¿Caminar beneficia a nuestro cerebro?
Caminar puede ayudarnos a prevenir enfermedades, mejorar nuestro estado de ánimo y salud en general. Pero a nivel neurológico, ¿cómo beneficia a nuestro cerebro? Una nueva investigación revela que cuando las personas se vuelven más activas físicamente, la sustancia blanca del cerebro se remodela, mejorando su capacidad de pensar y recordar a medida que envejecen.
Anteriormente, se creía que nacíamos con una cantidad fija de células cerebrales y que no se podían generar más. Cuando nuestro cerebro es estimulado por actividad física puede generar más neuronas, incluso, podría conservar su plasticidad de por vida
Caminar podría regenerar la sustancia blanca cerebral
Hasta ahora, la mayoría de los estudios neurológicos se han enfocado en la materia gris de nuestro cerebro, pues en esta zona se ejecutan las interacciones cerebrales responsables de los pensamientos y la memoria. En efecto, han olvidado a la sustancia blanca (formada por fibras nerviosas envueltas en grasa, conocidas como axones) consideradas como estáticas y con poca capacidad de adaptarse a los cambios de la vida.
Motivada por la creencia de que la ciencia ha subestimado a esta parte del cerebro y que la materia blanca puede cambiar si las personas comienzan a moverse, la profesora de Neurociencia y Desarrollo Humano de la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins, Agnieszka Burzynska, y otros colegas se propusieron revisar la sustancia blanca de 250 personas de edad avanzada.
Caminar renueva la materia blanca especialmente en personas de la tercera edad
Tras probar sus habilidades cognitivas y aeróbicas, medir la función de su materia blanca y evaluar su estado de salud en general, los participantes divididos previamente en tres grupos: uno de control dedicado a estiramientos y equilibrio, otro de caminatas ligeras de 40 minutos (tres veces por semana) y un tercero para que aprendiera bailes en línea y coreografías de grupo (tres veces por semana), se enviaron a casa por seis meses.
Transcurrido este tiempo, tanto sus cuerpos como sus cerebros habían cambiado. Pero, lo que realmente llamó la atención fue que los bailarines y los caminantes mostraron una materia blanca renovada. Pero, con mayor intensidad en las personas que estaban en el grupo de caminatas. De hecho, las fibras nerviosas de ciertas partes de sus cerebros habían crecido y las lesiones en los tejidos se habían reducido.
Como resultado rindieron mejor en las pruebas de memoria en comparación con los bailarines. Por el contrario, los participantes que formaron parte del grupo de control presentaron un deterioro en la salud de sus sustancias blancas, con un mayor adelgazamiento de axones y una caída de las puntuaciones cognitivas.
Las caminatas cortas benefician a nuestro cerebro en general
Si consideramos los hallazgos de Burzynska y sus colegas, se puede decir que caminar beneficia a nuestro cerebro en general, es decir, tanto a la materia gris como a la blanca. Otros estudios han demostrado que caminatas cortas de hasta incluso 10 minutos al día tienen efectos inmediatos en nuestro cerebro y en nuestra mente. Específicamente, en el proceso de aprendizaje y la capacidad de recordar.
Es evidente que la actividad aeróbica es clave para preservar la plasticidad de nuestro cerebro. Ahora la duda es, el experimento desarrollo por Burzynska y su equipo de investigación, ¿tendrá el mismo impacto en personas más jóvenes? Futuros estudios nos darán la respuesta.