Alemania y Colombia: una amistad clave que puede apuntalar la paz con el ELN
Las complejas negociaciones de paz con el ELN requieren del más amplio apoyo internacional. Alemania ha sido invitada a involucrarse. ¿De qué serviría su participación?
Una vez que iniciaron los diálogos en Caracas entre la delegación del Gobierno del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las partes invitan a Alemania, así como a España, Suiza y Suecia a “acompañar” el proceso.
Un llamado significativo, justo seis años después de la firma del Acuerdo de Paz con las extintas FARC. Venezuela, Cuba y Noruega son ya países garantes. Colombia busca ampliar aún más la plataforma de apoyo y ha pedido igualmente a Estados Unidos, México, Chile y Brasil participar en este complejo proceso, en el que, si bien hay muchas esperanzas, también hay mucho escepticismo.
En cuanto a Alemania, en especial, el país “ha apoyado los procesos de paz, y lo ha hecho incluso cuando se han presentado dificultades”, dice a DW el director de la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Colombia, Oliver Dalichau, a quien le parece importante que Alemania siempre haya insistido en que “las negociaciones deben darse también con otros grupos”. Un deseo que ahora parece concretarse en los diálogos con el ELN.
La paz, un compromiso de Alemania con Colombia
Dalichau recuerda que el compromiso con la paz en Colombia ha sido una permanente convicción del Gobierno alemán, tanto con la anterior canciller democristiana, Angela Merkel, como con el actual canciller socialdemócrata, Olaf Scholz.
“Alemania ha estado apoyando bastante la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC, desde el Gobierno, la sociedad civil y la academia; y sabemos que ve con buenos ojos la idea de la ‘paz total'”, dice a DW el profesor Stefan Peters, director del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ). Pero Alemania también es consciente de que “las negociaciones con el ELN y otros actores, van a ser difíciles y complejas”, agrega.
Peters, catedrático en Estudios de Paz de la Universidad alemana Justus-Liebig, en Gießen, destaca que la petición dirigida a Alemania de participar en el proceso con el ELN “es muestra de su prestigio” y que aún sabiendo lo difícil que va a ser, “sería coherente que Alemania lo apoyara”.
El profesor Peters, que ha extendido el trabajo de CAPAZ a las universidades colombianas de las provincias, destaca un punto clave: partiendo de que el ELN opera en regiones sensibles para la seguridad del país, como la frontera compartida con Venezuela, y en zonas de explotación ilegal de minerales, “Alemania, con su agenda, podría fortalecer el vínculo entre la construcción de paz y el medio ambiente”.
Europeos deben hablar “con una sola voz”
Para Oliver Dalichau, con experiencia como director de la FES en Angola y Ruanda, es importante que haya “una estrecha coordinación” entre Alemania y los demás países de la Unión Europea (UE) acompañantes y Noruega, para que “hablen con una sola voz”, además de que “debe quedar claro, de antemano, lo que se espera de ellos, y lo que las partes se comprometen a cumplir”.
El director de CAPAZ y el de la Fundación Friedrich Ebert en Colombia, conocida allí como Fescol, coinciden en que “el papel de Venezuela es crucial”. Por ello, las señales de que “el Gobierno de Venezuela y la oposición de ese país retomarán las negociaciones en México son tan importantes y necesarias como la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela”, considera Dalichau.
Venezuela: ¿Llegó la hora de decidirse?
En este contexto, para el profesor Stefan Peters, es importante definir ¿hasta qué punto Alemania iría a tener un rol más activo en Venezuela, como sede de los diálogos de paz con el ELN?
“Habría que decirle muy claramente a Nicolás Maduro que hay ciertas condiciones”, apunta Peters, refiriéndose a que “por supuesto que todos queremos que las próximas elecciones en Venezuela sean libres y justas”. Pero cierto es igualmente que, así como “Venezuela es necesaria en la mesa de negociaciones, también debe tener interés en desprenderse de la carga que significa albergar a un actor armado como el ELN en su territorio”, subraya.
Alemania podría así ejercer un papel que aporte no solo al cumplimiento de los compromisos en la mesa, sino a ayudar a apuntalar la paz, como ya sucede con el Acuerdo de Paz de 2016.
Lo que algunos han dado por llamar una “triangulación de los problemas entre Colombia, el ELN y Venezuela” podría resultar en una larga, pero exitosa partida de billar. Un avance en un punto puede llevar al progreso en otro. O, como resume Oliver Dalichau, metafóricamente: “Hay mucha música en el aire, y será emocionante seguir observando los movimientos.”