¿Estamos usando correctamente los baños de hielo?

Bañarse en agua helada ofrece una gran cantidad de beneficios para la recuperación muscular y la salud del cuerpo. En particular, los atletas y deportistas parecen estar muy al tanto de dichas ventajas y suelen incluir los baños con hielo en sus rutinas de cuidados. Ahora, una nueva investigación ha demostrado que, aunque saben de los efectos positivos del proceso, no siempre lo ejecutan de la mejor manera.

El estudio que ha revelado tal detalle se ha presentado recientemente en la revista científica Sport Sciences for Health. Para su realización, los investigadores Robert Allan, Benjamin Akin, Jonathan Sinclair, Howard Hurst, Jill Alexander, James J. Malone, Adam Naylor, Chris Mawhinney, Warren Gregson y Mohammed Ihsan unieron fuerzas.

La mayoría de los atletas no saben aprovechar los beneficios de los baños de hielo

Para realizar el estudio, los científicos de la Universidad de Central Lancashire (UCLan) realizaron una encuesta anónima a 111 participantes. La mayoría de ellos entraban en las categorías de atletas, entrenadores o profesionales de apoyo para deportistas.

Dentro del grupo, 78% dijo haber utilizado los baños de hielo al menos una vez. Asimismo, la mayoría afirmó estar consciente de los beneficios de ese tipo de tratamientos para fomentar la sana recuperación de los músculos.

Sin embargo, se observó que tanto atletas como entrenadores solían tener poco conocimiento del proceso adecuado para tomar un baño helado. Por ejemplo, tendían a hundirse por tiempos solo de entre 2 y 5 minutos, en comparación de los 10 a 15 recomendados.

Baño a bajas temperaturas.
Vía Pxfuel.
 

Como si eso fuera poco, las temperaturas usadas por los entrenadores usualmente rondaban los 5 grados Celsius, cuando lo recomendado son unos 9 o 15 grados Celsius. Por su parte, los atletas no solían tener una meta de temperatura predeterminada a la hora de realizar sus baños.

La importancia de tener las medidas correctas

Aunque no lo parezca, dichas diferencias de temperatura o tiempo pueden hacer totalmente la diferencia a la hora de interactuar con el organismo. Temperaturas repentinas muy bajas pueden tener malas reacciones a largo plazo y pocos tiempos de exposición no permitirán que el organismo y los músculos se enfríen lo suficiente.

Si bien muchos atletas, entrenadores y profesionales de apoyo son conscientes de los muchos beneficios fisiológicos asociados con el CWI después del ejercicio, como la reducción de la temperatura de los tejidos, alteraciones en el flujo sanguíneo y beneficios para el alivio del dolor, parece haber una discordancia entre el conocimiento de los beneficios y la comprensión de los mecanismos que los controlan”, comentó el Dr. Allan, quien también es profesor de fisiología humana en UCLan.

El valor del conocimiento

Por su parte, la investigación reveló que los profesionales de apoyo, aunque no aplicaban tampoco las medidas recomendadas, estaban un poco más cerca de lograrlo. De hecho, sus técnicas para la utilización de baños de hielo estaban más cerca de los lineamientos establecidos.

Igualmente, demostraron tener en promedio un mayor conocimiento no solo de los beneficios de dichos baños, sino de los procesos que los desencadenan. De allí se puede entender que fueran más fieles a la hora de seguir determinados lineamientos.

Esto de ninguna manera devalúa el papel del entrenador o del atleta, solo sirve para resaltar los beneficios que un profesional de apoyo puede aportar a un equipo multidimensional”, aclaró Allan.

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