Dominicana ordena “cierre inmediato” y refuerzo de su frontera con Haití tras magnicidio
Por RFI
Ante la crisis que afronta Haití, el gobierno de la vecina República Dominicana decidió el cierre inmediato de los 380 kilómetros de frontera entre ambos países en la isla La Española, además de activar un plan de emergencia que incluye refuerzos militares en cielo, tierra y mar.
El presidente dominicano, Luis Abinader, condenó el magnicidio, ejecutado por presuntos mercenarios extranjeros en una operación en la que resultó herida la primera dama haitiana.
Abinader convocó de urgencia al Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, conformado por el alto mando militar y funcionarios civiles de seguridad, para discutir la situación y activó un plan de emergencia, que incluye refuerzos militares en la frontera.
“Para la República Dominicana, el asesinato del presidente Jovenel Moise genera mucha tensión debido a que compartimos la isla La Española”, dice a RFI el politólogo, Juan Gonzales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. “Haití es nuestro principal socio comercial. Y además, somos el principal receptor de inmigrantes haitianos. La inestabilidad en Haití va a provocar siempre preocupación, porque se teme un éxodo de inmigrantes haitianos a nuestro territorio. También es el segundo destino de nuestras exportaciones, más o menos unos 800 millones de dólares”.
La presidencia dominicana suspendió “hasta nuevo aviso las actividades de los mercados binacionales en las provincias fronterizas”.
“Es necesario [tomar estas medidas] porque el contexto no [nos permite conocer] la situación real en Haití”, dice Gonzales. “Por lo tanto, como medida preventiva, lo correcto que puede hacer el presidente de la República [es cerrar la frontera]. Desde hace unos meses la situación es muy precaria en Haití por la crisis político electoral. Además la pandemia que afectó la organización de elecciones en 2020. A esto se suma la crisis de seguridad, las pandillas en Haití que cada día toman más fuerza. La mayoría operan en la zona metropolitana. Se calcula que hay 162 grupos armados, alrededor de 3000 personas integran estas pandillas y luchan entre ellos para controlar territorios”.
Haití y República Dominicana tienen una porosa frontera de 380 km, por donde pasa un enorme flujo irregular de inmigrantes haitianos buscando mejores trabajos, principalmente en turismo o manufacturas.
Aunque, desde el puente fronterizo, este martes no se veían los migrantes que comúnmente cruzan de forma irregular la frontera a través del río Masacre.
Cuatro soldados custodiaban con armas largas el portón blanco fronterizo que da acceso al mercado binacional Dajabón, una especie de zona franca antes de llegar a la aduana, constató la AFP. El puente que lo conecta desde Haití también estaba desolado.
“Todo se desarrolla con normalidad, con tranquilidad”, dijo a periodistas en Dajabón el general Miguel Ángel Burgos, comandante de la Segunda Brigada de Infantería del Ejército.
Unos 9.800 efectivos dominicanos custodian la línea de frontera, “más que suficientes para reforzar o dar una alerta temprano a cualquier eventualidad que podamos enfrentar”, añadió Burgos.
Actualmente la frontera cuenta con cuatro pasos formales, vigilados por las Fuerzas Armadas, pero sobran las zonas vulnerables a la migración ilegal y al contrabando.
En República Dominicana, con 10,5 millones de habitantes, viven cerca de 500.000 haitianos, según la Encuesta Nacional de Inmigrantes.
Tidro Perit Frere, un haitiano de 31 años que vive desde hace 17 en Dominicana, dijo a la AFP estar sorprendido por el magnicidio.
“Para ellos llegar adonde el presidente tienen que pasar todos los seguridad y entonces solamente es el presidente que se muere. Para mí eso está muy raro”, señaló. “No quiero viajar a un país así. Estoy esperando a que la cosa mejore y así yo podré viajar para visitar a la familia”.
El gobierno anunció además la aplicación de un plan de seguridad, que entre otras cosas impide “la concentración de nacionales haitianos indocumentados en territorio dominicano”.
“Salvar la democracia”
Moise, que gobernaba por decreto el país más pobre del continente americano, fue asesinado a los 53 años por un grupo que se hizo pasar por agentes de la agencia antidrogas estadounidense DEA y cuyos miembros, según el embajador haitiano en Washington, Bocchit Edmond, probablemente huyeron a República Dominicana.
El asesinato de Moise ha recibido un amplio rechazo internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia el jueves, mientras que la OEA expresó su apoyo a la democracia haitiana en una sesión extraordinaria este miércoles.
Estados Unidos, que condenó el “horrible” asesinato, exhortó por su parte a seguir adelante con las elecciones presidenciales y legislativas previstas para el 26 de septiembre.
El embajador haitiano en Santo Domingo coincidió. “Tenemos que ir a las elecciones para tener el 7 de febrero un nuevo gobierno”, dijo en una rueda de prensa. “Tenemos que ir por este orden democrático y salvar la democracia”.
El primer ministro haitiano, Claude Joseph, declaró el estado de sitio y dijo estar ahora a cargo del país, e hizo un llamado a la calma.
Con AFP.