Adaptación y resiliencia: así es como las hembras colibríes afrontan el acoso
Las hembras colibríes han sorprendido a los científicos con un comportamiento que les permite salir ilesas y evadir situaciones de acoso. Un nuevo estudo revela que mantienen los colores brillantes de su plumaje para que sea similar al de los machos y, de este modo, evitar picoteos y golpes durante la alimentación y el apareamiento.
Los hallazgos, publicados en la revista Current Biology, revelan que las colibríes hembras han planteado sus propias estrategias para lidiar con comportamientos agresivos. Adoptar la apariencia de machos adultos parece salvarlas de ellos.
Los colores de los colibríes cambian según la edad
En la adultez, el plumaje de los colibríes jacobinos de cuello blanco machos exhibe colores brillantes y muy llamativos; sus cabezas pintadas de azul iridiscente, colas blancas y vientes blancos probablemente son útiles a la hora de buscar pareja o competir con otros de su mismo sexo.
En cambio, en la adultez, las hembras colibríes tienden a exhibir colores más apagados, como verde, gris o negro. Y aunque suene como una desventaja en cuanto a belleza, la realidad es que tiene mucha utilidad. Gracias a ello, pueden mezclarse en los colores de su entorno y pasar desapercibidas frente a depredadores.
Algunas hembras mantienen los mismos colores que los machos en la adultez
Sorprendentemente, un equipo de investigadores notó que alrededor del 20 por ciento de las hembras adultas tienen colores tan llamativos como los machos. Durante su juventud, esto es normal, pero lo “normal” es que los colores se apaguen a medida que envejecen.
“Para las aves, eso es realmente inusual porque generalmente se encuentra que cuando los machos y las hembras son diferentes, los juveniles generalmente se parecen a las hembras adultas, no a los machos adultos , y eso es cierto casi en todos los ámbitos para las aves”, explicó primer autor Jay Falk. “Era inusual encontrar uno donde los juveniles se parecieran a los machos. Así que estaba claro que algo estaba en juego”.
Hasta ahora, no está muy claro si se trata de algún fenómeno genético, efectos de factores externos o elección del colibrí, pero los investigadores han planteado una explicación potencial: evitar el acoso.
La estrategia con la que las hembras colibríes evitan el acoso
Para determinarlo, crearon un escenario con colibríes disecados en comederos y observaron las interacciones de los individuos reales con ellos. En el proceso, notaron que los colibríes machos acosaron principalmente a las hembras de colores apagados, lo que los llevó a pensar que mantener los colores llamativos puede ser una estrategia para evitar el acoso.
Los investigadores destacan que las hembras colibríes mantenían sus colores brillantes durante su juventud y no durante su período reproductivo; es decir, mantenían este rasgo “masculino” mientras no estaban interesadas en buscar pareja. Por lo tanto, descartan que el interés por verse más atractivas (selección sexual) esté detrás de este mantenimiento de color.
Nuestros hallazgos demuestran que la ornamentación puede surgir puramente a través de la selección social no sexual, y esta hipótesis debe considerarse en la evolución no solo del polimorfismo limitado por las mujeres, sino también de la ornamentación espectacular que a menudo se supone que resulta de la selección sexual”.
¿Un ejemplo de resiliencia en la naturaleza?
Desde tiempos inmemoriales, las mujeres humanas han sido objeto de acoso por parte de diferentes doctrinas y pensamientos. Y a pesar de que las luchas históricas y el cambio generalizado de mentalidad han hecho su parte en la igualdad de género, la situación en Afganistán nos recuerda que la misoginia sigue latente en nuestros tiempos.
Si bien es difícil comparar estas situaciones con el comportamiento de otros animales, puede servir de base para quienes más sufran los efectos de las agresiones. La determinación y perseverancia de muchas e incluso los mismos ejemplos de resiliencia que nos ofrece la naturaleza pueden inspirar y fortalecer las luchas actuales. Las hembras colibríes nos dejan muestra de ello.