¿Cómo ayudan las bacterias intestinales a controlar la presión arterial?
En la actualidad, sabemos que bacteriana en nuestro intestino está altamente ligada con la salud de nuestro organismo. Pero incluso ahora existen aspectos de su relación con nuestro cuerpo que no comprendemos del todo. Como un ejemplo de eso podríamos tener la forma en la que las bacterias intestinales pueden intervenir con nuestra presión arterial.
Para profundizar en el tema, se ha publicado una reciente investigación en la revista científica Hypertension, de la American Heart Association. La meta de los autores Amy Jennings, Manja Koch, Corinna Bang, Andre Franke, Wolfgang Lieb y Aedín Cassidy fue la de estudiar la relación entre la ingesta de flavonoides y la forma en la que los cambios ocasionados en la microbiota intestinal podrían afectar nuestra presión arterial.
Los flavonoides, como bien sabemos, son compuestos naturales que se pueden hallar en frutas, verduras y alimentos de origen vegetal como el vino, el chocolate y el té. Durante estudios anteriores ya se ha notado que dichos elementos pueden ser de gran beneficio para la salud del organismo. Por lo que ahora los autores buscan averiguar qué tan buenos pueden ser específicamente para la regulación de la tensión.
Estudiando la relación entre los flavonoides, la microbiota intestinal y la presión arterial
Para poder llevar a cabo su estudio, los investigadores contaron con los datos recaudados por el biobanco PopGen –que incluye participantes de una red de siete biobancos en el norte de Alemania–. En total, el estudio contó con la información 904 adultos entre los 25 y 82 años.
Básicamente, se estudió cómo las diferentes dietas con flavonoides podían alterar las bacterias intestinales. Eso además de qué forma se podría o no afectar la presión arterial de las personas. Para poder estar seguros de que los cambios eran ocasionados por la dieta, se controlaron otros factores como la edad, el sexo, el índice de masa corporal, el historial de otras patologías cardiovasculares, el nivel de actividad física de las personas y si eran propensos o no al tabaquismo.
La diversidad de las bacterias intestinales podría ayudar a regular la presión arterial
Nuestro microbioma intestinal juega un papel clave en la metabolización de los flavonoides para mejorar sus efectos cardioprotectores, y este estudio proporciona evidencia que sugiere que estos efectos reductores de la presión arterial se pueden lograr con cambios simples en la dieta diaria”, concluyó Cassidy, catedrático y profesor de nutrición y medicina preventiva en el Instituto para la Seguridad Alimentaria Global de la Queen’s University (Belfast, Irlanda del Norte).
En otras palabras, después de revisar los resultados de su investigación, se observó que las personas con una dieta más rica en flavonoides también presentaban una microbiota intestinal más variada. Dicha diversidad, a su vez, tuvo un 15,2% de asociación entre su presencia y la disminución de la presión arterial sistólica.
Es decir que, las personas con grupos de bacterias intestinales más variados tendieron a tener una presión arterial más baja. En particular, se observó que la disminución de la tensión se complementaba con la ingesta de alimentos como bayas o de bebidas como el vino.
Específicamente, una taza y media de bayas al día y aproximadamente tres vasos de vino a la semana parecieron tener efectos positivos en el organismo. Un conocimiento que se suma a otras modificaciones de la dieta –como la disminución de la sal o el aumento del consumo de calabaza– que también se conocen por ayudar a regular la presión arterial.
A tomar en cuenta:
A pesar de que el estudio reflejó ciertos beneficios en el consumo de bebidas alcoholicas como el vino, las entidades como la American Heart Association sugieren que, si no se es bebedor, no se empiece a serlo. En general, los más recientes estudios sobre el consumo de alcohol al revelado que puede tener más perjuicios que beneficios para el organismo.
Ahora, si ya bebe y no planea dejarlo, podría consultar con su doctor qué cantidades moderadas de consumo que se podrían considerar “seguras”. Asimismo, los investigadores aclaran que su estudio es apenas una investigación observacional, por lo que no puede clamar aún que exista una verdadera relación de causa y efecto. Por ahora, todo lo que se ha comprobado es una simple correlación de los factores.