¿Cambios en el gabinete de Argentina? Las advertencias de Cristina Fernández de Kirchner a los funcionarios

Por RT Internacional

La vicepresidenta intensifica sus críticas al equipo de trabajo que rodea al presidente Alberto Fernández

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, intensificó sus críticas públicas a parte del gabinete del presidente Alberto Fernández al invitar a las y los funcionarios y legisladores a que se busquen otro tipo de trabajo si no están dispuestos a soportar las presiones y amenazas de los poderes económicos, políticos y judiciales opositores al gobierno.

“Les digo a todos y a todas: todos aquellos que tengan miedo, o que no se animan, por favor, hay otras ocupaciones además de ser ministros, ministras, legisladores, legisladoras. Vayan a buscar otro laburo“, dijo el viernes en la noche durante uno de los escasos eventos oficiales que ha protagonizado junto al presidente desde que hace un año el peronismo volvió al poder.

El acto fue organizado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, para rebautizar el Estadio Único de la Plata con el nombre de Diego Armando Maradona, el ídolo fallecido el pasado 25 de noviembre.

Sin embargo, el evento tuvo implicaciones políticas más profundas que un cambio de nombre, ya que se llevó a cabo en medio de las persistentes versiones de distanciamiento entre el presidente y la vicepresidenta, quienes son los líderes políticos más importantes del país.

 

La tensión entre ellos se evidenció este lunes, ya que Fernández respondió a las críticas. “Solo tengo gratitud y reconocimiento para cada ministro mío, para cada funcionario”, afirmó el presidente durante un acto oficial.

Ambos han pasado semanas sin comunicarse ni siquiera telefónicamente, menos para verse de manera personal. El 26 de noviembre, ambos dialogaron brevemente en el velorio de Maradona. Fue su primer encuentro en casi dos meses. Después, el 10 de diciembre, encabezaron la conmemoración por el Día Internacional de los Derechos Humanos en la ex Escuela de Mecánica de la Armada, que fue uno de los centros clandestinos de detención más grandes durante la dictadura militar (1976-1983).

Un mes antes, el 27 de octubre, Fernández de Kirchner había explicitado por primera vez sus cuestionamientos al gabinete en un mensaje titulado ‘A diez años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas’, en referencia al décimo aniversario del fallecimiento de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, y el primero del triunfo electoral del Frente de Todos, la fuerza política que impulsó para impedir la reelección del expresidente Mauricio Macri.

Reproches

“En este marco de derrumbe macrista más pandemia, quienes idearon, impulsaron y apoyaron aquellas políticas, hoy maltratan a un presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los ‘defectos’ que me atribuían y que según no pocos, eran los problemas centrales de mi gestión”, dijo la vicepresidenta en esa carta.

Las especulaciones sobre quiénes eran “los funcionarios que no funcionan” estallaron de inmediato. Las apuestas van desde el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, a los ministros de Salud, Ginés González García; Producción, Matías Kulfas; Justicia, Marcela Losardo; Educación, Nicolás Trotta; y Turismo, Matías Lammens. Unos por subejecutar los presupuestos de sus carteras; otros por mantener el perfil bajo y no defender con mayor énfasis al gobierno.

A principios de diciembre, uno de los nombres que más sonó para ser eyectado del gabinete fue el del canciller Felipe Solá, quien de manera inédita inventó el contenido del diálogo que habían sostenido Fernández y el presidente electo de Estados Unidos.

“El presidente Fernández le pidió dos o tres cosas, una es el visto bueno, la ayuda, la buena fe, la buena voluntad, del director de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, porque actualmente no estamos teniendo mucha suerte en este sentido con el director que deberá cambiar, que tendrá que cambiar después del 20 de enero. El gobierno que se va no está teniendo las mejores actitudes, en ese sentido, en el Fondo. Y el presidente Biden le dijo que él iba tratar de liberar, saldar, esa es la palabra que usó, los problemas financieros de América Latina”, aseguró Solá en una entrevista con una radio local.

La verdad es que el canciller ni siquiera había escuchado la conversación entre Fernández y Biden porque se equivocó y, en lugar de ir a la Casa Rosada, en donde se realizó la llamada, acudió a la residencia presidencial de Olivos. Sus declaraciones sorprendieron ya que entorpecían la renegociación de la deuda con el FMI, que está en marcha.

El presidente le aseguró luego a Clarín que daba por cerrado el tema, que no estaba enojado con Solá y que el episodio no había sido tan grave, aunque las críticas internas contra el ministro de Relaciones Exteriores se acentuaron como parte de los “funcionarios que no funcionan”.

Prejuicios

En esa primera carta, Fernández de Kirchner también se refirió al persistente relato de la prensa opositora que asegura que el presidente es su “títere”, ya que fue candidato a presidente gracias a que ella lo eligió y por eso es la que verdaderamente gobierna y la que decidirá los cambios de gabinete.

La idea no es nueva, ya que la prensa tradicional suele deslegitimar al presidente peronista de turno. De Néstor Kirchner, primero dijeron que lo controlaba su antecesor Eduardo Duhalde, y después Fernández de Kirchner; y cuando ella gobernó, aseguraban que era manejada por su esposo.  

Lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó (…) como se han quedado sin la excusa de las formas, tuvieron que pasar a un segundo guión: ‘Alberto no gobierna’, ‘la que decide todo es Cristina’, ‘rencorosa’ y ‘vengativa’ (…) debo reconocer que son poco creativos”, dijo.

La vicepresidenta afirmó entonces que el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el presidente el que tome las decisiones de gobierno. “Es el que saca, pone o mantiene funcionarios. Es el que fija las políticas públicas. Podrá gustarte o no quien esté en la Casa Rosada, pero no es fácticamente posible que prime la opinión de cualquier otra persona que no sea la del presidente a la hora de las decisiones.

Casi dos meses después, sin embargo, Fernández de Kirchner demostró el peso político que tiene al criticar de nuevo a parte del gabinete, sin citar nombres o cargos específicos, y pedirles que, si no van a cumplir sus funciones, mejor se busquen otro trabajo.

“Cuando no nos pueden parar ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados, se van a los juzgados. Porque ojo, que nadie se engañe: el famoso lawfare no es solamente para estigmatizar a los dirigentes populares, es para disciplinar a los políticos, para que nadie se anime a hacer lo que tiene que hacer. Necesitamos gente que los sillones que ocupe como ministro, ministra, legislador o legisladora, sea para representar los intereses del pueblo”, dijo en el Estadio Diego Armando Maradona, entre ovaciones de la militancia.

Pero este lunes los aplausos fueron para el presidente cuando defendió a su equipo.

“Todo este esfuerzo no es el esfuerzo de un presidente, es de todo un gobierno, de 24 gobernadores, que se pusieron codo a codo a mi lado a pelearle a la pandemia y una economía que se caída a pedazos, hay que tener coraje para hacerse cargo de la Argentina arrasada, para seguir gobernando cuando una pandemia se lleva puesto al mundo”, dijo para desestimar, una vez más, cambios en los ministerios.

Cecilia González

 

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