Convivir en comunidad es vital en el tratamiento de la adicción
Superar una adicción es una tarea bastante complicada, pues no es fácil superar la dependencia a ciertas drogas. Durante ese proceso, contar con el apoyo de los más cercanos es vital para lograr los resultados esperados. Es por ello que una pareja de antropólogos de la Universidad de Virginia señala que reconocer la necesidad humana de convivir en comunidad es vital para ayudar en el tratamiento de la adicción.
Los autores destacan cómo el confinamiento provocado por la COVID-19 ha impactado negativamente en las personas con adicción. Por ejemplo, en Estados Unidos se registraron más de 90 mil muertes por sobredosis durante el 2019 y 2020.
“Las sobredosis han sido terribles desde la pandemia. Pero, ha sido un patrón continuo que ya estaba sucediendo, principalmente debido a la circulación del fentanilo –opioide más potente que la morfina–”, dijo la profesora China Scherz.
La adicción: “una enfermedad de la soledad”
El profesor de antropología, Jarrett Zigon, señala que la medida sobre el distanciamiento social se aplicó de forma incorrecta, puesto que muchas personas se aislaron física y socialmente para mantenerse seguros. Cuando en realidad solo debían mantener el distanciamiento físico.
En consecuencia, algunas personas comenzaron a experimentar soledad y, por tanto, alteraciones en su estado de ánimo. Sobre todo, en personas dependientes a sustancias químicas. De igual modo, la pandemia influyó sobre el comercio de sustancias químicas. Según se explica en el artículo, durante un periodo de tiempo de la pandemia, el suministro de fármacos no fue confiable.
En efecto, algunas personas se hicieron más tolerantes a ciertas drogas y, en el peor de los casos terminaban con una sobredosis. Aunado a ello, el confinamiento afectó el tratamiento asistido con medicamentos, como buprenorfina y la suboxona, para tatar el abuso y adicción de opioides.
El apoyo social es esencial para superar adicciones
Para evidenciar aún más la necesidad humana de convivir en comunidad, se reseña el impacto que la experiencia religiosa puede causar en algunas personas. La sensación trasformadora y “el poder de empezar de nuevo” avivan las esperanzas y el deseo de una vida mejor en las personas con adicción.
En ese sentido, construir conexiones sociales significativas y aumentar la confianza en el futuro puede ser un aspecto tan importante de la recuperación como mediar los síntomas de abstinencia física, concluyen los investigadores.
Una vez más, se pone de manifiesto que los humanos somos seres sociales por naturaleza. Necesitamos del apoyo de familiares, amigos y comunidades para tomar decisiones oportunas. En este caso, para superar la dependencia a sustancias químicas.