Ataques de serpientes marinas podrían ser conductas de cortejo mal dirigidas
Las serpientes marinas como la Aipysurus laevis, también conocida como serpiente oliva, han sido varias veces las protagonistas de ataques no provocados contra los buzos. En la actualidad, a pesar de que sabemos de la ocurrencia del fenómeno, no tenemos mucha información sobre por qué ocurre o qué motivos lo desencadenan.
A través de un estudio publicado en Scientific Reports, los investigadores Tim P. Lynch, Ross A. Alford y Richard (Rick) Shine intentan responder tal incógnita. Como resultado de sus observaciones, han llegado a concluir los ataques podrían ser desatado por los instintos de cortejo mal dirigidos de las serpientes marinas.
Experiencia personal
La investigación tomó forma gracias a los registros obtenidos personalmente por Tim Lynch, uno de los autores del estudio. Desde 1994 hasta 1995 practicó buceo en la popular Gran Barrera de Coral en Australia. Durante ese año, Lynch tuvo casi 160 encuentros con serpientes marinas.
Específicamente, sus registros contaron con los avistamientos de la serpiente marina oliva. Como ya sabemos, es una especie conocida por ser venenosa y, aparentemente, propensa a atacar a los buzos, pero… ¿por qué?
¿Qué motiva los ataques de las serpientes marinas?
De los 158 encuentros registrados por Lynch, 74 terminaron con las serpientes marinas acercándose a él por propia voluntad. Al observar con más detalle la tendencia de ocurrencia de esos acercamientos, se notó que todos ocurrieron entre mayo y agosto.
Durante esos meses, las serpientes marinas entran en su temporada de apareamiento. Por lo que, los investigadores comenzaron a sospechar que los ataques de las serpientes marinas tal vez podrían haber estado relacionados con conductas reproductivas.
Efectivamente, al mirar con más atención los detalles de cada encuentro notaron varios patrones que sustentaban su teoría. Por ejemplo, los machos de la especie se acercaban con más frecuencia a Lynch, y siempre después de la persecución infructuosa de una hembra o de un encuentro con un macho rival.
Del mismo modo, cuando las hembras se acercaron al buzo, fue justo después de haber escapado de la persecución de un macho. Finalmente, también se observó que en algunas ocasiones las hembras de la especie se acercaron al buceador luego de haberlo perdido de vista una primera vez.
¿Por qué se generan esos comportamientos reproductivos mal dirigidos?
De acuerdo a lo dicho por los investigadores, los “ataques” de las serpientes marinas se podrían deber a una mera confusión. Según sus declaraciones, ellas no suelen identificar bien las formas cuando están bajo el agua.
En consecuencia, los machos podrían haber confundido a los buzos tanto como con posibles parejas como con machos rivales. Por su parte, se cree que las hembras podrían haber visto al buceador como un posible escondite.
¿Se pueden evitar los ataques de las serpientes marinas?
Tomando en cuenta que su conducta no está relacionada con nada que haga el buzo, es poco probable que se puedan “evitar” los ataques como tal. Sin embargo, los investigadores sí dieron algunos consejos para evitar que la situación escale.
Básicamente, si los buzos se quedan quietos y dejan que la serpiente marina los investigue con su lengua, como regularmente lo haría con cualquier otro animal u objeto, es poco probable que ella reaccione de forma agresiva. Por lo que, en resumen, si una serpiente marina avanza hacia un buzo y no es posible evitarla, lo mejor que se podrá hacer es quedarse quieto y no perturbarla.