Superar desafíos puede ser la definición de una “buena vida” para algunos
Cada persona tiene una idea propia de lo que quiere que sea su vida y en lo que espera enfocarla. Por lo general, para determinar qué tan satisfecho se está con ella, se observan características como la manifestación de emociones positivas o la persecución de un propósito mayor. Ahora, una reciente investigación ha demostrado que, para algunas personas, los desafíos también son un camino válido hacia una “buena vida”.
El estudio que reveló tal situación fue llevado a cabo por Shige Oishi y Erin C. Westgate. En conjunto, realizaron una publicación en la revista científica Psychological Review. Dentro de ella, explican sus bases para plantear la existencia de lo que denominaron “el tercer tipo de buena vida”.
Para algunas personas, tener una “buena vida” implica superar desafíos
Específicamente, el estudio se enfocó en una característica de la vida que mide el nivel de “riqueza psicológica” que hay en ella. En resumen, el término hace referencia a una mayor variedad de experiencias interesantes o desafiantes que generan un cambio de perspectiva en quien las vive.
Dicho de otro modo, las personas que aspiran a una vida psicológicamente rica buscan llenarse de nuevas experiencias que sacudan su normalidad y generen un cambio de paradigma. Una meta que puede alcanzarse a través de cambios drásticos en la vida de las personas y que puede venir de la mano con una gran variedad de desafíos que conquistar.
Gracias a su investigación empírica, los autores lograron identificar un porcentaje de individuos que consideran “buena” su vida cuando está llena de desafíos y nuevas experiencias, dejando de lado otros conceptos más comunes como la felicidad o la sensación de propósito.
“Riqueza psicológica” y su relación con nuestro bienestar
Presentamos evidencia empírica de que la felicidad, el significado y la riqueza psicológica son aspectos relacionados pero distintos y deseables de una buena vida, con causas y correlatos únicos”, escribieron los autores.
Como una muestra de lo anterior, los investigadores mencionaron una encuesta realizada a 3.728 personas en nueve países. Entre los encuestados, las personas de Alemania, India, Corea y Japón se mostraron más interesadas en tener una vida psicológicamente rica –representando el 16,8%; 16,1%; 15,8% y 15,5% de la muestra, respectivamente–.
Ahora, la investigación no busca sugerir que una vida psicológicamente rica podría ser mejor o un reemplazo para los tipos más conocidos de vidas satisfactorias. Pero su estudio sí comprueba que las personas podrían estar particularmente inclinadas a perseguir la superación de desafíos como un elemento satisfactorio que los lleve a sentir que tienen una “buena vida”.
¿Lo más curioso del descubrimiento? A diferencia de los otros dos escenarios, la idea de la riqueza psicológica permite la inclusión de sentimientos negativos dentro del panorama de una buena vida. Después de todo, los retos constantes no son necesariamente siempre agradables de enfrentar.
Pero, de acuerdo a las tres encuentras de su estudio actual, que abarcaron a 1.336 estudiantes universitarios, esos sentimientos siguen siendo bienvenidos y aceptados por las personas que quieren una vida psicológicamente rica.
El tercer tipo de “buena vida”
En resumen, la investigación recién desarrollada “sugiere que una buena vida puede no ser siempre placentera y que es valioso llevar vidas que investiguen diferentes perspectivas”, según escribieron los autores. De acuerdo a los datos recolectados, dicha preferencia en las personas no estuvo relacionada con elementos externos como la política, economía o nivel de educación.
En un futuro, los investigadores consideran que valdría la pena investigar otros elementos como el aprendizaje, la creatividad y el altruismo o servicio al otro, como otros mecanismos que podrían producir satisfacción con la propia vida.
Por ahora, lo que sí queda claro es que enfrentarse a desafíos y tener experiencias novedosas puede considerarse como el tercer tipo de buena vida. Por lo que, en el futuro, debería ser tomado en cuenta en estudios que busquen conocer el bienestar general y satisfacción de las personas.