Bacterias intestinales podrían tener un papel vital para mejorar la memoria de las abejas
Los avances de la ciencia son la clave para que podamos entender con más claridad tanto al mundo como a las criaturas que nos rodean. Como una muestra nueva de dicha capacidad, recientes estudios han revelado una curiosa relación entre las bacterias intestinales de las abejas y la calidad de su memoria.
De acuerdo a lo presentado por Li Li, Cwyn Solvi, Feng Zhang, Zhaoyang Qi, Lars Chittka y Wei Zhao cierta composición de la microbiota de las abejas podría mejorar sus habilidades en ese ámbito. Para llegar a esa conclusión, los investigadores llevaron a cabo un estudio cuyos resultados se publicaron recientemente en Nature Communications.
Las abejas pueden mejorar su memoria con ciertas bacterias intestinales
La investigación se realizó como una colaboración entre la Universidad Queen Mary de Londres (Inglaterra) y la Universidad de Oulu (Finlandia) bajo la dirección de científicos de la Universidad de Jiangnan (China). Al analizar el contenido de la microbiota de las abejas, descubrieron un grupo de bacterias intestinales aparentemente relacionadas con el manejo de la memoria.
Al rastrear con más detalle dicho descubrimiento, se identificó específicamente a la bacteria conocida como Lactobacillus apis. Según se observó, los especímenes que tenían mayor cantidad de esta en entre su microbiota también demostraban tener una capacidad de memoria más avanzada.
Un comportamiento condicionado
Asimismo, otra de las observaciones de los investigadores probó que las bacterias intestinales que ayudan a la memoria no aparecen solas entre las abejas. De hecho, parece que las criaturas consumen activamente alimentos que contienen más de esta especie de bacterias intestinales.
En otras palabras, los insectos que han mejorado su memoria, suelen también dar prioridad a los alimentos que pueden ayudarlos a mantenerla. Eso al menos al compararlos con pares que simplemente consumían la dieta “usual” de su especie.
¿Pensar con el estómago?
Cuando tenemos hambre o algún antojo es normal que tomemos decisiones distintas a las que tomaríamos con una barriga llena. Por eso, se hacen bromas constantes sobre cómo en esos momentos todos pensamos con nuestro estómago en lugar de con la cabeza.
Ahora, investigaciones recientes podrían demostrarnos que la idea podría no ser tan descabellada. Claramente, nunca se llegaría al extremo de la broma, pero variados estudios en animales han mostrado con cada vez más frecuencia cómo las bacterias intestinales pueden influenciar el comportamiento de los animales, siendo la memoria de las abejas apenas una muestra de ello.
Este es un hallazgo fascinante que podría aplicarse tanto a los humanos como a las abejas. Nuestros hallazgos se suman a la creciente evidencia de la importancia de las interacciones intestino-cerebro en animales y proporcionar información sobre la causa de las diferencias cognitivas en las poblaciones naturales de abejas” declaró el profesor Chittka, de la Universidad Queen Mary.