¿Qué tan cierta es la verdad que nos dijeron sobre la muerte de Colosio?
Docente en la UNAM, diputado y senador por Sonora, dirigente del PRI y candidato presidencial en 1994, fue Colosio.
Este 23 de marzo es el aniversario numero 27 de quien se postulaba a ser presidente la república en 1994 y fue asesinado quien murió tras ser atacado a disparos por Mario Aburto.
Luis Donaldo Colosio era un hombre discreto, pero con buen sentido del humor, exigente en el trabajo y con una visión para transformar al país. Así lo recuerdan sus amigos y colaboradores cercanos.
Colosio fue el primogénito del matrimonio de Luis Colosio Fernández y Ofelia Murrieta García.
Su desenvolvimiento desde muy temprana edad por la poesía, oratoria y declamación lo hizo ganar algunos concursos durante su juventud que después éstas herramientas serían luego importantes en su carrera política.
Fue profesor de la Universidad Anáhuac, a inicios de la década de los 80, ahí fue donde conoció a Diana Laura Riojas, con quien contrajo matrimonio y tras dos años de relación y tuvo dos hijos, Luis Donaldo y Mariana.
Dentro del partido político que lo vio crecer, el PRI, fue diputado, senador y ocupó diversos cargos dentro de la administración pública.
Luis Donaldo Colosio quería cambiar al PRI. No solo de nombre si no un cambio de raíz, Colosio creció e hizo toda su carrera política en el PRI sabía que el cambio era justo y necesario.
El 28 de noviembre de 1993, Colosio se afianzó la candidatura del PRI a la Presidencia de la República, en ese momento el era el presidente de este partido a nivel nacional.
El momento catártico de su carrera política fue el 6 de marzo de 1994, cuando en el Monumento a la Revolución pronunció un discurso con el que exigió la modernización del PRI a partir de las exigencias de la historia y los pobres del país.
Colosio era presidente del PRI en ese momento y se dice que ordenó a los renuentes funcionarios del partido gobernante en el estado a admitir la derrota. Por esto los funcionarios locales del partido lo consideraron un traidor.
El 23 de marzo de 1994 Colosio llegó a Tijuana para realizar eventos de proselitismo, y según versiones de periodistas que cubrían la campaña del futuro presidente el acto en el barrio popular de Lomas Taurinas no estaba en la agenda inicial.
Sin demasiada seguridad, el candidato sonreía, saludaba y se abría paso entre la gente que se amontonaba para entregarle una carta, saludarlo, abrazarlo o simplemente verlo
Han pasado 27 años desde esa tarde en Lomas Taurinas en el estado de Baja California, el reloj marcaba las 17:12 horas del pacífico en México. Sonaba la canción de “La Culebra” en medio de una multitud cuando de repente el sonido de los disparos transformó los aplausos en gritos de terror.
La muerte del candidato que se ubicaba como ganador de las elecciones presidenciales de 1994 en la mayoría de las encuestas, representó “el tiro de gracia al régimen político de partido de Estado”.
Durante 25 años no hubo manera de corroborar o negar la “verdad histórica” que el gobierno difundió sobre el asesinato de Colosio, pues el expediente estuvo todo este tiempo como información clasificada, es decir nadie más que Aburto o su abogado podían verlo.
Sin embargo, Laura Sánchez Ley, periodista y autora del libro “Aburto: testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo”, hace ya 7 años se preguntó: ¿Es verdad todo lo que nos dijeron sobre el Caso Colosio?.
Y después de varios años después la periodista logró encontrar archivos que durante años fueron clasificados argumento que desclasificar los documentos de un asesinato presidencial ya era un logro, porque son documentos que siempre debieron ser públicos para los mexicanos.
Entonces llamo a replantearse sobre qué tan cierta es la verdad que nos dijeron.