Mifepristona: conoce la historia detrás de la polémica píldora abortiva
El aborto es un tema que incluso en la actualidad sigue despertando grandes polémicas sobre lo que se considera parte de la moralidad y cómo ella se enfrenta a la soberanía de las personas sobre sus propios cuerpos. Así como la historia de su legalización no fue fácil, tampoco ha sido sencillo lograr la aceptación de elementos como la píldora abortiva.
Todo eso debido a los choques de creencias que se originan a causa de dichas pastillas y lo que implican. Para poder entender en profundidad el asunto, pasaremos a estudiar un poco más a fondo lo que es esta píldora, de qué forma funciona y cuál es la historia detrás de ella.
¿Qué es exactamente la píldora abortiva?
Para empezar, la píldora abortiva de mifepristona es básicamente un fármaco antiprogesterónico que bloquea los receptores de la progesterona. Esta última es una hormona vital para que el embarazo humano se dé y se mantenga sin problemas.
Inicialmente, también era conocida como RU-486 y, al ser combinada con otro medicamento abortivo, conocido como misoprostol, ha mostrado tener un porcentaje de éxito del 97%. Eso al menos durante los primeros 63 días del embarazo. Si se llega al segundo trimestre, el medicamento sigue funcionando, pero su porcentaje de éxito baja un poco.
Ahora, esto no implica que por su cuenta no funcione. De hecho, la historia de la píldora abortiva de mifepristona comenzó con ella en solitario. Pero, entonces, su efectividad no era tan alta por tanto tiempo. De hecho, sus porcentajes fluctuaban entre el 92% y 54% de éxito durante las primeras una o dos semanas del embarazo. De allí que se a la larga se haya preferido su maridaje con el misoprostol.
Y… ¿cómo funciona?
Como ya mencionamos, la mifepristona es un fármaco capaz de inhibir la aparición de la progesterona. Como consecuencia, la falta crónica de dicha hormona vital puede interrumpir el embarazo y ocasionar un aborto.
La progesterona es una hormona esencial para el mantenimiento del embarazo. Antes de la implantación, la progesterona espesa el revestimiento del útero, haciéndolo hospitalario; después de la implantación, se secreta más progesterona, lo que envía un mensaje al cerebro para suprimir la próxima ovulación; y a medida que el embrión se convierte en un feto, la placenta segrega progesterona, que calma las contracciones uterinas y evita que el embrión se desprenda.
Escribió Julie A. Hogan para LEDA en la Facultad de Derecho de Harvard.
En consecuencia, si la progesterona no está presente, el cuerpo no recibe los mensajes correctos. Por lo que terminan por presentarse fallos que llevan a la terminación del embarazo. Todo debido a que la mifepristona es capaz de bloquear los receptores de progesterona y evitar que ella se comunique con el organismo.
El hombre al que se le atribuye la invención de la mifepristona, el Dr. Etienne-Emile Baulieu, compara la mifepristona con una clave falsa; la mifepristona puede entrar en el ojo de la cerradura de diseño único, el receptor, en lugar de la progesterona, acotó Hogan.
Según se especifica en su método de uso, se deberá comprobar si la pastilla ha hecho efecto dos semanas después de haberla ingerido. Por ahora, su única presentación, que varía en dosis según el país se toma por vía oral.
La historia detrás de la píldora abortiva
Inicialmente, el nacimiento de la mifepristona, como ya mencionamos, se le atañe al Dr. Etienne-Emile. Con él es que comienza la historia de la píldora abortiva luego de que en abril de 1981, el endocrinólogo realizara pruebas con el medicamento para determinar su utilidad en los procesos de aborto médico.
Pero en realidad no fue el doctor Etienne-Emile quien creó el compuesto. De hecho, la paternidad de la píldora le corresponde a la farmacéutica francesa Roussel-Uclaf. Y, siendo más específicos, particularmente al químico Georges Teutsch quién sintetizó el fármaco.
Para abril de 1982, el doctor Etienne-Emile anunció al mundo los resultados efectivos de sus pruebas. En consecuencia, durante los siguientes 6 años se realizarían pruebas clínicas alrededor del mundo para detectar la verdadera efectividad del fármaco.
Al final, el 9 de octubre de 1987, luego de que se probara la píldora abortiva en más de 20 mil mujeres, la historia de la mifepristona dio su siguiente paso. Específicamente, Roussel-Uclaf se dirigió a las autoridades francesas para solicitar la aprobación del medicamento. Luego de casi un año de espera, el 23 de septiembre de 1988, obtuvieron el visto bueno.
Unos 3 años más tarde, en 1991, la United Kingdom Licensing Authority aprobó su uso en Gran Bretaña. Menos de un año después, Suecia siguió sus pasos y oficializó su uso.
Mientras tanto, otros países como Estados Unidos (bajo el mandato de George H. W. Bush) colocaron a la mifepristona en la lista de fármacos prohibidos por la FDA debido a sus estrictas políticas antiaborto. El medicamento solo obtendría la aprobación de la FDA en el 2000, cuando la propiedad intelectual del fármaco había pasado de la empresa francesa Roussel-Uclaf a la compañía estadounidense Danco Laboratories.
Píldora abortiva: la historia de una constante “lucha de moralidad”
Pese a su eficacia, seguridad y aceptabilidad comprobadas, la mifepristona siempre fue el blanco de activistas que se oponen a la libertad reproductora, causando numerosos y prolongados retrasos en los esfuerzos que se hacen para legalizarla y ponerla a disposición de las numerosas mujeres americanas que se podrían beneficiar”.
Pero esa situación no se limitaba solo a Estados Unidos, de hecho, para 1988 el inicio de la historia de la píldora abortiva trajo consigo grandes protestas de los grupos antiaborto en Alemania. Debido a esa situación los jefes directivos de Roussel-Uclaf votaron para suspender la distribución de las pastillas. Sin embargo, tan solo 2 días más tarde el gobierno francés ordenó a la compañía que retomara la distribución en pro de la salud pública.
Desde entonces luchas similares se han dado alrededor del mundo. Pero, afortunadamente, cada vez se ha ratificado el valor de las píldoras abortivas. En la actualidad, hasta instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud han incluido a la mifepristona en su “Listado de medicamentos esenciales”.