga a decirnos cómo debemos pensar y si en ese caso caigo yo en el hecho de no pensar cómo se debe entre dentro de una categoría de intocable. Se criticó mucho a todos los regímenes del Este justamente por su voluntad de intervenir en la manera en la que pensaba la gente. Yo no creo que legislador tenga que decir qué es lo que se debe pensar, eso debe estar en el trabajo de la discusión social de lo que es la democracia, el normal intercambio de ideas. La democracia es eso, saber convivir con gente que no piensa como uno y lograr convencer para producir consenso.

A mi manera de ver eso proviene de una problemática que nos lleva mucho más lejos y que es muy propia a los EEUU. Se debilitó mucho el pensamiento de la desigualdad en términos de grupos sociales, en términos de acceso a los derechos, para pasar a expresarla únicamente en términos de colores o grupos comunitarios. Por eso todo tipo de derecho tiene que estar inscrito en un grupo comunitario. Están exportando esa manera de ver las cosas al resto del mundo, en Francia cuesta un poco más, pero también está entrando. Me parece que eso está también en la base de que los grupos se consideren no representados independientemente de la real violencia física y simbólica que se está ejerciendo en la población negra en Estados Unidos o en Francia.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *