Acaba el Mundial y el futbol femenil aún enfrenta a sus peores rivales: el machismo y la falta de cobertura
Gerardo Borbolla y Joaquín Loyo Animal Político –
Termina un Mundial femenil histórico, uno que dejó grandes partidos, récords rotos y la sensación de que el futbol jugado por mujeres avanza cada día más y gana el espacio que merece, a pesar de las grandes adversidades a las que se ha enfrentado.
Después de un mes de actividad, la gran final entre Holanda y Estados Unidos se jugará el domingo 7 de julio a las 10:00 horas (horario del centro de México) en el Parc Olympique Lyonnais, en Lyon, Francia.
La selección de los Países Bajos nunca ha ganado un mundial y Estados Unidos, de conseguir la victoria, levantaría su cuarta copa. Al encuentro, las estadounidenses llegan como las grandes favoritas, ¿por qué?
Estados Unidos se ha convertido en modelo a seguir en cuanto a futbol femenil porque ha puesto especial énfasis en el crecimiento de sus jugadoras y su selección.
Dos ligas nacieron y desaparecieron para dar paso a la actual National Women’s Soccer League (NWSC). Este año se elevó el número de jugadoras permitidas en la nómina de cada club (de 20 a 22) y se les incrementó el presupuesto: de 367 mil 500 a 421 mil 500 dólares por equipo, un aumento de 54 mil dólares.
Además, las jugadoras tienen bonos si son convocadas a la selección mayor, si ganan y si disputan los 20 partidos amistosos requeridos.
La buena estructura de la liga local, de la mano del fuerte apoyo que hay a los deportes a nivel colegial, explica porqué la mayoría de las seleccionadas estadounidenses sí juegan en su país: Alex Morgan y Megan Rapinoe, en el Orlando Pride y el Seattle Reign, respectivamente; la experimentada capitana Carli Lloyd, en el Sky Blue Football Club. O su arquera -quien atajó un penal decisivo en la semifinal contra Inglaterra- en el Chicago Red Stars.
A pesar de haberse coronado en tres ocasiones a nivel mundial y tener varios récords, el apoyo que reciben las jugadoras estadounidenses no se compara con el equipo varonil.
Por esta razón, la selección femenil de Estados Unidos está en una batalla legal contra su federación, pues exigen equidad en salarios y condiciones de trabajo.
“Cada que juegan (las seleccionadas estadounidenses) demuestran que pueden más que el equipo varonil; han ganado más títulos y generan más ganancias”, dice Ana Cruz Manjarrez, periodista deportiva y excoordinadora editorial de Goal México y Referee.
Aunque no tendrían que demostrar nada más para obtener una mejor inversión y desarrollarse como profesionales, aún así lo hacen; “es el machismo arraigado en el futbol y no veo que próximamente vaya a cambiar”, señala Cruz.
Por otra parte, Holanda también ha trabajado para crecer el futbol femenil y darle más oportunidades a sus jugadoras.
En ese país existe la liga femenil desde 2007 -la Eredivisie Vrouwen-, que hoy en día cuenta con 160 mil jugadoras registradas.
El futbol femenil es el deporte con mayor crecimiento en Holanda, de acuerdo con el diario The Guardian, y su Selección Nacional cuenta con un presupuesto de 3 millones de euros al año en torneos grandes -como el Mundial Femenil o la Eurocopa Femenil- y entre 2 y 2.5 millones en otros.
A pesar de este esfuerzo, las diferencias con el futbol varonil son evidentes. Mientras en la Eredivisie para mujeres hay nueve equipos, en la masculina hay 18.
Mientras la femenil ha requerido un par de reestructuras para llegar a su formato actual, la segunda es un referente europeo en la generación de nuevos talentos.
El futbol femenil en México
A casi tres años de la creación de la ahora llamada Liga BBVA MX Femenil (debido a su nuevo patrocinador), los bajos salarios, la escasa cobertura en medios, la falta de apoyo editorial y comercial y la cultura machista son un problema latente.
De acuerdo con la Encuesta Global de Salarios Deportivos 2017, realizada por SportingIntelligence las jugadoras de la liga femenil mexicana ganan en promedio 41 mil pesos al año, es decir, 3 mil 400 pesos al mes, apenas por encima del salario mínimo establecido en México (102 pesos con 68 centavos al día).
“Gano 6 mil pesos al mes, no podría vivir de eso. Con otras compañeras puse un negocio y no es fácil porque hay que entrenar, atenderlo; estudio otra carrera y no rindo al cien”, dice María, una jugadora profesional de la Liga MX Femenil que pidió no se revelara su nombre real ni el equipo donde juega.
En comparación con otras ligas femeniles, la mexicana está muy por debajo.
El torneo que le sigue en orden ascendente es la W-League de Australia, donde el sueldo anual de las jugadoras es, en promedio, de 185 mil pesos al año. Más arriba está la D1 Féminine de Francia, la mejor pagada del mundo, y donde el sueldo promedio al año es de 936 mil pesos, es decir, 78 mil pesos al mes, según el mismo estudio de SportingIntelligence.
A 7 mil 500 kilómetros de distancia, el panorama de otra mexicana es muy distinto.
Stephany Mayor, seleccionada mexicana y jugadora del Thor/KA de Islandia, asegura que aunque ella puede vivir del futbol en este país nórdico, sabe -y exige- que la desigualdad en los salarios debe terminar.
“Como mujeres también debemos poder vivir del futbol (…) debería ser algo donde forjar un porvenir, al fin de cuentas hacemos y trabajamos lo mismo que los hombres”, dice Mayor desde Islandia.
Otro problema: los medios no le dan suficiente cobertura al futbol femenil
Annie Gross, creadora de Ella Es Crack, un proyecto que empezó en 2018 y cuyo objetivo es dar mayor exposición al futbol femenil, dice que la mayoría de los medios mexicanos cubre este deporte “como algo que tienen que hacer, como si estuvieran obligados, pero la cobertura es mínima”.
Gross menciona que la información es difícil de conseguir y los medios arman conjeturas o notas incompletas, “haciendo que las jugadoras tengan que nadar a contracorriente para estar en el lugar que merecen”.
En el mismo sentido, María, quien pidió no revelar su nombre, señala que “hace falta mucho interés. Solo dan 10 minutos y cuando lo hacen, lo hacen mal. Incluso cuando están narrando partidos no tienen idea de quién es la persona que está jugando”.