Proyecto Galileo, una nueva iniciativa para buscar evidencia de tecnología extraterrestre
A simple vista, parece que estamos solos en el universo pero, analizándolo con profundidad, es difícil creer que en realidad sea así. Los científicos son fervientes creyentes de que la vida extraterrestre está allí, en algún lugar del espacio exterior, y aunque la búsqueda haya sido infructuosa hasta ahora, probablemente exista alguna evidencia de tecnología también. Por ello han creado el Proyecto Galileo.
La iniciativa consiste en la creación de una red global de telescopios, cámaras y computadoras de tamaño mediano para estudiar los objetos voladores no identificados. Ya que aún no hay pruebas suficientes como para dar una explicación lógica a su presencia, este proyecto abordará la ambiciosa meta de encontrarlas.
Interés por descifrar el origen de los objetos voladores no identificados
En TekCrispy hemos cubierto varias investigaciones que reportan descubrimientos de planetas muy parecidos a la Tierra; estos hallazgos han alimentado aún más el interés por indagar en la posibilidad de que exista vida alienígena.
“Lo que vemos en nuestro cielo no es algo que los políticos o el personal militar deban interpretar, porque no fueron entrenados como científicos”, dijo el profesor Avi Loeb durante una conferencia de prensa. “Es para que la comunidad científica lo averigüe”.
El Proyecto Galileo se anunció un mes después de que el Pentágono publicara un informe desconcertante en el que reconocen que los objetos voladores no identificados que han avistado en el cielo estadounidense desde hace varios años aún son un misterio.
Proyecto Galileo dará continuidad a la “arqueología espacial”
Loeb considera esta iniciativa como una nueva rama de la astronomía a la que se refiere como “arqueología espacial”. En términos más técnicos, su objetivo es complementar con tecnología el campo existente de la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI) que, hasta ahora, se centra en la búsqueda de señales de radio extraterrestres.
“Ya no podemos ignorar la posibilidad de que las civilizaciones tecnológicas nos precedieron”, dijo Loeb. “El impacto de cualquier descubrimiento de tecnología extraterrestre en la ciencia, nuestra tecnología y en toda nuestra visión del mundo sería enorme”.
Entre sus objetivos figura la búsqueda y estudio de los objetos que visitan nuestro sistema solar desde el espacio interestelar, así como la búsqueda de tecnología, y concretamente, satélites extraterrestres que puedan estar sondeando la Tierra.
Un esfuerzo internacional de alto costo para la búsqueda de tecnología extraterrestre
El Proyecto Galileo ha recibido este nombre en honor al astrónomo italiano Galileo Galilei, castigado por proporcionar evidencia de que la Tierra no era el centro del universo, como se creía anteriormente. Ha recibido un financiamiento de 1,75 millones de dólares de donantes privados, y sus fundadores esperan multiplicar dicha cifra próximamente.
Como es de esperar, este ambicioso proyecto requerirá un apoyo multilateral, y de hecho, participarán investigadores de diferentes partes del mundo; esto incluye Harvard, Princeton, Cambridge, Caltech y la Universidad de Estocolmo, así como del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, que se encuentra actualmente en construcción, pero que probablemente estará listo para 2023. Además, recopilarán los datos y resultados de estudios astronómicos existentes y futuros.
¿El interés por encontrar evidencia extraterrestre puede sesgar la búsqueda?
Loeb ha publicado cientos de artículos e incluso colaboró con el difunto Stephen Hawking, lo cual lo ha otorgado el respeto de la comunidad científica. Sin embargo, generó controversia en 2017 cuando sugirió que un objeto interestelar que visitó nuestro sistema podría haber sido un extraterrestre navegando con apoyo del viento solar.
Es lógico que tanto interés por encontrar tecnología extraterrestre introduzca algún sesgo dentro de las investigaciones científicas. Como indicamos en una nota reciente, la plena confianza en la ciencia también puede ser contraproducente en su avance.
Irónicamente, el cofundador del proyecto es Frank Laukien, un académico del departamento de química y biología química de Harvard que se considera a sí mismo como un “escéptico”. Pero, a diferencia de otros, intentará “registrar e interpretar los datos de manera agnóstica de acuerdo con el método científico”. Puede que Laukien contribuya con el equilibrio y mente fría necesarios para el correcto ejercicio de la ciencia.