Nuestro consumo excesivo de café está elevando la huella de carbono del planeta
El último informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política, IPBES, asegura que más de un millón de especies están cerca de extinguirse actualmente. Entre ellas, las distintas variedades de cafetos gracias a las cuales tenemos una taza de café cada día, por culpa del aumento en la huella de carbono. Es decir, de la cantidad de gases de efecto invernadero que son enviados a la atmósfera.
El consumo de café y la huella de carbono van de la mano
La investigación estudió a más de 5000 especies animales y vegetales en 188 países diferentes, y concluyó que Europa, América del Norte y Asia son los que más están impulsando este riesgo de extinción. Esto debido a la alta producción de alimentos que reportan sus empresas agrícolas.
Si bien todo lo que consumimos proviene de la naturaleza, la materia prima con la que transformamos a estos alimentos en productos terminados no. Los agricultores utilizan actualmente cadenas industrializadas para extraer desde los granos de café hasta las semillas de las frutas. Al igual que emplean herramientas químicas cada vez más sofisticadas para hacer surcos en la tierra, sin pensar en el impacto directo que generan al medioambiente.
Para dar con estos datos, los científicos midieron la huella de carbono que generaba cada país, junto con los datos disponibles en la Lista Roja de Especies Amenazadas. Así determinaron que las huellas de carbono más altas procedían de los países con sectores productivos robustos. Concretamente, de 96 países en los que abunda el consumo de café, como Colombia, quien reporta una huella de carbono del 93%.
Aunque, por supuesto, existen muchas otras especies a parte del café que están siendo afectadas por la huella de carbono. El estudio encontró un vínculo entre el consumo de pescados y la pérdida de ciertas especies de ranas. Pero este era mucho menos riesgoso que el café, y solo procedía de 16 países en África.
La extinción se produce y se “exporta”
Al sumar las huellas de riesgo de extinción obtenidas de todos los países, los investigadores encontraron que el comercio internacional está impulsando la extinción de estas especies, en un 29,5%. Seguido por el consumo interno que representa un 20% del impacto.
En este sentido, los investigadores creen que la demanda y el desperdicio de comida actuales son la verdadera razón detrás de este aumento en la huella de carbono, especialmente en el caso del café.
Después de todo, la producción mundial de café se concentra principalmente en 7 países: Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Etiopía, Honduras y la India. Todos ellos, producen al año cerca de 10 toneladas que exportan alrededor del mundo. Lo que supone recolectar más de 30 toneladas de cafetos en solo 12 meses. Una cantidad de recolección tan significativa de café que genera un aumento acelerado de los gases de efecto invernadero medidos con la huella de carbono.
¿Es posible frenar la extinción de ciertas variedades de café?
En estos momentos se está llevando a cabo la 15° Conferencia sobre la Diversidad Biológica, para intentar negociar mejores patrones de consumo alimenticio. El objetivo es frenar la pérdida de estas mil especies en riesgo de extinción. Sin embargo, no se descarta que varias medidas puedan incorporarse también a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) que buscan preservar la biodiversidad en el planeta.
Los investigadores esperan que este informe ayude a los conferencistas a establecer las responsabilidades pertinentes que le conciernen a cada uno de los actores del conficto. Es decir a:
- Los gobiernos de América del Norte, América y Asia, quienes invierten en maquinaria agrícola en lugar de financiar estudios sobre la conservación de las especies y la huella ecológica.
- A los sectores agrícolas que bien por desconocimiento, o bien por exceso de demanda, someten a las especies a presiones ambientales importantes.
- Y a los consumidores de café, para que intenten regular su consumo de café y así frenar la huella de carbono. A menor demanda, más posibilidades habrá de que los cafetos no se extingan. Lo que seguramente queremos todos.