Marcha en París contra la vida cara: la Premio Nobel de literatura junto a Mélenchon

RFI

La imagen es tan inusual como potente: la recién laureada con el Nobel de Literatura, Annie Ernaud, y el líder de la formación de izquierda Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, encabezando codo a codo la manifestación “contra la carestía de la vida y la inacción climática” que tuvo lugar este domingo 16 de octubre. Una gran marcha ciudadana de rebeldía ante la gestión del gobierno de Emannuel Macron en este tiempo de inflación galopante. 

Cerca de 140 mil personas, según los organizadores. 30 mil, según las autoridades. En uno u otro caso, miles de ciudadanos acudieron al llamado de la coalición de izquierda Nueva Unión Popular y Ecologista (Nupes). Venidos desde Bretaña, Normandía, Alsacia y otros rincones del país, llegaron a la capital francesa en buses y vehículos alquilados por los organizadores para sumarse a la ola humana que recorrió las calles parisinas, desde la Plaza de la Nación hasta la emblemática Bastilla, exigiendo alza de salarios ante la disparada de los precios y la caida en picada del poder adquisitivo, asi como un impuesto para aquellas empresas que se han beneficiado extrardinariamente durante estas últimas crisis.    

“Manifestamos para defendernos contra la carestía de la vida y no por el poder adquisitivo, yo creo que la diferencia es importante. No hay que equivocarse, cuando se le pide sobriedad energética a la gente que ya se calienta a 16 grados desde hace varios años. La preocupación no es la falta de energía, sino la falta de dinero”, precisa Corine, miembro del Movimiento por una Alternativa de Izquierda, Ecológica y Solidaria, Ensemble (Juntos en español) y quien vino desde Bretaña a engrosar las filas de la manifestación.

Con el refuerzo de algunas confederaciones sindicales locales y de organizaciones sociales, la marcha fue, ante todo, un inmenso desfile de ciudadanos aglutinados alrededor de cinco consignas: aumento de todos los salarios y del mínimo vital, pensión a los 60 años, 1.060 euros de subsidio de autonomía para los jóvenes a partir de los 18 años, impuestos a las súper ganancias o ganancias extraordinarias y 200 mil millones de euros de inversión en la transición ecológica.

Una pirámide llamada huelga general

Ni el partido Comunista, ni los sindicatos nacionales hicieron parte de la iniciativa liderada por Francia Insumisa, socialistas y ecologistas. “Nuestra iniciativa se inscribe en la continuidad de movilizaciones emprendidas por los sindicatos y las asociaciones”, precisaron en un comunicado los organizadores de la marcha de este domingo refiriéndose, entre otras, a la jornada de movilización y huelga convocada por las centrales obreras para el martes 18 de octubre.

Pese a las ausencias en la “manifestación contra la vida cara”, debidas más a diferencias en la forma que al fondo del asunto, la intención tanto de la coalición de izquierda Nupes como de los sindicatos es ir dando pasos en la construcción de una pirámide de movilizaciones y paros que culminen en una gran huelga general. 

“Estamos muy contentos de ver que lo que se está construyendo es una huelga general que permita imponer ese aumento de salarios porque mil millones de trabajadores en huelga puede más que diez mil votantes a la izquierda”, declaró a Radio Francia Internacional (RFI) Gael Quirante del sindicato de correos, La Poste, de la región parisina.

Apoyo de los intelectuales

Si los gremios sindicales a nivel nacional prefirieron hacerse a un lado, no fue el caso de reconocidas personalidades del país que apoyaron la marcha abiertamente y con nombre propio. Es el caso de cerca de 70 intelectuales, entre ellos la escritora francesa recientemente garlardonada con el Premio Nobel de Literatura, Annie Ernaux, quienes llamaron públicamente a unirse a la “manifestación contra la vida cara y por la transición ecológica”.

En una tribuna publicada hace una semana, el colectivo acusa al presidente Macron de no hacer frente a la inflación que está tomando por el cuello la vida de los franceses. El texto denuncia que el grueso de la población llega endeudado al fin de mes, con cúmulos de facturas y tiquetes que se disparan por las nubes, pero con salarios y pensiones que no se mueven. Mientras que las ganancias de las más grandes firmas francesas alcanzan la cima.  

“Es la estrategia de choque: Emmanuel Macron se sirve de la inflación para ampliar la brecha de riqueza, impulsar las rentas del capital, en detrimento del resto. Todo es cuestión de voluntad política”, escribe el colectivo y acusa, igualmente, al gobierno francés de aprovechar otra onda expansiva: las dificultades de abastecimiento energético.

 “Perfecta excusa para llamar a la responsabilidad individual y al fin de una abundancia que la gente modesta no ha conocido y así hacer olvidar a los principales responsables del consumo excesivo y del desastre ecológico: los grandes dueños del capital, en primera línea las multinacionales y los más ricos. Pero Emannuel Macron asume no constreñirlos porque sería atacar el motor de la rentabilidad del capital: la explotación sin límites del trabajo y de los seres vivos. Poco importa la serie de olas de calor, incendios, tornados, hambrunas y océanos moribundos”.

“Sabe lo que están haciendo aqui? Lo que hizo Pinochet en Chile y Margaret Thatcher en Inglaterra. Vendieron toda la industria, la quebraron. Y eso están haciendo ahora en Europa. Se llama la Estrategia del Choque”, comenta en medio de la marcha Joaquín, un refugiado político que vino a Francia en los años 70 huyendo de la dictadura chilena.

Desde la región Normandía, Meiva trajo a la mnifestación como estandarte una inmensa cajetilla de cigarrillos con la imagen impresa del presidente francés y, parodiando la clásica leyenda de los paquetes, la frase inscrita  “Macron es nocivo para la salud”.

 

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