¿Deberíamos estar preocupados por el nuevo linaje AY.4.2 de COVID-19? Esto es lo que se sabe

El mundo parece haberse acostumbrado al hecho prácticamente inevitable de que el coronavirus mute y genere variantes con rasgos diferentes al original. Sin embargo, los científicos han advertido sobre un nuevo linaje de COVID-19 llamado AY.4.2 y sugieren que esta historia pandémica aún está lejos de su final.

¿Qué es? ¿De dónde salió o cómo se formó? ¿Es más peligrosa que las variantes a las que nos hemos enfrentado hasta ahora? ¿Deberíamos estar preocupados? Por fortuna, hay respuests para varias de estas preguntas y las presentamos a continuación.

¿Qué es un linaje en el mundo de los virus?

Podríamos definir como linaje a cada una de las ramas que surge de un organismo en su proceso evolutivo. De este modo, los científicos no solo puede explicar las vías de sus mutaciones, sino también, comprender sus relaciones.

AY.4.2 es lo que se denomina linaje del coronavirus, algo que si bien no es lo más deseado para la humanidad en el contexto actual, es inherente a su amplia propagación. Como explicamos en una nota sobre por qué los virus mutan, a medida que saltan entre especies y entre individuos, estos pueden desarrollar características que favorezcan o perjudican su existencia.

En el caso del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, el linaje AY.4.2 está siendo monitoreado por la red Pango, que involucra a investigadores de las universidades de Edimburgo y de Oxford. Estos trabajan como vigilantes de la evolución del virus y se encargan de actualizar su árbol genealógico.

¿De dónde salió el linaje AY.4.2 de COVID-19?

A las personas, y en especial a quienes practican la ciencia, les interesa conocer el origen de las cosas. Según el equipo de Cog-UK, un consorcio británico que secuencia los genomas de las muestras del coronavirus para monitorear sus cambios, el origen del linaje AY.4.2 de COVID-19 se remonta a abril de 2021.

Para entonces, se sabía que en la India circulaba un linaje llamado B.1.617, como informamos previamente. Y por la magnitud del brote, era lógico pensar que este también pudiera encontrarse en otras regiones. Sin embargo, los casos muestreados localmente no coincidían con esta rama.

Varios coronavirus que podrían pertenecer al linaje AY.4.2.

Cuando los científicos observaron las mutaciones del coronavirus que exhibían las muestras tomadas en su lado del mundo, notaron que entre ellas faltaban algunas de las documentadas para B.1.617, mientras que otras nuevas hacían presencia.

En aquel entonces entonces, la Cog-UK clasificó las mutaciones como el linaje B.1.617.2, que pasó a formar parte de los tres sublinajes principales de B.1.617. Posteriormente, la Organización Mundial de la Salud lo llamó Delta.

La rama AY del coronavirus está a un paso evolutivo más adelante desde el linaje Delta, pero no es muy diferente de sus predecesores. Los científicos concuerdan es que todos son sublinajes de Delta. La diferenciación se debe, en parte, a que una vez que el etiquetado de un linaje tiene cinco niveles de profundidad, se inicia una nueva combinación para evitar que el nombre se torne demasiado largo.

¿AY.4 tiene alguna ventaja?

 

Los científicos aún no tienen claro si las mutaciones del linaje AY.4 de COVID-19 confieren ventajas para el virus y desventajas para los humanos, o si su mayor expansión se debe a lo que se conoce como efecto fundador. Este último ocurre cuando un subconjunto de un virus se separa del virus original y luego se reproduce de forma aislada.

Entonces llegamos a AY.4.2, un sublinaje de AY.4. Este se detectó por primera vez a finales de septiembre de este año; sin embargo, los estudios apuntan a que su llegada a Reino Unido fue más temprana, alrededor de junio.

Mutaciones del coronavirus.

El sublinaje AY.4.2 está definido por dos mutaciones genéticas adicionales a los anteriores: Y145H y A222V. Ambas afectan a la proteína pico del coronavirus, que además sirvió de base para el desarrollo de las vacunas.

Sin embargo, no se sabe si estas le atribuyen ventajas evolutivas al patógeno. A222V, por ejemplo, se vio el año pasado en el linaje B.1.177, que se cree que surgió en España, un país que también experimentó grandes brotes durante la pandemia.

La mutación que podría explicar la capacidad del virus de evadir las defensas

Para entonces, no había indicios de que A222V mejorara de alguna forma las capacidades del coronavirus. Tal era el escepticismo al respecto que la posible ventaja podría estar en la mutación Y145H, a la cual se atribuye el aumento del linaje AY.4.

La investigación que explora este vínculo aún está en fase preliminar, pero se sospecha que esta mutación contribuye a la mayor capacidad para escapar a la inmunidad. Y es que los cambios en la proteína pico vuelven menos específicos a los anticuerpos, lo que impide que la detecten de forma tan eficaz como lo harían con el virus original. La mutación podría funcionar como una máscara integrada que lo ayuda a pasar desapercibido a las defensas del cuerpo.

El linaje AY.4.2 se propaga, pero no parece quedarse

AY.4, ha estado creciendo de manera constante llegando a constituir el 63 por ciento de los casos nuevos en el Reino Unido. Particularmente, AY.4.2 se ha expandido tanto que ahora representa alrededor del 9 por ciento de los casos del Reino Unido en los últimos 28 días. Otros países de Europa como Dinamarca, Alemania e Irlanda también han confirmado su presencia.

A pesar de ello, el linaje AY4.2 del coronavirus no ha logrado mantenerse en los lugares a los que ha llegado. Por ejemplo, Alemania e Irlanda ya no reportan casos que le correspondan, aunque Dinamarca sí. Por tanto, es probable que su capacidad para evadir la inmunidad generada por las vacunas y enfermedad previa no sea mayor que la observada en la variante Delta.

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