¿Cómo se pueden prevenir los tiroteos masivos?
Tras el trágico tiroteo en una escuela en Uvalde, Texas, tristeza y rabia invade a los estadounidenses. Este fue el número 213 del total de tiroteos, mientras que es el número 27 perpetrado en una escuela en lo que va del año. ¿Es posible que se estos tiroteos masivos se puedan prevenir? Esto es lo que opina Beverly Kingston, directora del Centro para el Estudio y la Prevención de la Violencia de CU.
La salud mental en jaque
Para Kingston, este año en particular fue más intenso que otros años en cuanto a tiroteos masivos. Tanto ella como otras personas experimentadas en el tema opinan que este ha sido el año más difícil que han visto en términos de problemas de comportamiento y problemas de salud mental.
Los resultados de los últimos estudios realizados sobre salud mental en jóvenes no han sido muy alentadores. Existen enormes factores estresantes sociales, sumados a incertidumbres en torno al COVID-19. Además, las preocupaciones sobre los desastres naturales y el cambio climático han aumentado. Tampoco se puede ignorar la creciente polarización de la sociedad y los grupos de terrorismo interno que quieren radicalizar a las personas en su forma de pensar. Kingston considera a estos factores juntos como una especie de tormenta perfecta.
En cuanto a los perpetradores de estos actos, los estudios descubrieron que estas personas dejan muchos indicadores de comportamiento de que están en problemas y podrían involucrarse potencialmente en la violencia. Almacenan armas y hablan a otras personas sobre sus oscuras intenciones. También poseen cambios en su comportamiento: depresión, aislamiento, ira intensa o creciente y cambios en su apariencia.
Los tiradores en estos estudios tenían cinco o más de estos signos. Un estudio encontró que el 81% de los atacantes le contaron a alguien sobre su plan y el 93% mostró un comportamiento extraño u otras señales de alerta.
Claves para prevenir los tiroteos masivos
En cuanto a prevenir tiroteos masivos en escuelas, Kingston considera que se necesitan mejores sistemas de información y respuesta de los transeúntes en todo el país. También es importante asegurarse de que las escuelas les digan a sus estudiantes que informen cualquier preocupación. Pero por sobre todo, que los estudiantes tengan adultos en los que puedan confiar para tomar las medidas adecuadas. Los sistemas como este se pueden usar para informar sugerencias de forma anónima.
Cuando se investigan esas sugerencias, se puede descubrir si alguien está almacenando armas u otros comportamientos realmente preocupantes. Por ejemplo, Colorado tiene el sistema Safe2Tel que, desde su implementación, ha evitado más de 1500 ataques escolares planificados.
Esta experta además considera que las escuelas deben contar con sistemas para compartir información, tanto dentro de la escuela como con las fuerzas del orden público. Y si fuera necesario, involucar a socios comunitarios por fuera de la escuela.
Cada escuela o distrito, según el tamaño, también debería tener un equipo de evaluación de amenazas que siga a los estudiantes con problemas a lo largo del tiempo, incluso después de que terminen su educación.
En la escuela primaria, podemos hacer más para ayudar a los jóvenes a desarrollar la capacidad de manejar sus emociones de manera saludable. Mientras que en la escuela intermedia, podemos implementar programas de prevención del acoso escolar. En la escuela secundaria, se pueden desarrollar programas para ayudar con la transición a la edad adulta.
Todo esto puede ayudar a evitar que crezcan los agravios contra la sociedad y eliminar las vías hacia la radicalización y la violencia.
Además, la especialista recomienda estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor. Y si vemos un comportamiento preocupante, encontrar una manera de informarlo.
¿El control de armas es el camino?
La experta está a favor de descubrir cuáles son las mejores políticas de armas basadas en evidencia y ponerlas en práctica. Pero considera que no debemos confiar en el control de armas como nuestra única estrategia.
Su investigación muestra que si se implementan los programas basados en la evidencia de lo que funciona, se podrían prevenir al menos el 30% de la violencia en las escuelas hoy. Las soluciones no son baratas y no son fáciles, pero se pueden llevar a cabo.