¿Ajustar los relojes para el horario de verano es malo para la salud? Esto es lo que dicen los expertos

El Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley el 15 de marzo que haría permanente el horario de verano. La medida todavía tiene que pasar por la Cámara, luego será el presidente Biden quien firme el cambio a ley. Sin embargo, muchos expertos no están de acuerdo con ajustar los relojes al horario de verano pues acarrea algunos problemas para la salud.

¿Cómo afecta a la salud el hecho de ajustar los relojes?

La luz del día y la oscuridad son importantes para regular el ritmo circadiano del cuerpo, que influye en una serie de procesos biológicos, incluido el ciclo de sueño y vigilia. La luz del día por la mañana es importante para ayudar a los niños y adultos a despertarse y sentirse alerta. Por su parte, la oscuridad de la tarde es importante para estimular la melatonina, que favorece el sueño.

 

La exposición a la luz también tiene implicaciones para el estado de ánimo. Por ejemplo, la luz diurna limitada en los meses de invierno está implicada en el trastorno afectivo estacional. Estos son más comunes en adultos que en niños. 

Por todo lo dicho, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño o AASM argumenta que el tiempo estándar se alinea mejor con los ritmos circadianos y sería más beneficioso para la salud y la seguridad.

Ajustar relojes salud
Varios son los estudios que revelan los efectos a la salud del cambio de horario en verano. Vía Pexels.

¿Qué es el trastorno depresivo afectivo estacional?

El trastorno afectivo estacional es una forma de depresión que ocurre con mayor frecuencia durante los meses de otoño e invierno. Esto se debe a que las horas de luz se acortan. Los expertos explican que este trastorno no es solo “tristeza invernal”, ya que los síntomas pueden interferir significativamente con el funcionamiento diario.

Los síntomas del trastorno afectivo estacional incluyen sentirse muy cansado, dormir demasiado, comer en exceso, en especial alimentos ricos en carbohidratos. Además, es común sentirse triste o deprimido. También se hace presente la falta de interés o placer en actividades que antes nos agradaban. A estos síntomas se le suman la poca motivación, actuar retraído, inquietud, problemas de concentración e indecisión. En los casos más graves podrían haber pensamientos de muerte o suicidio.

En general, este trastorno es más común entre las mujeres que entre los hombres. Afecta aproximadamente al 5 % de los adultos en los Estados Unidos. Los síntomas generalmente mejoran a principios de los meses de primavera y verano. Solo un pequeño porcentaje de personas experimentan estos mismos síntomas durante el verano. 

Existe una hipótesis que expone que este trastorno se relaciona con nuestro reloj biológico interno, también llamado ritmo circadiano. Un cambio brusco en las horas del día puede perturbar nuestro ritmo y hacer que nuestro cerebro esté “desafinado”. A medida que cambia la duración de las horas de luz, las personas pueden experimentar un cambio en sus relojes internos. Esto puede llegar a interferir con las rutinas diarias.

 

Para los expertos, en lugar de ajustar los relojes cada año, lo mejor sería eliminar el horario de verano para cuidar la salud. Esto podría resultar en menos casos de trastorno afectivo estacional.

En niños y adolescentes, ajustar los relojes trae beneficios

Estudios anteriores encontraron que después de retrasar las horas de inicio de clases los estudiantes dormían en promedio 34 minutos más por noche. Tras este cambio, las escuelas informaron mejoras en las calificaciones y la asistencia de los estudiantes. Esto indica que alinear las horas de inicio de clases más de cerca con los ciclos de sueño y vigilia de los adolescentes y los niños puede tener impactos positivos en su educación.

Por lo tanto, si se realiza el cambio al horario de verano permanente, parece pertinente que las escuelas intermedias y secundarias, en particular, consideren cambiar sus horarios de inicio en consecuencia.

¿Cómo minimizar los efectos del trastorno depresivo afectivo estacional?

Los expertos expresan que existen estrategias efectivas para aliviar los síntomas del TAE. Lo primero que hay que hacer es crear una rutina y apegarse a ella. Las estrategias conductuales como el ejercicio diario, una dieta sana y bien balanceada rica en vitamina D y una rutina de sueño constante son útiles para muchas personas. 

Los seres humanos somos criaturas de hábitos, por lo que acostarse y despertarse a la misma hora todos los días es crucial para mantener la integridad de nuestros ciclos circadianos. La terapia de conversación también puede ser muy útil.

Las lámparas happy lights pueden ser una buena alternativa para aportar luz similar a la solar a nuestros ambientes en casa. Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de probar esto, ya que puede empeorar algunos trastornos psiquiátricos.

Los medicamentos suelen ser el último recurso, pero el más estudiado para esta indicación es el inhibidor de la recaptación de dopamina noradrenérgica, bupropión.

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