Las personas sienten más empatía por los animales que por otros humanos
Una nueva investigación estudió que es más probable que las personas sientan más empatía por los animales que por otros humanos.
Piensan los investigadores que sus hallazgos podrían tener implicaciones para enmarcar mensajes al público sobre temas como nuevas políticas ambientales, entre otros.
¿Cómo descubrieron que las personas sienten más empatía por los animales que por los humanos?
Anteriormente los investigadores comprobaron que cuando las personas tenían que elegir entre empatizar con un extraño humano o un animal, era más probable que los participantes eligieran empatizar con un ser humano.
Sin embargo, en un segundo par de estudios, los investigadores hicieron que los voluntarios participaran en dos tareas separadas. Una de ellas podían elegir si querían o no empatizar con una persona. En la otra podían elegir si querían o no empatizar con un animal.
Esta vez, era más probable que las personas eligieran la empatía cuando se enfrentaban a un animal que cuando se enfrentaban a una persona.
Los hallazgos sugieren que cuando las personas deciden involucrarse en la empatía, el contexto importa.
Es posible que si las personas ven a los humanos y los animales en competencia, podría hacer que prefieran empatizar con otros humanos. Sin embargo, si no ves esa competencia, y solo hay que decidir si empatizar con un animal un día y un humano el otro, parece que las personas no quieren involucrarse en la empatía humana, pero están un poco un poco más interesados en empatizar con los animales.
Según los investigadores, la empatía es el proceso de pensar en el sufrimiento y las experiencias de otro ser vivo como si fueran propios. Por ejemplo, no solo tener compasión por alguien que está triste después de una discusión con un amigo, sino imaginar y compartir lo que siente esa persona.
No siempre empatizamos con los animales
Hay muchos ejemplos de personas que sienten empatía y compasión por los animales. No obstante existe la teoría de que puede ser más difícil para las personas sentir verdadera empatía por los animales. Esto se debe a que sus mentes son diferentes a las de los humanos.
En el primer estudio, los investigadores reclutaron a 193 personas para participar en un experimento. En este se les pidió que hicieran una serie de elecciones entre empatizar con un humano o un animal. Si elegían a un ser humano, se les mostraba una foto de un adulto en edad universitaria y se les pedía que compartieran mentalmente su experiencia. Si elegían un animal, se les mostraba una foto de un koala y se les pedía que hicieran lo mismo.
Los investigadores afirman que cuando los participantes tuvieron que elegir entre empatizar con una persona o un animal en el primer estudio, es posible que pensaran que sería más fácil empatizar con otro ser humano.
Los participantes indicaron que empatizar con los animales se sentía más desafiante y más difícil. La creencia de que la empatía era más difícil los llevó a elegir menos la empatía con los animales.
En el segundo par de estudios, los investigadores reclutaron a 192 y 197 participantes adicionales, respectivamente, que completaron un par de tareas de elección.
En la primera tarea, los participantes tenían la opción de empatizar con una persona o no empatizar, y simplemente describir a la persona. Luego, en una tarea separada, los participantes se enfrentaron a la misma elección pero con un animal.
Hay empatía cuando no hay competencia de por medio
Los investigadores descubrieron que una vez que los humanos y los animales ya no competían, la historia cambió. Cuando las personas tenían la oportunidad de empatizar con un extraño humano o permanecer distanciadas de él, evitaban la empatía. En el caso de los animales, sin embargo, no mostraron ese patrón de evitación. De hecho, cuando los investigadores separaron a los humanos de los animales, era más probable que las personas eligieran empatizar con un animal que con un humano.
Si bien será necesario realizar más estudios para ver si estos hallazgos se extienden a otros animales, los investigadores creen que los resultados podrían tener implicaciones interesantes. Por ejemplo, si es cierto que las personas sienten menos empatía por los animales si los intereses de los animales se enfrentan a los intereses humanos, eso podría afectar la forma en que las personas se sienten acerca de las políticas ambientales.
Pero puede haber formas en que esas conversaciones podrían modificarse para dar forma a cómo las personas piensan sobre el manejo de su empatía.