¿Pues qué se traen AMLO y John Kerry?
Tres veces: febrero, abril y junio… no es normal, para nada. Andrés Manuel López Obrador ha recibido ya tres veces a John Kerry en menos de un semestre.
Puede tratarse de pura presión política… pero también es muy factible que el presidente mexicano y el enviado para el clima del gobierno estadounidense preparen el anuncio de un plan que nadie, casi nadie, espera. Vean:
El 9 de junio ocurrieron un par de eventos que no necesariamente están conectados, pero las coincidencias resultan atractivas.
Este jueves, la Agencia Espacial Europea divulgó imágenes detectadas desde satélites que vigilaban el Golfo de México en la zona de Campeche.
La institución reveló que unos pozos petroleros en esa región marina mexicana emitieron aproximadamente 10 veces más contaminantes de lo habitual. Concretamente, lanzaron metano, que enviado a la atmósfera la sella con mucho mayor potencia que el bióxido de carbono. Eso deriva en más calentamiento global y potencialmente en más sequías.
Hoy, en Europa y en economías desarrolladas como la que representa Kerry, la meta es descarbonizar, y detectaron que México está haciendo justo lo contrario y la semana pasada lo hizo con una fuerza sin precedentes lanzando en un solo día un 3 por ciento de sus emisiones petroleras típicas de un año.
Ese mismo 9 de junio, el funcionario estadounidense estuvo en Los Ángeles, California, en donde participó en un panel público del IV CEO Summit of The Americas. Todo, dentro del contexto de la Cumbre de las Américas al cual no quiso asistir AMLO por razones conocidas.
Durante su presentación, Kerry lanzó un discurso sobre todas las grandes oportunidades que representan algunos países latinoamericanos para detonar proyectos de descarbonización o descontaminación. Pero durante su narrativa brilló por mucho un nombre: México.
En breve, el enviado para el clima del gobierno del presidente Joe Biden, dibujó un plan:
Que Estados Unidos brinde caridad, préstamos y garantías suficientes para que nuevos proyectos de generación de energía en el país, reciban créditos bancarios. Luego, esa energía podrá venderse barata a la nación vecina al norte y a las del sur, porque dijo, la tecnología ya permite enviarla a grandes distancias.
Kerry advirtió que México tiene un potencial de generación que suma 4 mil gigawatts de energía eléctrica.
A ver, esa cifra es tan grande que merece subrayarse. Equivale a multiplicar 80 veces la capacidad de generación eléctrica actual de México o por cuatro, la de Estados Unidos.
Esa capacidad está –dijo Kerry– en hidroeléctricas, en geotermia, el viento y el Sol, particularmente en el sur de México. Coincidió así con la mitad del discurso defendido por el presidente López Obrador, quien apuesta principalmente a las dos primeras tecnologías para elevar la capacidad de generación.
El enviado estadounidense enfatizó que el mundo está enfrascado en una transición energética para pasar de la dependencia de los combustibles fósiles, a la de energías renovables que permitan dar viabilidad a la humanidad en el largo plazo. Ese cambio, aseguró, es más grande que la Revolución Industrial.
Ojo, lo dijo quien fue secretario de Estado del gobierno de Barack Obama, mandatario que creó en 2009 el Foro de las Grandes Economías para la Energía y el Clima –que incluye a México– para combatir el cambio climático.
López Obrador tuvo ayer ante sí el panorama: las emisiones mexicanas evidenciadas el jueves representan un riesgo que puede solucionarse mediante inversiones enormes en energías limpias. Parece que ha sido esquinado a tomar la opción de aislar al país como contaminante, o brincar a una ola y surfearla, trayendo oportunidades de negocio indescriptibles.
¿Qué dijo ayer AMLO vía Twitter?: “(John Kerry) es una persona respetuosa, conciliadora y propositiva”. Atentos todos a partir de esta semana, parece que viene algo grande.