Cambio climático está provocando enormes cráteres en Siberia
La Rusia asiática es un territorio un tanto hostil, pero no cabe duda de que aloja muchos misterios aún inalcanzables para la ciencia. Entre ellos, las enormes explosiones de gas que han estado ocurrieron en sus suelos helados de Siberia dejando cráteres gigantescos en todo el paisaje. Aunque en este caso, la causa no es desconocida: el cambio climático podría estar detrás de ellas.
Claro está que estas explosiones conllevan altos riesgos para las comunidades humanas aledañas; pero el impacto va más allá de eso: conforme sigan ocurriendo, la infraestructura del Ártico cambiará drásticamente, lo que podría tener consecuencias en un futuro no muy lejano. Mientras tanto, los científicos trabajan arduamente por comprender sus orígenes.
Un nuevo modelo para predecir explosiones de permafrost en Siberia
Las explosiones del permafrost de Siberia son sorprendentes, pero no nuevas. Los geólogos del Instituto de Ciencia y Tecnología Skolkovo en Rusia las han rastreado desde 2014. La localización inicial arrojó 17 cráteres colosales en el extremo norte de Siberia occidental.
Ahora, un equipo dirigido por Evgeny Chuvilin, un científico investigador líder en el Centro Skoltech para la Recuperación de Hidrocarburos en Moscú, ha presentado nuevas herramientas para estudiar el fenómeno. Se trata de un nuevo modelo de formación que parece ajustarse muy bien a la historia de los 20 cráteres identificados hasta ahora en las penínsulas de Yamal y Gydan.
Usándolo como base, este podría ayudar a predecir las próximas explosiones del permafrost siberiano e incluso determinar si hay patrones en su ocurrencia. Por ahora, los científicos tienen claro que el cambio climático los hará aún más comunes; por ende, resulta necesario comprender todo cuanto sea posible sobre ellas.
Cambio climático: la causa de las explosiones del permafrost de Siberia
Y aunque inicialmente se pensaba que los cráteres en Siberia eran consecuencia del impacto de meteoritos o de la extracción de combustibles fósiles, la realidad ahora parece más clara. El verdadero culpable ya lo conocemos y lo observamos día a día en forma de olas de calor, lluvias torrenciales inesperadas y huracanes salvajes: el cambio climático.
Al parecer, el problema comienza con la acumulación de gas natural en el interior de la Tierra, algo común, como ya muchos saben. Sin embargo, las altas temperaturas (como consecuencia del calentamiento global) están exacerbándolo; cuando son lo suficientemente altas, debilitan el permafrost.
“El proceso de acumulación puede durar años, pero también puede activarse con bastante rapidez por cambios en las propiedades físicas y mecánicas de las capas superiores del permafrost, incluidos los cambios causados por el calentamiento climático”, explicó Chuvilin.
Ahora los científicos quieren aprender a detectar las áreas que podrían estar en mayor riesgo de experimentar estas explosiones. Asimismo, esperan poder encontrar formas de aliviar las presiones subterráneas ocasionadas por la acumulación de gases; para ello, experimentarán con técnicas de desgasificación o perforación.
“Aún no sabemos si la explosión es provocada por un solo factor natural o humano o una combinación específica de factores, pero esperamos que la perforación proporcione nuevos conocimientos que ayuden a lidiar con este nuevo peligro geocriológico”, concluyó.
El cambio climático promete exacerbar las explosiones en Siberia
“Es un golpe de suerte que, hasta ahora, ninguna de las explosiones registradas seguidas de la formación de cráteres gigantes haya causado pérdidas de vidas o daños a la infraestructura”, dijo Chuvilin.
Podría tratarse de una ventaja momentánea, pues el aumento de su ocurrencia debido al cambio climático también aumentarías las probabilidades que empiecen a afectar a los humanos.
De hecho, ya se han descubierto varios cráteres a pocos kilómetros de instalaciones comerciales y económicas en la región. Como indica Chuvilin, “existe un riesgo potencial de explosión en una parte significativa de Yamal donde el gas se acumula en los horizontes superiores del permafrost”.