NACE EVA: LA PRIMERA GENERACIÓN DE ROBOTS CON EMOCIONES

Investigadores de Columbia Engineering utilizan IA para enseñar a los robots a que reaccionen a los gestos de los humanos. Si le sonríes, te sonríe. Si  te enfadas, se enfada.

EVA puede expresar las seis emociones básicas de ira, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa, así como una serie de emociones más matizadas, mediante el uso de «músculos» artificiales (es decir, cables y motores) que tiran de puntos específicos de la cara de EVA, imitando los movimientos de los más de 42 músculos diminutos unidos en varios puntos a la piel y los huesos de los rostros humanos.

Aunque nuestras expresiones faciales desempeñan un papel muy importante a la hora de generar confianza, la mayoría de los robots siguen mostrando el rostro inexpresivo y estático de un jugador de póquer profesional.

Con el creciente uso de robots en lugares donde deben colaborar estrechamente con humanos, desde residencias de ancianos hasta almacenes y fábricas, la necesidad de un robot más receptivo y facialmente realista es cada vez más urgente.

Interesados desde hace tiempo en las interacciones entre robots y humanos, los investigadores del Creative Machines Lab de Columbia Engineering llevan cinco años trabajando en la creación de EVA, un nuevo robot autónomo con un rostro dulce y expresivo que responde para adaptarse a las expresiones de los humanos. La investigación se presentará en la conferencia ICRA el 30 de mayo de 2021, y los planos del robot son de código abierto en Hardware-X.

UN ROBOT SÚPER EXPRESIVO

«La idea de EVA surgió hace unos años, cuando mis estudiantes y yo empezamos a darnos cuenta de que los robots de nuestro laboratorio nos devolvían la mirada a través de ojos saltones de plástico», explica Hod Lipson, catedrático de Innovación James y Sally Scapa (Ingeniería Mecánica) y director del Laboratorio de Máquinas Creativas.

Lipson observó una tendencia similar en la tienda de comestibles, donde se encontró con robots reponedores que llevaban insignias con su nombre y, en un caso, estaban ataviados con un acogedor gorro tejido a mano. «La gente parecía humanizar a sus colegas robóticos poniéndoles ojos, una identidad o un nombre», dijo. «Esto nos hizo preguntarnos, si los ojos y la ropa funcionan, ¿por qué no hacer un robot que tenga un rostro humano súper expresivo y receptivo?».

Aunque parezca sencillo, crear un rostro robótico convincente ha sido un reto formidable para los expertos. Durante décadas, las partes del cuerpo de los robots han sido de metal o plástico duro, materiales demasiado rígidos para fluir y moverse como lo hace el tejido humano. El hardware robótico ha sido igualmente tosco y difícil de trabajar: los circuitos, sensores y motores son pesados, consumen mucha energía y son voluminosos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *