¿Perros o gatos? ¿Cuál es la mascota con mayor inteligencia?
El debate sobre la inteligencia de los perros y los gatos se ha mantenido durante años entre los dueños de mascotas. Pero, hasta la fecha, la ciencia no ha logrado dar una respuesta definitiva a la eterna diatriba.
Ahora, al mirar con un poco más de detalle las investigaciones que se han realizado hasta la fecha, podemos obtener finalmente una respuesta. Sin embargo, ella está lejos de ser la declaración dicotómica por la que se inició la discusión.
¿Cuál es mayor? La inteligencia de los perros o la de los gatos
Para empezar, expertos como Alexandra Horowitz aclaran que los estudios sobre perros gatos u otros animales, más que medir su “inteligencia” prestan atención a sus distintos niveles de cognición. Por ese motivo, además no se puede hablar de una competencia directa entre especies que han desarrollado habilidades específicas para distintos sistemas y tipos de procesamiento cognitivo.
En su forma más simple, los gatos son inteligentes en las cosas que los gatos necesitan hacer y los perros en las cosas de los perros. (…) No creo que tenga ningún sentido hablar sobre la ‘inteligencia’ relativa de las especies”, declaró.
En otras palabras, según su perspectiva, comparar los niveles cognitivos entre especies sería como intentar comparar peras y manzanas. Simplemente no se puede medir con la misma escala a dos elementos que son esencialmente diferentes y que existen con diferentes propósitos y características.
Entonces… si no podemos medir la inteligencia de los perros y de los gatos… ¿qué aprendemos sobre ellos al estudiarlos?
Sobre las habilidades cognitivas de perros y gatos
A pesar de que no es posible comparar los niveles de inteligencia entre perros y gatos, sí se ha intentado “medir” la de cada uno de ellos dependiendo de las circunstancias. Con esos sistemas, se han obtenido conclusiones varias que sitúan a los perros a veces como más capaces que los gatos, mientras que otros estudios señalan que ambas mascotas se encuentran en el mismo nivel.
¿Existirá alguna forma generalizada para medir la inteligencia entre especies?
En el 2014, se presentó un experimento que buscó determinar el control de inhibición de acciones en variados animales. Para el estudio, se incluyeron desde perros y ratones hasta elefantes y chimpancés. En general, se intentó averiguar si las capacidades de regulación del comportamiento –un indicador de altas capacidades cognitivas– tenía alguna relación con el tamaño del cerebro.
Según sus resultados, en efecto, el tamaño del cerebro pudo influir en la capacidad de los animales para regular su comportamiento. Sin embargo, para este experimento en particular los gatos no se incluyeron, al igual que otra infinidad de especies.
En consecuencia, no es posible implicar que el tamaño del cerebro es realmente una “medida universal” de la inteligencia de los perros, gatos o cualquier otra criatura. Por lo que, ahora, lo mejor que podemos hacer es esforzarnos por reconocer el tipo de inteligencia de nuestra mascota y apreciarlo por lo que es, un conglomerado cognitivo único de la especie.