No acaba la venta de animales callejera

 

Por: Luis Enrique Ramírez

Es en la plaza Francisco Goitia donde el comercio se mantiene latente, con establecimientos de zapatos y otro tipo de artículos personales, pero el día de hoy es particular pues se encontró a un vendedor de aves quien a la gente ofrece ejemplares exóticos, y aunque nos los encontremos en pleno centro histórico, sean atractivos y parezca inofensivo, de no tener el consentimiento de la ley de vida silvestre, señalado en su articulo 27, es ilegal la venta de estas especies.

Con especies como el perico australiano, el cardenal y cenzontles, un comerciante proveniente de tierras hidrocálidas ofrece a los zacatecanos esta variedad de aves que pueden valer hasta los $350.00 pesos, mostrados en reducidas jaulas en donde estos animales apenas pueden dar brincos entre los barrotes.

Este singular puesto atrajo a un grupo de personas para maravillarse con los perícos japoneses, los agapornis y hasta un cotorro “de esos que hablan” como explicó el vendedor, quienes de ser deseosos pueden acariciar a las aves tomadas en la mano del mismo y que de comprar algún ejemplar, estos son entregados en una caja de cartón sellada con cinta adhesiva y el instructivo de que comen alpiste.

Para la mala fortuna de las aves, el viaje es largo y muchas no suelen llegar a la segunda parada, pues además de los otros ejemplares que se encuentran en el hogar del vendedor, algunos otros mueren en el trayecto, lo que además de la pedida animal, significan una perdida al bolsillo del vendedor.

“Se me murieron como 25 pájaros en un mes… más de 20 mil pesos a la basura”.

La regulación en la venta de animales además de ser para que el cliente reciba la especie que compró, sin lesiones, sin enfermedades y sin papeleo falso también sirve para la verificación del establecimiento y del vendedor, para que las especies cuenten con la valoración veterinaria ideal desde donde se producen.

Y para los compradores, la implicancia de que el comprar un animal conlleva obligaciones como el velar por su salud y ofrecer una calidad de vida, y que como en este caso, no solo pasen de una jaula a otra.

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