¿Cuáles son los efectos secundarios del paracetamol?
Sin duda alguna, el paracetamol (o acetaminofén) es uno de los medicamentos más populares en el mundo por los efectos positivos que tiene en nuestra salud. Cuando lo utilizamos, el fármaco puede colaborar en gran medida no solo para reducir infinidad de síntomas asociados a variadas enfermedades, sino también a apaciguar la inflamación que suele venir con ellas.
Ahora, a pesar de las ventajas que su uso puede tener, ellas no lo son todo. De hecho, incluso el paracetamol viene con su propia lista de efectos secundarios a la que debemos estar atentos. A continuación, te contamos en detalle todo sobre ellos.
¿Qué es el paracetamol?
Antes de continuar, vale la pena detenernos un momento para entender verdaderamente lo que es el paracetamol y por qué tiene efectos positivos en nuestro organismo. De forma básica, se puede decir que es uno de los analgésicos más utilizados en el mundo para hacer frente a los dolores causados desde por problemas articulares, otalgias, cefaleas y neuralgias hasta por procedimientos quirúrgicos menores, entre otros.
Asimismo, también se lo conoce por sus capacidades antipiréticas. En otras palabras, por su utilidad a la hora de controlar la fiebre ya sea generada por infecciones virales, efectos comunes post vacunación y/o afines.
Por ese motivo, también suele ser parte del tratamiento estándar a la hora de atender casos de gripe o resfriado común. En general, el paracetamol debe ingerirse de forma oral y puede venir tanto en tabletas como en una solución cuyos gramajes varían según la “fortaleza” del medicamento y la edad del paciente y condiciones del paciente.
Efectos secundarios del paracetamol
Como todo fármaco en el mercado, el paracetamol también tiene su abanico de efectos secundarios. Por ser un medicamento de uso tan común, muchos solemos ignorar ese hecho y no los conocemos a fondo.
Por ese motivo, es bueno tomarnos un momento para profundizar realmente en el listado de efectos secundarios y quiénes tienen más riesgo de experimentarlos. Después de todo, aunque la aparición de complicaciones o reacciones adversas no sea tan común, lo mejor que podemos hacer es estar informados y mantenernos alerta de forma preventiva.
De forma general, se sabe que algunos efectos secundarios que podemos asociar con el paracetamol son: las náuseas, el vómito, el dolor epigástrico y la somnolencia. Básicamente, ellas son las afecciones más comunes y menos dañinas que pueden presentarse con el consumo del fármaco. Pero definitivamente no son las únicas.
En casos raros (1 de cada 1 mil pacientes), otros problemas como malestar general, bajas de tensión y aumento de las enzimas del hígado. En los incluso más raros (1 entre 10 mil pacientes) también se han reportado daños importantes al hígado y a los riñones, bajadas de glucosa, alteraciones sanguíneas y, en incluso menos ocasiones, erupciones cutáneas.
Sobre las alteraciones sanguíneas
Además de todo lo anterior, también se ha asociado el uso de paracetamol con la aparición de otras condiciones como posibles efectos secundarios. Entre las más notorias, tenemos cuatro afecciones que alteran la composición de nuestra sangre y la capacidad del cuerpo de defenderse ante las infecciones.
En específico, las listadas con neutropenia, agranulocitopenia, pancitopenia, y leucopenia. La primera es básicamente una condición que se presenta cuando hay un recuento bajo anormal de neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos). Por su parte, la segunda se da cuando el conteo de neutrófilos, eosinófilos y basófilos (granulocitos sanguíneos) es muy bajo.
Asimismo, la pancitopenia se presenta cuando el recuento de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas en la sangre es más bajo de lo usual. Finalmente, la leucopenia hace presencia cuando los niveles de glóbulos blancos en la sangre son extremadamente bajos.
¿Quiénes tienen más riesgo de sufrir los efectos secundarios del paracetamol?
A pesar de que los efectos secundarios del paracetamol no son tan comunes, la lista de personas que podrían estar en más riesgo de sufrirlos es bastante diversa. Por ejemplo, las personas que sufren de daño hepático, anemia, enfermedad de riñón, corazón o pulmón podría tener hipersensibilidad al medicamento y responder negativamente a él.
Como si fuera poco, ese caso también podría repetirse entre las personas que toman medicamentos hepatotóxicos o que sufren un trastorno renal conocido como nefropatía. Asimismo, las personas alcohólicas –que suelen tener hígados sensibles– también deben medir con cuidado su uso de paracetamol para evitar efectos negativos.
Además de lo anterior, también es recomendable que las mujeres embarazadas se abstengan en la medida de lo posible de tomar el medicamento. Con anterioridad, se ha determinado que su uso durante el embarazo y la lactancia es seguro. Pero, igualmente se prefiere evitar su consumo a menos que sea estrictamente necesario.
¿Cómo evitar tener problemas con el paracetamol?
Además de estar atentos a nuestra posible susceptibilidad ante los efectos secundarios del paracetamol, también es importante asegurarnos de nunca pasarnos de las dosis recomendadas. De forma general, lo más importante es evitar ingerir más de cuatro tabletas comprimidas (o más de 7.5 gramos) de acetaminofén en menos de 24 horas.
En caso de que se presente una situación de sobredosis, entonces lo más recomendable es visitar a un médico. Eso sobre todo si observamos la aparición de síntomas como dolores abdominales, náuseas y coloración amarillenta de la piel y/o los ojos.
Para tratarlo, los doctores deberán utilizar 140 mg/kg de acetilcisteína dentro de las primeras 10 horas posteriores a la última ingesta. De esa forma, se garantizará la máxima efectividad del tratamiento. Pero, en caso de que no se pueda tener atención médica en ese tiempo, la inyección sigue siendo efectiva si se aplica entre las primeras 24 horas.
Luego de esa primera etapa, se colocará una segunda dosis de mantenimiento de 70 mg/kg de acetilcisteína. Luego de eso, se deberá mantener al paciente en observación hasta que los niveles de paracetamol en la sangre sean inferiores a 100 mg/litro.