Ciencia finalmente descubre la fórmula matemática del huevo
Los huevos son uno de los elementos más comunes y reconocibles de la naturaleza. Durante miles de años, su estructura ha servido para que millones de especies se reproduzcan y continúen llevando su legado a las siguientes generaciones. Ahora, los científicos han descubierto la particular fórmula matemática que podría explicar el éxito de cualquier huevo de ave en la naturaleza.
Los investigadores Valeriy G. Narushin, Michael N. Romanov y Darren K. Griffin fueron las mentes curiosas que se embargaron en tan particular estudio. Una vez sus esfuerzos dieron frutos, los compartieron a través de una publicación reciente en la revista científica Annals of the New York Academy of Sciences.
Gracias a ellos, ahora contamos con una fórmula matemática, con la que calcular y entender la forma de cualquier huevo. Algo que, en el futuro, podría ser un gran apoyo no solo para la industria alimentaria, sino también para el desarrollo de nuevas investigaciones en variadas disciplinas científicas.
La nueva ecuación puede describir el huevo de cualquier pájaro existente en la naturaleza. Este hito será aplicable a la industria alimentaria y otras disciplinas científicas.
El misterio detrás de la “forma perfecta” de los huevos
La curiosidad de los investigadores por los cálculos detrás de la forma de los huevos está más que justificada. En general, los huevos son uno de los ejemplos más completos del éxito de la adaptación evolutiva.
Eso debido a que los huevos no pierden su esencia o características principales, mientras que sí evolucionan para adaptarse a las distintas necesidades del ambiente y de cada especie. Algo como eso lo podemos ver en la gran variedad de tamaños, colores y requerimientos de desarrollo de los huevos.
Cada uno de ellos está adaptado para diferentes propósitos según la especie. Algunos pueden ser incubados fuera del nido, otros pueden o no requerir calor corporal. Asimismo, algunos incluso podrían desarrollarse mejor con calor, mientras que otros lo hacen con frío. Incluso, han evolucionado para poder sobrevivir en ambientes sucios o limpios dependiendo a la situación.
Actualmente, más de 10.500 especies vivas en el planeta utilizan los huevos como método para dejar descendencia. En cada uno de sus casos, la forma del huevo está perfectamente adaptada a sus necesidades: 1) es lo suficientemente pequeña para salir del cuerpo del animal; 2) lo suficientemente grande como para resguardar un embrión; 3) adecuadamente fuerte para protegerlo del exterior y 4) justamente frágil como para permitirle salir en el momento adecuado.
Hasta la fecha, a pesar de que se conocían todas esas características, no se había logrado crear un modelo que las uniera y explicara juntas. Ahora, la investigación más reciente ha cambiado esa realidad, trayendo por primera vez una fórmula matemática para la forma del huevo.
Revelado el secreto: la fórmula del huevo
Para poder lograr su cometido, los investigadores de la Universidad de Kent, del Instituto de Investigación de Tratamiento Ambiental y de Vita-Market Ltd tuvieron que crear una fórmula matemática que funcionara como una conglomeración de elementos.
En la forma del huevo, están contenidas figuras geométricas como el ovoide, la esfera, el elipsoide y el piriforme (una figura cónica o con forma de pera). Dentro de la fórmula matemática del huevo, fue necesario incluir todas las fórmulas de las figuras anteriores.
De la sumatoria y mezcla de todos esos elementos es que surgió el resultado final: una fórmula matemática capaz de predecir la forma de cualquier huevo de ave en la naturaleza. Todo al tomar en cuenta cuatro variables principales: a) la longitud del huevo; b) su anchura máxima; c) el desplazamiento del eje vertical; y d) el diámetro de un cuarto de la longitud del huevo.
Y… ¿qué hacemos con esta información?
Esta fórmula universal se puede aplicar en todas las disciplinas fundamentales, especialmente en la industria alimentaria y avícola, y servirá de impulso para futuras investigaciones inspiradas en el huevo como objeto de investigación”, explicaron los autores en su estudio.
En otras palabras, el uso de la fórmula matemática del huevo podría facilitar el trabajo del sector alimenticio al brindarles una herramienta nueva para desarrollar sistemas de incubación, almacenamiento y clasificación de los huevos dependiendo de su tipo y de la especie de la que provienen.
Por otra parte, la fórmula del huevo también podría servirnos como una inspiración para el desarrollo futuro. Después de todo, la “forma perfecta” de la naturaleza ha demostrado ser tan adaptable como resistente, unas características que, a futuro, se podrían intentar imitar en áreas como la arquitectura.