El presidente tunecino Kais Saied congela el Parlamento y asume plenos poderes

Por RFI

Tras una jornada de manifestaciones contra los dirigentes tunecinos, el presidente Kais Saied declaró este domingo que suspendía la actividad del Parlamento, destituyó al primer ministro Hichem Mechichi y se atribuyó plenos poderes ejecutivos. Una movida apoyada por una parte de la población, que sume al país en una de sus peores crisis políticas.

Por la corresponsal de RFI en Túnez, Lilia Blaise.

Los tunecinos desafiaron el toque de queda nocturno y salieron a las calles este domingo 26 de julio para celebrar o criticar la decisión del presidente Kais Saied. Tras una serie de manifestaciones en todo el país, el mandatario convocó en la tarde una reunión de emergencia con representantes de las fuerzas militares y policiales en el Palacio de Cartago.

Poco después, Saied declaró por televisión que destituía al jefe de gobierno Hichem Mechichi y que nombraría a un sucesor para designar un nuevo equipo ministerial en los próximos días.

“Anunciaremos otras medidas para salvar a Túnez. El pueblo tunecino debe continuar su revolución con toda legitimidad y nosotros aplicaremos la ley. Estamos atravesando momentos muy delicados en la historia de Túnez”, dijo el jefe de Estado.

“La Constitución no me permite disolver el Parlamento, pero sí suspender su actividad” explicó el presidente, amparándose en el artículo 80 de la Constitución que le permite tomar medidas excepcionales en caso de peligro inminente para el país.

Pero el texto no dice nada específico sobre la posibilidad de destituir al jefe de gobierno, sobre la eliminación del fuero de los diputados o sobre la suspensión de las actividades del Parlamento durante un mes.

Según la Constitución, el presidente debe dirigirse al Tribunal Constitucional, entidad que de momento no existe en Túnez.

Una medida que divide a los tunecinos divididos

El presidente tunecino lleva meses en un pulso político con el principal partido parlamentario, Ennahdha. Las medidas del domingo tienen como blanco claro a este partido islamista, en el poder desde la revolución de 2011.

Por el momento, las reacciones de los tunecinos son contradictorias. Muchos no saben si están asistiendo a un golpe de Estado o a un nuevo impulso para salir del bloqueo político.

Cientos de ellos, sin embargo, como Hena Shenaoui, salieron a la calle para mostrar su alegría. “Oímos ululeos en la calle, así como bocinas de autos. Había cientos de hombres, mujeres y niños en la avenida Habib Bourguiba. Muchos jóvenes estuvieron celebrando”, cuenta esta habitante de la capital.

Ennahdha denuncia un “golpe de Estado”

El jefe del Parlamento Rached Ghanouchi es el líder del partido y Hichem Mechichi, el ahora ex primer ministro, fue apoyado por este movimiento cercano a los Hermanos Musulmanes.

Ennahdha reaccionó inmediatamente después de las declaraciones del jefe de Estado. En Facebook, el partido islamista indicó que veía las decisiones como “un golpe de Estado contra la revolución y contra la Constitución”.

Este lunes, Rached Ghannouchi realizó una sentada en frente del Parlamento de Túnez, tras serle prohibida la entrada por el ejército.

 

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