Los ganaderos en Botsuana no paraban de perder vacas hasta que decidieron pintarles ojos en el culo
Aunque su título de Rey de la Selva nos haga concebir al león como un cazador imbatible, lo cierto es que la cacería no se le da del todo bien. De hecho, se calcula que solo un 25% de sus ataques se finalizan con éxito. Otros grandes felinos tampoco lo tienen fácil. El leopardo vence a sus presas en un 38% de sus intentos y el guepardo no supera el 50%. Como consecuencia, dado el gasto de energía que supone todo el procedimiento, optan por atacar solo cuando se ven con posibilidades de ganar. Por eso, cuando un grupo de científicos decidió pintar ojos en el culo de varios rebaños de ganado, los animales quedaron a salvo de sus depredadores.
Pueden parecer sucesos inconexos, pero en realidad están muy relacionados. Cuando los atacantes ven esos grandes ojos mirando hacia ellos, se sienten observados. Esto eliminaría el factor sorpresa, responsable de la mayoría de sus victorias, por lo que el intento de cacería ya no les parecería tan rentable. Es una triquiñuela de lo más rudimentaria, pero muy eficaz, en base a los resultados del estudio que han publicado sobre ello en Nature Communications Biology.
Ojos en el culo para vencer al Rey de la Selva
El estudio fue llevado a cabo por científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, desplazados para ello hasta el delta del Okavango, en Botsuana. Esta zona, famosa recientemente por la aparición de cientos de elefantes muertos en misteriosas circunstancias, es conocida también por albergar a buena parte de las especies africanas más emblemáticas, desde leones hasta hienas manchadas, pasando por leopardos, guepardos y perros salvajes.
Desgraciadamente, muchos de estos animales son la razón por la que los ganaderos de la zona pierden a menudo a buena parte de sus reses, con el deterioro que esto conlleva a su economía. Para solucionar el problema, tradicionalmente se ha optado por dos opciones: recluir el ganado en vallas o cazar a sus depredadores.
Ambas posibilidades cuentan con grandes desventajas, ya sea por la pérdida de libertad de la primera o por el triste final de unos animales que no hacen más que buscar alimento para su subsistencia en la segunda. Por eso, los autores de este estudio decidieron recurrir a una técnica basada en la importancia que tiene el factor sorpresa en la caza para los grandes felinos.
El proceso era sencillo: solo tenían que pintar ojos en el culo de las potenciales víctimas.
Una sorpresa en los resultados
Para la realización del estudio, tomaron 14 rebaños, cuyas reses se dividieron en tres grupos. En el primero se pintaron unos ojos en el culo de todos los animales. En el segundo se cambió el dibujo por el de una simple cruz. Finalmente, en el tercero no se hizo nada al ganado.
Durante cuatro años se observó la evolución de los rebaños, llegando a una conclusión esperada y otra sorprendente. Para empezar, como imaginaban, en el primer grupo no hubo ningún ataque en ese periodo de tiempo. Pero, quizás, otros dibujos podrían tener también cierta efectividad. Es lo que se deduce al comprobar que de las reses con la cruz pintada solo cuatro cayeron en las fauces de algún gran felino.
Al contrario, del tercer grupo fueron quince vacas las que tuvieron este triste final.
Imitando a la naturaleza
En realidad, los ojos falsos, conocidos como manchas oculares, se han desarrollado evolutivamente en el cuerpo de un gran número de animales para evitar a sus depredadores. Es el caso, por ejemplo, de la mariposa búho gigante (Caligo telamonius memnon), cuyas alas cuentan con un curioso estampado, muy similar a los ojos de las grandes aves que les dan nombre. Estas mariposas usan a los búhos para protegerse, pero ellos tampoco son imbatibles. De hecho, el búho pigmeo (Glaucidium californicum) cuenta con manchas oculares en las plumas de la parte posterior de su cabeza, de modo que los depredadores que intenten atacarles por la espalda crean que son interceptados.
También algunos peces cuentan con estos dibujos en sus escamas. Por ejemplo, el pez mariposa (Chaetodo capistratus) los tiene cerca de la cola, de modo que sus cazadores ataquen directamente a esta parte mucho menos vulnerable de su cuerpo, dándole una segunda oportunidad para escapar.
Por todo esto, lo que en realidad hicieron estos científicos al pintar ojos en el culo de las vacas fue emular a la naturaleza. Desde luego, no hay un lugar mejor del que tomar información. No hay más que ver los buenos resultados que obtuvieron.