Sonrisas radiantes: ¿qué usaban los antiguos romanos para limpiar sus dientes?

En la actualidad, contamos con una amplia variedad de herramientas y productos para higiene bucal y, como muchos saben, los odontológos recomiendan una rutina de cepillado de tres veces al día, especialmente después de comer. Sin embargo, los restos de humanos prehistóricos, como los antiguos romanos que no usaban estos ingenios para limpiar sus dientes, muestran piezas muy bien conservadas.

¿Por qué antes los humanos parecían tener mejor salud dental que ahora? ¿Cómo soportaban su aliento en el pasado si no tenían enjuague bucal? ¿Cepillaban o no sus dientes? Todas estas son preguntas que, de seguro, muchos se habrán hecho en varias oportunidades, sobre todo cuando olvidan cepillarse antes de dormir. Hoy les damos respuesta.

Lo que los antiguos romanos usaban para limpiar sus dientes

En una oportunidad previa hablamos sobre los habitantes de Pompeya, arrasados por la erupción violenta del volcán Vesubio hace más de 2,000 años. Si bien hay una infinidad de cosas que nos pueden mostrar los restos que aún se mantienen en las ruinas de la ciudad, una cosa en particular llamó la atención de los científicos: los dientes impecables de los antiguos romanos.

Los antiguos romanos no usaban los mismos implementos para limpiar sus dientes que los que usamos ahora; pero aún así, no eran ajenos a las rutinas de higiene bucal. De hecho, tenían sus propias herramientas y sustancias.

Por ejemplo, usaban palos deshilachados y polvos abrasivos para limpiar sus dientes, los cuales probablemente inspiraron los cepillos de diente y raspadores de lengua de la actualidad.

Los polvos estaban hechos de pesuñas molidas de animales, piedra , cáscaras de huevo, conchas marinas y cenizas. Y aunque de solo imaginarlo muchos pueden sentir el interior de su boca arrugado, la verdad es que funcionaban.

Además, tenían la ventaja de vivir en un sitio en el que el agua era rica en flúor, por lo que sus dientes estaban protegidos continuamente contra la degradación.

Orina como enjuague bucal

Pero también tenían rutinas poco adecuadas, al menos a los ojos de los humanos de ahora. Los registros históricos muestran que los antiguos romanos usaron orina tanto de humanos como de animales como enjuague bucal; al parecer, estas sustancias podían ayudar a blanquear los dientes.

Escaneo de uno de los modelos de yeso de Pompeya en que se visualizan dientes.
Escaneo de uno de los modelos de yeso de Pompeya. Crédito: Napoli/Giino/Ropi/ZUMA Press/Newscom.

Tal era su fe en este método que en las esquinas de las calles había recolectores de orina para aprovechar la orina de quienes necesitaran descargarse. En la Antigua Roman esta era una sustancia tan valiosa que el emperador Vespasiano le colocó un impuesto a su comercio.

 

Quizás ellos no sabían específicamente qué era lo que había en este residuo biológico que ayudaba en ello, pero ahora la ciencia ha logrado descubrirlo. Como muchos saben, la orina contiene amoníaco, un compuesto de nitrógeno e hidrógeno que también es usado para la higiene bucal en la actualidad.

Inspiración para el cuidado de los dientes

Primer plano de restos humanos de Vlasac, Serbia, usados para estudiar la salud dental en los humanos antiguos. Crédito: Dušan Boric.

Si bien las diferencias entre las dentaduras antiguas y las actuales pueden dar pie a teorías conspirativas sobre las estrategias oscuras usadas por los fabricantes de pasta de dientes para hacernos dependientes a sus producos, también invitan a la reflexión.

Los estudios en en las ruinas de Pompeya sugieren que la población de entonces seguía una dieta muy rica y balanceada, que incluía muchos vegetales y proteína animal variada. A diferencia de la que llevamos en la actualidad, rica en carbohidratos y azúcar refinada, esta no contenía más fructosa que la proveniente de las frutas.

El consumo de azúcar no solo ha sido perjudicial por fomentar la obesidad en los humanos, sino también por estar vinculada con muchas otras enfermedades, como el cáncer. Pero en lo que respecta a la salud de la boca, su efecto nocivo es conocido desde hace mucho tiempo. Y lamentablemente, aún está lejos de desaparecer de nuestras vidas.

Por último, si eres de los más adeptos a lo natural y estás pensando en adoptar alguno de los métodos descritos en este artículo, te ofrecemos una estrategia mejor. Dado su nivel de daño, reducir el consumo de azúcar es quizás la mejor forma de prevenir caries y enfermedades bucales.

Hoy en día las rutinas varían en todo el mundo, como explicamos previamente. Pero no hace falta recurrir a orina (algo que además es riesgoso) ni a triturar cáscaras de huevo y exponerte a Salmonella. Pasta de dientes, enjuague bucal e hilo dental bastarán junto con una dieta balanceada.

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