¿Cómo fue que las serpientes sobrevivieron la extinción masiva que arrasó con los dinosaurios?
Los imponentes dinosaurios que gobernaban la Tierra en el pasado sucumbieron tras el impacto del asteroide responsable del cráter Chicxulub y una extinción masiva sorprendente, pero un suborden de reptil fue capaz de sobrevivir: las serpientes.
Durante mucho tiempo se ha sospechado que las serpientes sobrevivieron y se diversificaron luego de este evento histórico. Pero, hasta ahora, la escasa evidencia fósil ha limitado los esfuerzos por comprobarlo. A pesar de ello, el trabajo reciente de un equipo de científicos revela que las especies que conocemos actualmente derivan de las que prosperaron luego de la extinción masiva.
Las serpientes lograron sobrevivir la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno
Serpientes hay de todo tipo. Se estima que existen unas 3.921 especies en la Tierra, pero nuestro mundo es tan sorprendente, y ellas tan escurridizas, que podría haber más. Sea cual sea el caso, además de diversas, se han hecho un espacio en prácticamente todos los ecosistemas de nuestro planeta.
El porqué de esta resistencia y permanencia a lo largo del tiempo no está del todo claro. Y aunque la evidencia de su largo trayecto en la Tierra era limitada, un nuevo análisis ha logrado rastrear su linaje hasta las escasas especies que sobrevivieron la catástrofe desencadenada por el impacto del asteroide hace 66 millones de años.
Tras el éxito de esta tarea está la aplicación de una metodología capaz de llenar los vacíos previos. Los investigadores combinaron los registros fósiles existentes con la secuenciación de datos moleculares para observar las diferencias genéticas entre serpientes antiguas y modernas.
Los hábitos de las serpientes pudieron salvarlas de la extinción masiva
Los resultados mostraron que, durante la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, apenas seis linajes de serpientes lograron sobrevivir. Pero como “no hay mal que por bien no venga”, después de ello, las condiciones fueron idóneas para que prosperaran, se diversificaran y llegaran a nuevas regiones, como Asia.
Pero, sin brazos ni pies, ¿cómo fue que lograron sobrevivir semejante acontecimiento? Y es que después del choque, el polvo y el hollín generados bloquearon la luz solar al punto de convertir la Tierra en un lugar frío en el que además la fotosíntesis era imposible. Esto conllevó una reducción de los alimentos de muchas especies, pero no de las serpientes.
Estos saurópsidos destacan por su capacidad de arrastrarse. Su cuerpo repleto de escamas así como su anatomía fluida les ha permitido excavar en el suelo y vivir en madrigueras, algo que pudo haberlas ayudado a sobrevivir la fluctuación de las temperatura globales. Además, sus hábitos de alimentación y preferencia por cazar de noche pudo haber facilitado incluso su caza.
La “destrucción creativa” detrás de la evolución y diversificación
A todo lo planteado se le conoce como “destrucción creativa”, una idea que plantea que la destrucción estimula la creatividad de la evolución. De modo que, el impacto del asteroide arrasó con 76 por ciento de las especies que hacían vida en la Tierra, pero esto permitió que muchas otras prosperaran y se diversificaran. De no ser por este evento catastrófico, quizás hoy no habría serpientes.
“Cuando eliminas una gran cantidad de especies, terminas con muchos nichos vacíos”, dijo Nick Longrich, profesor de biología evolutiva en la Universidad de Bath y coautor del estudio. “Cuando eliminas un gran número de especies, en cierto modo restablece las cosas y la evolución toma direcciones nuevas y extrañas, produciendo cosas extrañas, como los seres humanos”.
“Creo que es importante no solo para las serpientes, sino más en general para la evolución”, añadió Longrich. “Creo que el patrón que vemos en las serpientes es la regla, no la excepción”.
Por lo tanto, por irónico que suene, uno de los grandes impulsores de la evolución y diversificación que hemos observado a lo largo de la historia es la extinción. De hecho, las serpientes no son el primer ejemplo de ello, sino uno bastante interesante. Otros estudios han identificado este fenómeno en mamíferos, aves y ranas.