¿Podrían los antidepresivos formar parte del tratamiento contra el cáncer?
Los científicos han explorado una infinidad de opciones como tratamiento contra el cáncer, pero curiosamente los antidepresivos han arrojado resultados muy prometedores. Un nuevo estudio publicado en la revista Science Translational Medicine nos trae evidencia e ello.
Al parecer, en combinación con la inmunoterapia, estos medicamentos contra la depresión son capaces de determinar el crecimiento del cáncer de páncreas y de colon, dos de las formas más letales de la enfermedad. Y aunque los resultados derivan de experimentos en ratones, los investigadores se mantienen optimistas y continuarán los estudios para observar más de cerca este efecto.
La serotonina no solo actúa en el cerebro
Con la concienciación sobre salud mental, ahora muchas personas saben que hay químicos de la felicidad que explican los repuntes y declives en nuestro estado de ánimo. La serotonina es una de las más populares, pero las personas con depresión muestran niveles reducidos en su cerebro.
Pero más allá de nuestra felicidad, esta hormona tiene efectos sobre otros procesos que ocurre dentro de nuestro cuerpo. De hecho, contrario a lo que muchos creen, la mayor parte de la serotonina no se concentra en el cerebro, sino en las plaquetas.
Los antidepresivos aumentan la serotonina del cerebro, pero la reducen en las plaquetas
A propósito de ello, los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), que constituyen el tratamiento farmacológico estándar para la depresión, aumentan los niveles de la hormona en el cerebro; pero al mismo tiempo disminuyen la serotonina periférica en las plaquetas sanguíneas.
Serotonina, carcinogénesis y resistencia a los fármacos
Sorprendentemente, esta sustancia también juega cierto papel en la carcinogénesis, pero los mecanismos subyacentes no estuvieron claros hasta ahora.
Las interacciones son complejas, pero merecen comprenderse. Las células cancerosas usan la serotonina para estimular la producción de una molécula conocida como PD-L1 que inhibe al sistema inmunitario al unirse a las células T asesinas, que se encargan de reconocer y destruir las células tumorales. Con esta gran aliada, el cáncer tiene más libertad para expandirse.
Como muchos saben, la inmunoterapia ha arrojado muy buenos resultados en los últimos años. Sin embargo, las tasas de mortalidad entre pacientes con tumores abdominales en fases avanzadas son muy elevadas. Esto se debe, en parte, a que las células tumorales se vuelven resistentes a los fármacos y llega un momento en que no responden al tratamiento. La serotonina parece tener algo de responsabilidad en ello.
Curiosamente, el PD-L1 también es un objetivo de las inmunoterapias aplicadas contra la enfermedad denominadas inhibidores de puntos de control inmunológico.
Antidepresivos como potencial tratamiento contra el cáncer de colon y de páncreas
Y aunque suene desventajoso, saber esto es muy útil. Y es que las pruebas demostraron que, al reducir los niveles de serotonina periférica, retardan el crecimiento del cáncer en ratones.
Los experimentos en ratones con cáncer mostraron que incluso detuvieron el crecimiento de los tumores a largo plazo. En algunos casos, el cáncer desapareció por completo.
Por lo tanto, los ISRS, así como otros medicamentos contra la depresión, podrían servir como un complemento seguro y eficaz del tratamiento moderno contra el cáncer.
“Esta clase de antidepresivos y otros bloqueadores de la serotonina hacen que las células inmunitarias reconozcan y eliminen de manera eficiente las células tumorales nuevamente. Esto ralentizó el crecimiento de los cánceres de colon y páncreas en los ratones”, dice Pierre-Alain Clavien, director del departamento de cirugía y trasplantes de la Universidad de Zúrich y del Hospital Universitario de Zúrich.
Los resultados son esperanzadores dada la letalidad de estos tipos de cáncer. Además, las pruebas en humanos podrían realizarse próximamente ya que los antidepresivos están aprobados para uso clínico y existe evidencia de sus efectos en el cuerpo humano.