Calamares macho del arrecife tienen un instinto paternal único en su tipo
Bajo el mar, constantemente ocurren procesos e interacciones de los que aún no sabemos todo, a pesar de haber dedicado años a su investigación. Otro ejemplo de eso ha llegado con los machos de los calamares de arrecife, quienes han mostrado tener un inesperado instinto paternal.
La investigación que avala tales observaciones está por publicarse en la revista científica Ecology. Detrás de ella, estuvo el trabajo conjunto de Eduardo Sampaio, de la Universidad de Lisboa en Portugal, y de Samantha Cheng, del Museo Americano de Historia Natural, junto a otro grupo de colegas.
Gracias a sus esfuerzos, según reportó New Scientist, fue posible documentar un comportamiento totalmente inédito entre esta clase de invertebrados marinos. De esa forma, los calamares macho de la especie Sepioteuthis Lessoniana se posicionaron como posiblemente los mejores padres entre los cefalópodos.
Los cefalópodos no son famosos por sus dotes parentales
Como ya lo mencionamos, en general, los individuos de la clase de los cefalópodos tienen un papel nulo en la crianza de su descendencia. De acuerdo a lo afirmado por Sampaio, la única labor usual de los calamares y otros familiares cercanos es la de fecundar a la hembra y protegerla de otros machos.
Más allá de allí, los cefalópodos suelen dejar a las hembras a sus anchas para que se encarguen de la postura de los huevos y del cuidado de las crías. Ahora, según lo que se ha logrado capturar en video, los también llamados calamares macho de arrecife podrían tener un instinto paternal que los lleva a ir un poco más allá.
Los calamares ovalados macho tienen el mayor instinto paternal registrado
Otros de los nombres comunes de los Sepioteuthis Lessoniana son calamar ovalado y/o calamar brillante, por su particular y reconocible estructura. Ahora, gracias al reciente descubrimiento, se podría añadir una nueva característica con la que diferenciar a la icónica especie.
Todo eso gracias a las observaciones realizadas por Sampaio, Cheng y sus colegas. En total, lograron recuperar dos grabaciones de rituales de apareamiento entre calamares brillantes. Uno de ellos se llevó a cabo en el Mar Rojo y otro en la costa de Indonesia.
A pesar de los miles de kilómetros que separaban a ambas parejas, los calamares machos de cada una mostraron el mismo instinto paternal. En primer lugar, luego de aparearse con la hembra, se colocaron en una posición fija, con sus tentáculos apuntando hacia abajo y su cabeza bulbosa mostrando un patrón de rayas de como de cebra.
Una vez terminado el ritual, que se asume es una señal de advertencia para otros machos, los calamares ovalados pasan a la segunda fase de su plan. Básicamente, se acercan al arrecife y patrullan tanto la zona como la cueva en la que la hembra deberá entrar a poner los huevos. Solo después de que el macho ha hecho su revisión es que la hembra puede ingresar a la cueva.
Lo que se pone en juego
Las acciones de los calamares brillantes pueden parecer pequeñas. Pero, al compararlos con la historia de ausencia total de otros cefalópodos, los esfuerzos del calamar ovalado macho muestran la mayor cantidad de instinto paternal entre todos los de su clase.
Eso se ve magnificado al pensar en todo lo que pone en juego el animal para poder realizar sus patrullas. Por un lado, deja a la hembra sola y a la posible merced de machos rivales. Por el otro, se acerca a zonas donde podría haber potenciales depredadores, arriesgando su propia vida para confirmar que el espacio sea seguro para sus crías.