Cerebro fosilizado de radiodonte ofrece una mirada diferente sobre la evolución de los invertebrados
El Museo Real de Ontario, Canadá, tiene en su inventario un radiodonte fosilizado con un cerebro completo con caracterísitcas intactas. A pesar de que se haya descubierto hace 20 años, el especímen captó la atención de los investigadores. Estos decidieron estudiarlo con el fin de encontrar varias respuestas, pero por sobre todo para saber más sobre la evolución de los invertebrados.
La cantera de Walcott, Burgess Shale, Canadá, ha sido el lugar donde alguna vez yació este fósil de radiodonte. Fósil que luego llevaron hasta el Museo Real, y tras muchos años de permanecer allí, ha sido retirado como objeto de estudio.
El fósil de radiodonte tiene varias características que lo vuelven único, una de ellas es que conserva su cerebro fosilizado completo. Otra característica muy peculiar es la presencia de tres ojos, una rareza que los investigadores querían destacar del descubrimiento.
Este fósil sería uno de los tantos encontrados hace veinte años en la misma cantera. Sin embargo, algunos de esos especímenes no estarían completos. Incluso así, forman parte de la reciente investigación con la que los científicos buscan conocer más sobre los antepasados de los invertebrados.
Radiodontes fosilizados hace más de 500 millones de años
Los radiodontes vivieron durante el período Cámbrico medio y tenían dos habilidades muy bien desarrolladas: nadar y cazar. Estos antiguos invertebrados comparten un antepasado común con los artrópodos modernos, es decir, con los insectos, arácnidos y crustáceos.
Debido a que es difícil encontrar fósiles completos de radiodontes, este hallazgo es muy importante para la ciencia. Por esa razón, la nueva investigación quería sacar provecho de todos los expecímenes de radiodonte que tenían en sus manos. En total, son 268 especímenes de Stanleycaris hirpex que forman parte de la colección del Museo Real de Ontario.
Los radiodontes de la especie Stanleycaris son pequeños; el tamaño de los fósiles tienen entre 10 a 83 milímetros de longitud. Gracias a estos, los investigadores pudieron estudiar más a fondo el cerebro de esos animales prehistóricos.
Los cerebros de estos animales muestran finos detalles. Por un lado, un protocerebro, que en los artrópodos modernos es una sección vinculada a los ojos compuestos. Por otro lado, un deutocerebro, que se encarga de controlar los nervios de las antenas y tiene un papel en su versión del olfato en los artrópodos vivos. En el caso de Stanleycaris, estos segmentos están conectados a los ojos y las garras frontales, respectivamente.
Los investigadores pudieron concluir, entonces, que los primeros artrópodos desarrollaron una variedad de sistemas visuales complejos como sus parientes modernos. El Stanleycaris carece de otras características cerebrales que hoy sí tienen los artrópodos modernos, pero esa carencia se compensó con el desarrollo de tres ojos.
Por todo lo dicho, la investigación proporciona información sobre la evolución de los artrópodos, principalmente sobre los gusanos de terciopelo y los tardígrados.