JJOO: El negocio de los preservativos, mermado por la pandemia
Por RFI
Desde los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl (Corea del Sur), que se celebraron en plena epidemia de sida, la distribución de preservativos gratuitos es una costumbre en la Villa Olímpica. Sin embargo, este año, la pandemia de Covid-19 prohíbe a los atletas mantener relaciones sexuales.
Los Juegos Olímpicos de Tokio iban a ser una gran oportunidad para los fabricantes de preservativos japoneses, que habían fantaseado con una enorme afluencia de visitantes extranjeros y esperaban distribuir miles de sus innovadores preservativos ultrafinos entre los atletas. Pero su entusiasmo se vio mermado por la pandemia de Covid-19 y las drásticas restricciones impuestas durante el evento.
En todos los Juegos Olímpicos desde los de Seúl de 1988, se han ofrecido preservativos en masa a los atletas participantes para promover la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, como el sida. En 2016, se distribuyeron 450.000 preservativos recubiertos de gel antiviral para combatir el virus del Zika en los Juegos de Río, en Brasil.
Para llevar a casa
A pesar de las estrictas normas de distanciamiento físico, este año, 160.000 preservativos están a disposición de los atletas, un promedio de 14 por persona. “Los preservativos que se distribuyen no están destinados a ser utilizados en la Villa Olímpica”, sino “a ser llevados por los atletas a sus respectivos países” después de los Juegos, dijo Tokio-2020 a la AFP. Los preservativos ultrafinos de poliuretano quedaron excluidos de la operación en favor de los preservativos de látex convencionales, según la asociación industrial japonesa.
La piragüista australiana Jessica Fox, que se coronó con dos medallas, demostró por su parte que los preservativos tienen usos múltiples, cuando usó uno para reparar su embarcación en mal estado. “Apuesto a que no sabían que se podía usar para reparar un kayak”, bromeó Fox.
Hace unos años, el principal fabricante de preservativos de Japón, Sagami Rubber Industries, aumentó específicamente su capacidad de producción, abriendo incluso una nueva fábrica en Malasia para satisfacer el aumento previsto de la demanda durante y después de los Juegos Olímpicos.