Viven instrumentistas un calvario
Todos los días a todas horas, los integrantes del Coro y la Orquesta del Estado de Zacatecas han vivido un víacrucis por los pasillos del edificio que alberga las instalaciones del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) Ramón López Velarde.
Aquí concurren de manera cotidiana algunos de los sobrevivientes de ambos conjuntos musicales a quienes, desde el pasado mes de julio, no se les pagan sus honorarios por concepto de beca de 2 mil pesos al coro y 4 mil a los atrilistas de la orquesta.
A cierta parte de ellos (12) les fueron ya depositados sus percepciones en tarjetas de nómina, pero a la mayoría no se les ha satisfecho esa necesidad, pese a que muchos únicamente cuentan con esa fuente de empleo, además de que el resto de las actividades musicales se encuentran frenadas por el Covid-19 y no tienen otro sustento.
A quienes ya se les depositó se les pidió que firmaran de nuevo un documento que ellos ya habrían signado en pasados meses mientras que se espera sea en los próximos días se comience a pagar al resto de los músicos que, entre coro y orquesta, sumaban más de 100 en meses pasados.
Así, en opinión de los especialistas, las autoridades culturales pretenden la aniquilación de sus músicos: coro y orquesta, mientras una burocracia rampante mira pasar frente de sí a grupos de intérpretes con quienes ellos han aprendido a jugar en lo que se refiere a su dignidad.