¿Cómo aprendemos a aprender? Ignoramos algunas cosas mientras nos enfocamos en otras
Imagina que tienes un examen muy importante dentro de dos días y aún hay algunos cosas que no comprendes del todo. Si realmente deseas aprender, probablemente pases un buen rato sin mirar el teléfono celular. Tu cerebro está enfocándose en lograrlo y, para ello, está omitiendo las distracciones que puedan entorpecer el proceso. De este se trata el entrenamiento de control cognitivo.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature ofrece más detalles sobre lo que pasa en el cerebro cuando intentamos aprender algo. Y con ello no nos referimos a memorizar información para repetirla luego, sino a digerirla bien para aplicarla de forma acertada y novedosa en nuestras experiencias.
El aprendizaje va más allá de la memoria
Varias investigaciones han indagado en la forma en que las neuronas almacenan la información obtenida de la experiencia y la forma en que hacen uso de esta más adelante. Pero aún hay mucho que aclarar en este campo ya que, como muchos saben, no basta con repetir patrones.
La innovación que ha caracterizado nuestra evolución como especie va más allá de eso; es trascender el papel más básico de la memoria y usar la información ya adquirida en otras situaciones y de forma asertiva.
Entrenamiento de control cognitivo en ratones
Por esta razón, el nuevo trabajo se enfocó en observar cómo aprendemos a aprender. Los experimentos consistieron en proporcionar un entrenamiento de control cognitivo a los ratones para luego evaluar su capacidad para aprender tareas cognitivas difíciles.
Colocaron a un grupo de ratones sobre una arena giratoria y los entrenaron para que aprendieran a evitar la ubicación estacionaria de una descarga leve. Para ello, usaron señales visuales fijas y los hicieron ignorar las ubicaciones de la descarga en la arena giratoria.
Mientras que un grupo de control también fue entrenado para evitar esta misma ubicación, pero en el proceso no tuvieron que ignorar las ubicaciones giratorias irrelevantes. Luego compararon ambos grupos.
La evidencia previa apunta al hipocampo
Un estudio de laboratorio previo demostró que este tipo de aprendizaje involucra el hipocampo, la región del cerebro encargada de la memoria. También la actividad persistente de la proteína quinasa M zeta (PKMZ), una molécula que interviene en la fuerza de las conexiones neuronales y, por consiguiente, en el almacenamiento de memoria a largo plazo.
Dicho estudio reveló bases moleculares, fisiológicas y conductuales detrás de la memoria de evitación de un lugar a largo plazo. Y los nuevos hallazgos coinciden en que el hipocampo juega un papel en el aprendizaje a base de entrenamiento cognitivo.
El entrenamiento cognitivo mejora la función del hipocampo
Los investigadores descubrieron que los ratones que recibieron el entrenamiento usaban la información más relevante para cumplir su objetivo de evitar el choque; mientras tanto, ignoraban las distracciones giratorias del sistema. Estos tuvieron un mejor desempeño en dicha tarea en comparación con el grupo de control.
Además, descubrieron que el entrenamiento de control cognitivo también mejoraba el funcionamiento del circuito neuronal del hipocampo al procesar la información. Esto también confirmó el supuesto planteado en el trabajo anterior.
“El estudio demuestra que dos horas de entrenamiento de control cognitivo provocan el aprendizaje de los ratones y que el aprendizaje va acompañado de una mejor sintonía de un circuito cerebral clave para la memoria”, explicó André Fenton, profesor de ciencias neuronales de la Universidad de Nueva York y autor principal del estudio.
En conclusión, con el entrenamiento de control cognitivo el cerebro se vuelve más eficaz para omitir los estímulos distractores y más eficaz para prestar atención a las que realmente importan en determinado momento. El hipocampo es crucial en este proceso.