¿Cómo percibimos el olor corporal y el almizcle? Los científicos tienen la respuesta
Tenemos cerca de 400 receptores olfativos en nuestro cuerpo y más de 26.000 mil axones que analizan esos olores en la nariz pero, sorprendentemente, sabemos muy poco acerca del papel que desempeña cada uno al momento de percibir distintos tipos de hedores como el olor corporal, o ciertos perfumes producidos con sustancias animales, como el “almizcle”.
En parte esto se debe a las escasas investigaciones dedicadas a la percepción de “hedores”. Mas siempre existen científicos a los que no les molesta soportar las peores adversidades, con tal de hallar la causa detrás de un fenómeno.
Este es el caso del equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Academia de Ciencias de Shanghai, quienes recientemente descubrieron dos receptores olfativos encargados de la percepción del olor corporal y del “almizcle”.
Encontrando a los receptores de los olores corporales
A diferencia de otros olores, los “hedores” resultan ser esencias mucho más intensas y desagradables para la nariz, por tanto, deberían ser difíciles de ignorar para nuestros receptores olfativos. Sin embargo, los investigadores aseguran que solo una pequeña porción de estos receptores son capaces de percibir el olor corporal y el almizcle.
Para dar con ellos, los científicos le pidieron a 1000 personas que calificaran 10 olores, de acuerdo la sensación que les producía. Entre estas sustancias se encontraba el galaxolide, uno de los químicos que segrega el ciervo almizclero para producir este perfume; y el 3M2H, uno de los 120 químicos que componen el olor corporal.
Como resultado, el equipo encontró que existen solo dos receptores que perciben esta clase de olores corporales desagradables: el OR4D6, capaz de detectar el almizcle y el OR51B1, que era extremadamente sensible al sudor.
Los hedores varían de persona a persona
Curiosamente, al analizar el genoma de los participantes, los investigadores encontraron 29 mutaciones relacionadas con la percepción de olores corporales tan particulares. Un hallazgo que parece indicar que la percepción de un hedor pueden variar entre una persona y otra, y alterar la manera en la que percibimos si es agradable o desagradable.
Hallamos que muchos participantes con dos copias de una variante genética particular para un receptor de olor no pudieron oler la galaxolida; lo que sugiere que sólo un receptor estuvo involucrado en su detección”.
Matthew Cobb de la Universidad de Manchester
Todo parece indicar que esta variación olfativa podría ser consecuencia de la evolución humana, según los investigadores; ya que nuestro cuerpo ha intentado aumentar su sensibilidad fotoluminica, dejando a su suerte al resto de receptores que no estuvieran involucrados con la vista.
Caso contrario a lo que ocurre con los primates y muchos otros animales salvajes, que aún dependen de su nariz para sobrevivir, y por tanto, no presentan mutaciones en sus receptores olfativos.
¿Huele a progreso?
Aunque se desconoce mucho todavía sobre el funcionamiento de estos receptores, los investigadores creen que sus hallazgos podrían ayudar al desarrollo de productos de higiene personal y perfumes. Así como a posibles estudios vinculados con la evolución genética de los receptores olfativos.
Después de todo, hay otros 398 receptores olfativos que aún siguen siendo un misterio para nosotros, por lo que quizás el siguiente receptor sea el que hace falta para determinar cómo la nariz percibe estos olores “desagradables” producidos por sustancias corporales.